Primeras palabras del obispo electo de Coria-Cáceres Jesús Pulido: "Cuando el Señor llama a una misión, concede las gracias necesarias para llevarla a término"

Jesús Pulido, con Francisco Cerro
Jesús Pulido, con Francisco Cerro

"Recibo este nombramiento como una nueva llamada del Señor, que sigue contando conmigo para trabajar en su viña y edificar su Iglesia"

"Quiero acercarme “descalzo” a ese templo espiritual"

(Ecclesia).- "Recibo este nombramiento como una nueva llamada del Señor, que sigue contando conmigo para trabajar en su viña y edificar su Iglesia". Así se ha dirigido Jesús Pulido a sus nuevos diocesanos de Coria-Cáceres.

En una rueda de prensa desde la archidiócesis de Toledo una vez conocido su nombramiento, el obispo electo ha subrayado que «cuando el Señor llama a una misión, concede las gracias necesarias para llevarla a término». Por eso, ha dicho, «espero que me haga partícipe de su corazón de Padre para que sepa estar cerca de los débiles y necesitados, de los enfermos, los migrantes, los marginados, los encarcelados… con los que su Hijo Jesús se identifcó».

«La misión que me confía ahora la Iglesia supera mis fuerzas»

En obispo electo ha pedido que su palabra «sepa exponer con claridad y cercanía el Evangelio hecho vida. La misión que me confía ahora la Iglesia supera mis fuerzas y es mucho más lo que tengo que aprender que lo que puedo aportar, pero tengo la seguridad de que el Señor dirige y acompaña mi vida y es Él quien me ha traído hasta aquí».

Pulido ha hecho repaso de su ministerio sacerdotal durante 31 años como operario diocesano en la Hermandad de sacerdotes operarios diocesanos del Corazón de Jesús, «que me ha ofrecido un camino de santificación viviendo el sacerdocio en fraternidad y al servicio de las vocaciones». Además, ha confesado que desde que recibió la comunicación de este nombramiento «no puedo quitarme de la cabeza su relación con la beatificación de cuatro mártires operarios el pasado 30 de octubre en Tortosa, tres de ellos vinculados con Toledo y dos con Extremadura. Uno de la diócesis de Coria-Cáceres, Aquilino Pastor Cambero, de Zarza de Granadilla».

«Quiero acercarme “descalzo” a ese templo espiritual»

Por otro lado, en su intervención, ha querido agradecer al arzobispo Francisco Cerro, quien, como antecesor suyo en la diócesis extremeña, «ha dejado tras de sí una Iglesia joven y renovada. Como a tierra sagrada, quiero acercarme “descalzo” a ese templo espiritual, construido con piedras vivas, que es la Iglesia de Coria-Cáceres».

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