(Archimadrid).- Un mes después de que Iñaki Lete cediera el testigo como párroco de María Auxiliadora de Atocha, el salesiano recibía una noticia largamente esperada: la concesión, por parte de la Santa Sede, del título de basílica menor al templo por parte de la Santa Sede. «Toda la documentación se había presentado ya hace cuatro o cinco años», señala Iñaki en conversación telefónica desde Mohernando (Guadalajara), adonde ha acudido a un encuentro de salesianos desde su destino actual, Santander.
Efectivamente, en 2022 el entonces arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, presentó la petición oficial de basílica menor para la parroquia al Vaticano, y la designación fue aprobada por el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos el pasado 7 de octubre.
«Ha sido un regalo de María Auxiliadora para la Iglesia local y especialmente para los jóvenes», señala el antiguo párroco. Rememora cómo empezó todo, hace ocho años, un día hablando con el cardenal. «¿Por qué no pedís que sea basílica?». El sacerdote se puso a preparar toda la documentación, porque de hecho había argumentos para solicitarlo.
Primero, «la misma planta del templo, basilical», con sus vidrieras y sus pinturas, de amplias dimensiones, lo que la convierte en «una de las iglesias más grandes de Madrid». Segundo, una devoción arraigada. «Los salesianos llegaron a Atocha hace 125 años», que por aquel entonces eran las afueras de Madrid. Con un internado y talleres para dar a los chicos una educación y una formación siguiendo el estilo de Don Bosco, esos primeros jóvenes llevaron a sus casas, a sus barrios o a sus ciudades de origen la devoción a María Auxiliadora.
En la actualidad, el templo, unido al colegio, «es una obra salesiana grande: hay 2.800 alumnos, 1.000 de ellos de Formación Profesional, esto es, de 16 a 25 años, más un centro juvenil fortísimo con cerca de 500 jóvenes». A ello se le suman las familias, con lo que se da todo un «ambiente social, eclesial y colegial».
Seguir con la misma atención pastoral
Uno de los destacados de la parroquia es la capilla de los mártires, en la que reposan los restos de once beatos salesianos. Martirizados durante la guerra civil española, ocho de ellos pertenecían a la comunidad de Atocha, a los que se suma el cuerpo del mártir más joven de España, Federico Cobo, de 16 años, que era aún aspirante.
«Otro elemento importante es la reliquia de Carlo Acutis» que les llegó directamente de la madre del reciente santo hace ya casi cinco años. Está puesta junto al retablo de la santidad salesiana.
La recién declarada basílica es, pues, un foco de fe y piedad que, «con Jesucristo en el centro, tiende a la parte más devocional de María Auxiliadora». Así pues, llevar el título de basílica menor implica reconocer su especial relevancia litúrgica y pastoral dentro de la diócesis de Madrid y el hecho de que tenga una devoción particular reconocida, motivo de peregrinaciones.
«Se seguirá con la misma atención pastoral», lo único que ahora, dice, ha notado una alegría especial, «una satisfacción», un regalo para todos. A la propia «chavalería» del colegio, a los jóvenes, les suena a importante, «que su iglesia lleve el nombre de basílica…».
