El arzobispo de Madrid inicia el curso académico del seminario con una eucaristía
Cardenal Cobo, a los seminaristas: "El camino del sacerdote no puede vivirse con un corazón de piedra"
Inicio del curso en el Seminario Conciliar de Madrid
El Seminario Conciliar de Madrid ha inaugurado oficialmente el curso académico con una eucaristía presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid
La celebración tuvo lugar en la capilla del propio seminario, en la calle San Buenaventura, y reunió a seminaristas, formadores y miembros de la diócesis
El cardenal animó a los seminaristas a cultivar la mirada compasiva de Cristo, señalando que la verdadera vocación se mide en la capacidad de estar cerca del sufrimiento de las personas no solo con palabras, sino con gestos concretos de vida
Subrayó que la Iglesia no necesita "funcionarios distantes", sino testigos que se dejen tocar por la realidad
Los seminaristas realizan sus estudios en la Universidad Eclesiástica San Dámaso, alcanzando la licenciatura en la especialidad correspondiente. La formación se completa en el seminario con habilidades humanas y pastorales que preparan integralmente a los futuros sacerdotes
(Archimadrid).- Este martes, 16 de septiembre, el Seminario Conciliar de Madrid ha inaugurado oficialmente el curso académico con una eucaristía presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid. La celebración tuvo lugar en la capilla del propio seminario, en la calle San Buenaventura, y reunió a seminaristas, formadores y miembros de la diócesis. Tras la Eucaristía, los seminaristas compartieron una cena fraterna en la que pudieron seguir dialogando con el cardenal.
En su homilía, el cardenal José Cobo recordó que el camino del sacerdote no puede vivirse con un corazón de piedra. De este modo, invitó a los seminaristas a cultivar la mirada compasiva de Cristo: «El pastor debe aprender a mirar, conmoverse y actuar; de lo contrario, corre el riesgo de quedarse en un mero observador». Señaló que la verdadera vocación se mide en la capacidad de estar cerca del sufrimiento de las personas y de acompañar con ternura, no solo con palabras, sino con gestos concretos de vida.
El arzobispo de Madrid subrayó que la Iglesia no necesita «funcionarios distantes», sino testigos que se dejen tocar por la realidad. «Nuestra vocación es estar donde se cruzan los caminos de las personas, en medio de las luces y sombras de sus vidas. Allí es donde se nos pide acompañar y anunciar esperanza», insistió. Recordó también que el ministerio no está llamado a instalarse en la comodidad, sino a caminar con aquellos que sufren pérdidas, soledades o crisis, devolviéndoles la confianza de que Dios sigue presente en sus vidas.
Por último, animó a los seminaristas a formarse con humildad, conscientes de que su futuro ministerio se apoya en la compasión de Jesús, capaz de «devolver la vida donde todo parecía perdido».
El Seminario Conciliar de Madrid
El Seminario Conciliar de Madrid tiene sus orígenes en la creación de la diócesis, en 1885 y cuenta con más de cien años de historia a sus espaldas. Para este nuevo curso, el equipo formativo está integrado por:
-el rector, Antonio Secilla,
-7 formadores,
-4 directores espirituales y
-2 confesores externos.
Gracias a todos ellos se lleva a cabo un acompañamiento integral y permanente de cada uno de los 96 seminaristas —18 nuevos comienzan este curso— cuya etapa formativa tiene una duración total de 8 años.
El camino del seminarista
El plan de formación del Seminario Conciliar de Madrid aplica:
-La Ratio Fundamentalis Sacerdotalis del papa Francisco (8 de diciembre de 2016), que recoge las novedades en cuanto a pastoral vocacional, formación propedéutica, humana y permanente en un único camino discipular y misionero.
La finalidad de todo el proceso formativo es preparar a los seminaristas para comunicar a todos la caridad de Cristo Buen Pastor. Al final de los 8 años de formación, obtienen la titulación civil de licenciatura en Derecho Canónico, Liturgia o Moral.
El ciclo comienza con el discernimiento previo y continúa con las etapas propedéutica, discipular, configurativa y pastoral.
Etapas
-Discernimiento previo: primer acercamiento mediante grupos vocacionales para valorar la idoneidad del acceso al Seminario.
-Etapa Propedéutica: régimen de internado para verificar la llamada y realizar un primer discernimiento.
-Etapa Discipular: dos años de estudios filosóficos y de crecimiento personal y espiritual.
-Etapa Configurativa: tres años de estudios teológicos orientados a configurarse con Cristo Pastor y Siervo.
-Etapa Pastoral: dos años de inserción más profunda en la vida parroquial y diocesana.
Dimensiones de la formación
El proceso incluye cuatro dimensiones fundamentales —humana, espiritual, intelectual y pastoral—, a las que se suman la dimensión comunitaria y la misionera como ejes transversales.
-Humana: madurar en el amor verdadero y la capacidad de entrega.
-Espiritual: trato asiduo con Dios en la oración, retiros y ejercicios.
-Intelectual: estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Eclesiástica San Dámaso.
-Pastoral: formación práctica en parroquias y ámbitos de caridad.
Formación académica
Los seminaristas realizan sus estudios en la Universidad Eclesiástica San Dámaso, alcanzando la licenciatura en la especialidad correspondiente. La formación se completa en el seminario con habilidades humanas y pastorales que preparan integralmente a los futuros sacerdotes.