Un Corpus pleno de emoción, lágrimas y procesiones en el interior de las catedrales de Toledo, Sevilla y Granada Francisco Cerro: " Dios sabe a amor, pan partido, repartido y compartido. Hace presencia en los pobres, en los que sufren"

Procesión del Corpus por el interior de la catedral de Toledo
Procesión del Corpus por el interior de la catedral de Toledo

El primado celebra su primer Corpus como arzobispo de Toledo pidiendo por las víctimas del coronavirus y clamando contra "toda clase de racismo y xenofobia"

"Tenemos un Dios en la calle, le encanta y no se le puede arrinconar en la Sacristía, es un Dios de la vida, de la gente de la fiesta, no quiere vivir al margen de la humanidad, de nadie"

Asenjo: "Que lo que perdamos en esplendor, lo ganemos en fervor"

Fue un momento de emoción, y lágrimas. El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, salió a las puertas de la catedral con la custodia en la mano, mientras sonaban las salvas militares y el himno de España. Medio millar de fieles seguían la celebración desde dentro, y otros tantos aplaudían a rabiar desde fuera. Un día del Corpus especial, atípico, en la sede Primada, como lo fue en Sevilla o Granada, las tres grandes sedes que continúan celebrando la fiesta en jueves.

Tras la procesión en el interior, monseñor Cerro oró de rodillas ante el sagrario, ofreciendo la festividad del Corpus "a todas las víctimas del coronavirus. Queremos decirles que estamos con ellos, que nos acordamos de ellos,q ue queremos estar siempre cerca de sus dolores y sufrimiento".

También pidió "por los más pobres. Apoyemos todos a Cáritas y a las instituciones que trabajan con los más necesitados", glosó el primado, quien también condenó "toda clase de racismo y xenofobia", e incluso evocó a Martin Luther King al afirmar que "prefiero encender una lámpara a maldecir la oscuridad".

"Dios es cercano, quería vivir con los hijos de los hombres; segundo el Corpus es Dios en la calle, por eso la procesión es la más importante del año", subrayó el arzobispo de Toledo. Y, en tercer lugar, "en esta misa hispano-mozárabe, tan solemne y, al tiempo, tan sencilla, nosotros miramos también por los pobres que sufren y, en este sentido, podemos decir que este día es de la caridad, de la presencia de Jesús en los pobres", ha enunciado.

Dicho esto, el Primado de España ha dicho sentirse "muy feliz y contento" en esta celebración del Corpus, que ha calificado de "extraordinario" por la situación especial de la celebración, por la pandemia, "no solo por mi, que celebro por primera vez, sino porque seguramente nunca hemos tenido jamás una experiencia de este tipo y estoy seguro que no la volveremos a tener y por eso pedimos, verdaderamente, para que no vuelva a suceder".

Paco Cerro, en el Corpus

Cerro ha expuesto de "este Corpus extraordinario" la "cercanía" de Jesús, porque "está con nosotros, sabe a misericordia" y ha aludido a la Eucaristía, el pan, la comida y la bebida, y "sabemos el amor, ternura de Dios, y tenemos la alegría y el gozo de que está presente".

"Segundo, tenemos un Dios en la calle, le encanta y no se le puede arrinconar en la Sacristía, es un Dios de la vida, de la gente de la fiesta, no quiere vivir al margen de la humanidad, de nadie", ha reflexionado monseñor Cerro. "Este año no ha podido ser así, pero enseguida lo vamos a poder retomar, desde la normalidad, y lo aceptamos con gozo, por el bien de la salud pública vivimos esta realidad que asumimos todos", ha apostillado.

PacoNunezCorpus2020

"En este Corpus especial, en un Toledo que sabe cantar como nadie cantar la Eucaristía, engalanar sus calles, estar cercano a todos, como pocos lugares en el mundo, nos comprometemos a servir a los más pobres y necesitados, a partir del pan en la Eucaristía, pero también en tantas personas rotas que necesitan de nuestra caridad y amor", ha concluido. 

611 personas en Sevilla

Por su parte, la catedral de Sevilla ha acogido este jueves la celebración de un Corpus Christi con todas las medidas de seguridad que requiere el estado de alarma por la crisis de la COVID-19, sin procesión en la calle ni Seises, aunque el arzobispo, Juan José Asenjo, ha llamado a que "lo que perdamos en esplendor, lo ganemos en fervor".

Durante la homilía, Asenjo ha lamentado que "las circunstancias nos impiden acompañar al Señor por nuestras calles, otros años adornadas con sus mejores primores, convertidas en un inmenso templo para gloria y honor del Señor sacramentado" y ha animado a renovar "nuestra fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, confesando con los labios y creyendo en el corazón que, en la más hermosa y rica custodia de nuestra catedral regalada por una familia sevillana del siglo XVII"·.

El arzobispo ha presidido una celebración que ha tenido un aforo limitado a 611 personas, entre las representaciones de instituciones de la ciudad de Sevilla y de la Archidiócesis, autoridades civiles, militares y universitarias, en la que los sacerdotes asistentes no han concelebrado para preservar las medidas de seguridad.

Además, como homenaje a las personas que han trabajado en primera línea contra el coronavirus, han asistido dos representantes de los colectivos de médicos, enfermeros, farmacéuticos, trabajadores de centros de personas mayores, Unidad Militar de Emergencias, Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local, Protección Civil, Bomberos y miembros de Cáritas y de Cruz Roja.

Durante la procesión por las naves de la catedral sevillana el arzobispo ha bendecido a las personas que se han acercado a la Puerta de la Asunción del templo, en la Avenida de la Constitución, en una celebración en la que la Octava posterior al Corpus Christi de adoración al Santísimo con el tradicional baile de Seises también ha quedado suprimida. 

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