La joven china fue bautizada por el arzobispo en Valencia Carta de Li Mingming al cardenal Cañizares: "Necesito que el amor de Dios llene el vacío de mi corazón"

Bautizo de Li Mingming
Bautizo de Li Mingming

La joven católica china Li Mingming ha recibido el sacramento del bautismo de manos del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, después de solicitarlo mediante una carta

La misiva impresionó al Cardenal, que no sólo aprobó que fuera bautizada sino que quiso ir personalmente a conferirle los sacramentos que pedía esta joven a su misma parroquia

La celebración fue "inolvidable, toda una fiesta para todos nosotros, que no pensábamos que pudiera venir el Arzobispo", señala el párroco de la comunidad china católica en Valencia, Esteban Liu

(Archivalencia).- La joven católica china Li Mingming ha recibido el sacramento del bautismo, de manos del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, después de solicitarlo mediante una carta en la que confiaba que “sentía un agujero en mi corazón por la necesidad de amor de Dios”.

El expediente para la petición de sacramentos llegó al Arzobispado procedente de la parroquia de la comunidad católica china de Valencia, Nuestra Señora de Sheshan.

Junto al expediente figuraba una carta de la joven solicitante, escrita por ella misma, y en la que solicitaba “el sacramento del bautismo, la confirmación y la primera comunión para convertirme en hija de Dios”.

La misiva impresionó al Cardenal, que no sólo aprobó que fuera bautizada sino que quiso ir personalmente a conferirle los sacramentos que pedía esta joven a su misma parroquia, ubicada en el templo de Santa María Goretti, en la Gran Vía Germanías de Valencia.

Li Mingming, que al ser bautizada tomó el nombre cristiano de María Goretti Li, forma parte de los doce catecúmenos que se preparan en la parroquia personal china, y reciben catequesis en chino mandarín, para poder ser bautizados el próximo domingo de Resurrección. 

Sin embargo, debido a motivos laborales, la joven china tiene que partir hacia Bolivia para vivir allí y por ello solicitó recibir los sacramentos en su parroquia antes de salir de Valencia.

La celebración fue “inolvidable, toda una fiesta para todos nosotros, que no pensábamos que pudiera venir el Arzobispo”, señala el párroco de la comunidad china católica en Valencia, Esteban Liu.

En la celebración se leyó el pasaje evangélico que correspondía, la Transfiguración del Señor, y el Cardenal “nos explicó que lo mismo que le pasó a Jesús en esa transfiguración, hay almas que también cambian y se transfiguran de alguna manera por obra de Dios, como le había sucedido a ella”.

La carta de Li Mingming

Li Mingming nació en la ciudad china de Baiquan, provincia de Hei longjiang, y en la carta al Arzobispo le explicaba cómo “nací y crecí en una familia que carecía de amor familiar en China” y que “durante mi infancia, experimenté muchas dificultades en soledad. Parecía que tenía un agujero muy profundo en mi corazón que necesitaba mucho amor para llenarlo”. Confiaba que un novio le llenaría ese vacío, pero “después de experimentar varios amores, fui herida, y el vacío en mi corazón se hizo más profundo todavía. Empecé a desconfiar y no quería contactar a nadie”.

En su carta, Mingming reconoce que cuando ella tenía siete años su madre se convirtió en “una cristiana protestante”, lo que le hizo conocer “desde pequeña muchas historias y palabras de la Biblia y oía hablar muchos testimonios. Creía en la existencia de Dios, pero sentía que Dios estaba lejos de mí y mi corazón no podía abrirse a Dios sinceramente”.

Sin embargo, “mi relación con Dios cambió” cuando llegó a Valencia y conoció a la comunidad católica chinay al Padre Liu en Valencia. “Él me ayudó a conocer más a Dios y comprender mejor la Fe. Los feligreses de esta parroquia se preocupan por mi y me ayudan mucho. Me acompaña a estudiar y rezar todos los días con mucha paciencia”.

Y a partir de ahí, “mi corazón se abrió a Dios poco a poco y quería acercarme a Él cada vez más. Sin darme cuenta, el agujero de mi corazón fue llenado por Dios”.

Quiero ser bautizada y convertirme en una verdadera hija de Dios. Quiero pasar el resto de mi vida según su voluntad. Espero que el Espíritu Santo me acompañe toda mi vida. Porque solo Dios es mi apoyo y mi esperanza”, señala.

Además, en su carta, la joven le confiaba al Arzobispo que “espero que mi madre y otros cristianos protestantes conozcan y comprendan el verdadero catolicismo a través de mí. Quiero que más gente conozca a Jesús, que es la única Verdad. Por supuesto, primero quiero ser una hija de Dios, y estaré cerca del Señor a través del aprendizaje continuo. Dios me dará más amor y habilidad”.

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