El obispo de Salamanca preside la misa funeral en memoria de los fallecidos por el coronavirus Carlos López: "La muerte no es un simple problema técnico, sino un profundo hecho humano que hay que aprender a vivir"

Carlos López, durante el funeral
Carlos López, durante el funeral

"La pandemia del coronavirus nos ha obligado a vivir con especial intensidad la experiencia de la fragilidad de la existencia humana y a contar con la muerte como dimensión esencial de nuestra condición"

El obispo, Carlos López, ha presidido la misa funeral en recuerdo de los fallecidos, a la que también han asistido miembros de la Corporación muncipal y representantes de otras instituciones públicas. López fue uno de los tres prelados españoles ingresados por coronavirus.

El obispo invitó a los asistentes «a dar gracias a Dios y a cuantos, con su auxilio, han hecho posible, con generosa entrega, y a veces con el sacrificio de su vida, el mayor control de la enfermedad ocasionada por el coronavirus y la recuperación de la relativa normalidad de la vida eclesial, que nos permite ahora celebrar en común la participación en la Pascua de Jesucristo de tantos familiares, amigos y hermanos en la fe, que tuvieron que afrontar el misterio de la muerte sin la cercanía consoladora de la familia, y no pudieron ser acompañados en su paso a la casa del Padre por la oración pública de la comunidad cristiana en la celebración de la Misa de exequias».

«El dolor y el sufrimiento causados por el fallecimiento de tantos seres queridos en las circunstancias referidas, por el tiempo de aislamiento de la familia y de la comunidad de fe, y por las dificultades laborales y económicas, propias y ajenas, lo presentamos hoy al Señor como ofrenda de intercesión, unida al sacrificio redentor de Jesucristo, por la salvación y bienaventuranza eterna de todos los que han perdido su vida temporal a causa de la pandemia», añadió.

Durante su homilía, Carlos López ha comentado que «cuando el admirable progreso de la investigación en la biología, la medicina, la física y la tecnología invitaba a soñar en una nueva etapa cultural la humanidad, liberada de sus viejos males por la ciencia, en un abrir y cerrar de ojos, la pandemia del coronavirus nos ha obligado a vivir con especial intensidad la experiencia de la fragilidad de la existencia humana y a contar con la muerte como dimensión esencial de nuestra condición».

Y «hemos de abrazar esta realidad como base fundamental de todo proyecto humano La muerte no es un simple problema técnico, sino un profundo hecho humano que es preciso aprender a vivir e integrar con plena consciencia y libertad en la existencia personal». Dicha integración «nos hace humanos», Esta idea, comentó, choca «con una extendida visión cultural actual que difunde como ideal la instalación en la finitud de la existencia y anima a prescindir de toda esperanza que trascienda los límites de nuestra historia personal en este mundo».

Testimonio del obispo de Salamanca, Carlos López
Testimonio del obispo de Salamanca, Carlos López

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