El Papa escribe al "querido hermano" José María Gil Tamayo Francisco: "Santa Teresa es un ejemplo del papel extraordinario que la mujer ha ejercido a lo largo de la historia en la Iglesia y en la sociedad"

José María Gil Tamayo, junto a una estatua de Teresa
José María Gil Tamayo, junto a una estatua de Teresa

"La llama que Jesús encendió en Teresa sigue brillando en este mundo siempre necesitado de testigos valientes, capaces de romper cualquier muralla, sea física, existencial o cultural"

El Papa Francisco ha querido hacerse presente en las celebraciones del cincuentenario de la concesión del Doctorado de la Iglesia a Santa Teresa de Jesús. La primera mujer en recibir este título es el leit motiv de la carta papal "al querido hermano José María Gil Tamayo", que acaba de hacer público la diócesis de Ávila.

"A pesar de los cinco siglos que nos separan de su existencia terrena, la llama que Jesús encendió en Teresa sigue brillando en este mundo siempre necesitado de testigos valientes, capaces de romper cualquier muralla, sea física, existencial o cultural", escribe Bergoglio, que define a la santa abulense como "una mujer excepcional", que supone "un ejemplo eximio del papel extraordinario que la mujer ha ejercido a lo largo de la historia en la Iglesia y la sociedad".

Camino a la perfección

"La Santa de Ávila nos sigue hablando hoy a través de sus escritos y su mensaje está abierto a todos, para que al conocerlo y contemplarlo nos dejemos seducir por la belleza de la palabra y por la verdad del contenido, y pueda hacer brotar dentro el deseo de avanzar en el camino hacia la perfección", escribe Bergoglio, quien insiste en que su ejemplo "no es sólo para aquellos hermanos y hermanas nuestros que sienten la llamada a la vida religiosa, sino para todos los que desean progresar en el camino de purificación de toda mundanidad".

santa Teresa
santa Teresa

"Ella supo trasladar el cielo a la tierra, haciendo de su vida una morada de Dios, en la que todos tenían cabida", resalta el Papa, quien recuerda "la gran devoción de la santa andariega" por san José, a quien "tomó como maestro, abogado e intercesor".

"Tal fue su devoción que, con motivo de sus fundaciones, recorría las tierras de Castilla y de Andalucía acompañada por la imagen de san José. Los santos siempre van de la mano, y nos sostienen por la confianza puesta en su intercesión. Que ellos intercedan por ustedes", concluye la carta.

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