La Iglesia de Burgos inicia oficialmente el curso con su tradicional cita Iceta anima a sus sacerdotes a disfrutar de su condición: "Vivan la fraternidad con confianza y sin agobios, sean felices"

Monseñor Iceta ha acompañado a los sacerdotes que ejercen su ministerio pastoral en la ciudad, reunidos para celebrar la 'universidad de curas', un encuentro tradicional que se remonta al siglo XVI
Esta vez, y como ya ocurriera en 2018, se ha dado cita en la iglesia de la Real y Antigua de Gamonal. Allí han concelebrado una eucaristía que ha presidido el arzobispo y que ha dado lugar a una jornada de convivencia que se ha prolongado por la tarde en el convento de la fraternidad Verbum Spei
(Archiburgos).- Ocurre así desde el siglo XVI. Y, como cada 8 de septiembre, la tradición se ha vuelto a cumplir. Los sacerdotes que desarrollan su misión pastoral en la ciudad de Burgos se han dado cita para celebrar la fiesta de la Natividad de la Virgen María y retomar de forma oficiosa la actividad en sus parroquias después del descanso veraniego.
Esta vez, y como ya ocurriera en 2018, se ha dado cita en la iglesia de la Real y Antigua de Gamonal. Allí han concelebrado una eucaristía que ha presidido el arzobispo y que ha dado lugar a una jornada de convivencia que se ha prolongado por la tarde en el convento de la fraternidad Verbum Spei.
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Monseñor Mario Iceta ha animado a los sacerdotes a afrontar el nuevo curso sin «agitaciones interiores» y con una «enorme confianza» en Dios, pues es él quien «sostiene la tarea y nos envía a su campo, a su viña». Como ha indicado el arzobispo, la tarea encomendada a los sacerdotes no es de origen humano, aunque cuenta con su entrega e, incluso, sus «debilidades y pecados»: «El Señor va a hacer su obra con la insuficiencia de nuestras fuerzas, de nuestra pequeñez».

"Es importante que vivan la fraternidad sacerdotal, cuiden la relación con Jesucristo y confíen a él su tarea pastoral. Nos insertamos en una cadena de salvación; no somos ni los primeros párrocos ni los últimos, nada empieza con nosotros. He recibido un testigo de Dios y la Iglesia y lo he de continuar"
Al igual que ha hecho el papa León XIV en el transcurso del Jubileo en Roma, el arzobispo también desea que los curas de Burgos sean «sacerdotes felices, no agobiados, no estresados, no tensionados». Para ello –les ha recordado– es importante que vivan la fraternidad sacerdotal, cuiden la relación con Jesucristo y confíen a él su tarea pastoral. «Nos insertamos en una cadena de salvación; no somos ni los primeros párrocos ni los últimos, nada empieza con nosotros. He recibido un testigo de Dios y la Iglesia y lo he de continuar», ha explicado. Y, «aunque haya circunstancias eclesiales, sociales, personales o diocesanas que no entendemos, confiemos en el Señor».
Ante los retos que plantea el nuevo curso pastoral, don Mario ha subrayado la necesidad de confiar en la acción de Dios y ha recordado que su visita pastoral proseguirá en las parroquias del arciprestazgo del Vena, en la zona norte de la ciudad.

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