La ceremonia será presidida por el arzobispo de Pamplona, monseñor Florencio Roselló La Catedral de Pamplona acoge este domingo las ordenaciones de un sacerdote y de seis diáconos

El arzobispo, monseñor Florencio Roselló, invita a todos los fieles de la diócesis a unirse a la ceremonia y pide orar por ellos "para que no se sientan nunca solos"
Los ordenandos son José Humberto Chamalé, como sacerdote; Jon Díaz Elduayen, Manuel Torralba Lizasoain y David Gutiérrez Setas, como diáconos transitorios; y Beñat Goñi Baraibar, Eloy Robles Cortés e Iván Ruiz Redondo, como diáconos permanentes
La diferencia principal entre un sacerdote y un diácono radica en su ordenación y en las funciones que pueden desempeñar
La diferencia principal entre un sacerdote y un diácono radica en su ordenación y en las funciones que pueden desempeñar
| Archidiócesis de Pamplona-Tudela
Este domingo, 29 de junio, a las seis de la tarde, se celebrará en la Catedral de Santa María la Real de Pamplona la ordenación sacerdotal de José Humberto Chamalé; las ordenaciones diaconales de Jon Díaz, Manuel Torralba y David Gutiérrez; y la ordenación como diáconos permanentes de Beñat Goñi, Eloy Francisco Robles e Iván Ruiz.
La ceremonia será presidida por el arzobispo de Pamplona, monseñor Florencio Roselló, quien celebra, en un artículo que se publica esta semana en la revista diocesana La Verdad, “que estos jóvenes con futuros profesionales atrayentes, quizás, a los ojos del mundo, más interesantes que el sacerdote o el diaconado, y en cambio han elegido un camino mejor, un tesoro mayor: consagrarse a Dios como sacerdote o diáconos en la diócesis y para la diócesis de Pamplona y Tudela”.
Un sacerdote
José Humberto Chamalé, nacido en San José Pinula (Guatemala) hace 34 años, procede del Seminario Mayor Diocesano Internacional y Misionero Redemptoris Mater. “Los amigos al principio me veían como alguien raro, pero ahora tienen una perspectiva diferente y eso lo veo cuando se acercan para hablar sobre cosas que les pasan en sus vidas”, afirma.

Tres diáconos transitorios
Jon Díaz Elduayen, de 35 años y natural de Villava, confiesa que “sentía que, aun teniéndolo todo, me faltaba algo en la vida, algo que me permitiera ser plenamente feliz”. Y ese algo lo ha encontrado en el Seminario, “el mayor regalo que Jesús ha querido hacerme”. Jon ha servido durante estos años en la parroquia del Corazón de Jesús de Pamplona, en la parroquia El Salvador de Azagra y en la zona pastoral de Orreaga-Roncesvalles.

Manuel Torralba Lizasoain, de 30 años y nacido en Tafalla, confiesa que “desde antes de estudiar la carrera de Medicina ya había tenido ese interrogante vocacional y durante esos seis años noté que continuaba”. Por eso al acabar sus estudios entró al Seminario “donde he aprendido a conocer y a amar mucho más a la Iglesia”.

David Gutiérrez Setas, tafallés de 50 años, está “muy agradecido a la comunidad, los estudios, la pastoral y la formación humana y espiritual. Ha sido un regalo poder dar este paso”. También agradece el apoyo de sus padres y de sus hermanos “que están siendo muy importantes en esta etapa por su apoyo y su disponibilidad”.

Los tres diáconos transitorios -Jon, Manuel y David- han recibido su formación en el Seminario Diocesano San Miguel Arcángel, de Pamplona.
Tres diáconos permanentes
Beñat Goñi Baraibar nació en Pamplona hace 42 años y sostiene que “va a ser un reto integrar el ministerio en la realidad matrimonial, familiar y laboral”. Y reconoce que “a nivel emocional siente ciertos nervios, pero también mucha paz a nivel espiritual”.
Eloy Robles Cortés tiene 51 años y nació en la localidad granadina de Motril. Confiesa que no conocía la realidad del diaconado permanente hasta que se lo planteó un sacerdote amigo. “Así que investigué y vi que había una trazabilidad muy bonita entre esta vocación y las aspiraciones de mi vida”.
Iván Ruiz Redondo, natural de Pamplona y de 46 años, confiesa que “desde que empecé como catequista en Sangüesa sentí una inquietud que iba creciendo y no entendía nada porque ya estaba casado y tenía dos hijos, sentía que el Señor me llamaba a algo, pero no era capaz de discernirlo”. Hasta que descubrió que el diaconado era una opción para hombres casados y decidió seguir ese camino.

Sus funciones
La diferencia principal entre un sacerdote y un diácono radica en su ordenación y en las funciones que pueden desempeñar.
Un sacerdote ha recibido la ordenación completa, lo que le permite celebrar la misa, confesar y administrar otros sacramentos.
Un diácono transitorio, sin embargo, tiene un orden menor y aunque puede bautizar, presidir matrimonios y funerales y proclamar el Evangelio, no puede consagrar la Eucaristía ni confesar.
Por su parte, un diácono permanente es un hombre que está dedicado al servicio de la Iglesia de manera permanente -a diferencia de los diáconos, que se ordenan como parte del camino hacia el sacerdocio-. Los diáconos permanentes, a menudo casados y con familia, sirven a la Iglesia en áreas como la liturgia, la predicación, la administración de sacramentos y la atención a los necesitados.
