En el quinto aniversario de la coronación pontificia de la imagen de la patrona Francisco concede un Año Jubilar al Santuario lucense de O Corpiño

Santuario de la Bienaventurada Virgen María de O Corpiño
Santuario de la Bienaventurada Virgen María de O Corpiño

El Papa Francisco ha concedido al santuario de la Bienaventurada Virgen María de O Corpiño (Lalín) un Año Jubilar en el quinto aniversario de la coronación pontificia de la imagen de la patrona

Con este año de indulgencia concedido por el Papa Francisco, O Corpiño se suma a otros cuatro que se celebran en este tiempo en España en Ávila, Cantabria, Álava y Mérida

Ese tiempo es una invitación a la conversión, una oportunidad para alimentar la fe y renovar el compromiso de ser testigos de Cristo

(Diócesis de Lugo).- El Papa Francisco ha concedido al santuario de la Bienaventurada Virgen María de O Corpiño (Lalín) un Año Jubilar en el quinto aniversario de la coronación pontificia de la imagen de la patrona. Fue el rector del lugar, don José Criado, quien, en la Eucaristía Solemne del este pasado 24 de junio, leyó la carta de la Penitenciaria Apistólica en la que se hacía público este privilegio. El Año Jubilar se extenderá desde el 24 de junio de 2023 hasta la misma fecha del próximo año.

Con este año de indulgencia concedido por el Papa Francisco, O Corpiño se suma a otros que se celebran en este tiempo en España: al Teresiano que tiene lugar en Ávila hasta octubre de 2023; al Lebaniego en Cantabria; al del Sagrado Corazón en la catedral y en la basílica de la Gran Promesa de Valladolid hasta junio de 2024; al del santuario de Estíbaliz, en Álava, hasta mayo de 2024 y al Eulaliense en Mérida, que empezará en diciembre de este año.

El jubileo representa una gran alegría

La celebración del jubileo se origina en el judaísmo. Consistía en una conmemoración de un año sabático que se realizaba cada 50 años. Durante ese tiempo que representaba una gran alegría, se ponían a los esclavos en libertad, se restituían las propiedades a quienes las habían perdido, se perdonaban las deudas, las tierras debían permanecer sin cultivar y se descansaba. 

En la tradición católica, el  jubileo consiste en que, durante el el año, se concede indulgencia plenaria a los fieles que cumplen con las disposiciones eclesiales establecidas por el Vaticano. Ese tiempo es una invitación a la conversión, una oportunidad para alimentar la fe y renovar el compromiso de ser testigos de Cristo

La indulgencia plenaria, gracia propia de los años jubilares

En el sacramento de la Reconciliación, Dios perdona nuestros pecados; sin embargo, la «mancha» que el pecado deja en nuestra alma, permanece. La misericordia de Dios se transforma en indulgencia del Padre que, a través de la Iglesia, alcanza al pecador perdonado y lo libera de todo residuo, consecuencia del pecado, habilitándolo a obrar con caridad y a crecer en el amor.

Para ganar una indulgencia plenaria, en año normal o en año santo, deben cumplirse siempre unos requisitos generales y, en ocasiones, alguno particular que puede pedir el Santo Padre. Lo generales son la peregrinación al templo, la Confesión Sacramental, la Comunión en el mismo día en que quiera lucrarse la indulgencia y la oración por las intenciones del Papa.

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