El emérito de Zaragoza arremete contra la ley Celaá y la eutanasia Jiménez Zamora: "En España se ha impuesto la cultura de la muerte"

El arzobispo emérito de Zaragoza, Vicente Jiménez Zamora, ha señalado este domingo, en la homilía de la misa oficiada en la basílica de Nuestra Señora de los Milagros, en Ágreda, que las dos grandes amenazas que tiene la familia en España son las leyes de la eutanasia y de la educación.

Jiménez Zamora, que ha presidido la misa de la Sagrada Familia, en su pueblo natal, en Ágreda, ha recordado que la vida es siempre y don y "la eutanasia es un fracaso".

"Es verdad que habrá enfermos incurables, pero siempre tendremos que cuidarlos. Y hacerlo con cuidados paliativos, para que no sufran tanto, pero nunca acortando la vida. La eutanasia es un fracaso para el Estado, que en lugar de cuidar y proteger a sus miembros, les infringe la muerte", ha afirmado.

Además ha asegurado que la ley de la eutanasia es un fracaso también para la medicina y la profesión médica, que tienen por vocación cuidar la salud de todos hasta el final, "hasta que Dios quiera, pero no acortando la vida".

Para monseñor Jiménez Zamora, la ideología ha impuesto la cultura de la muerte, "lo que es una mala noticia para España".

"La eutanasia está solo en seis estados, muy pequeños, y nosotros queremos ser avanzado, pero en el mal, no el bien. Una sociedad es más rica y más noble cuando cuida de los ancianos", ha resaltado.

Además ha señalado que la nueva ley de educación hará también mucho daño a la familia y a la sociedad españolas.

"No se respeta el derecho de los padres a elegir el modelo de educación que quieren para sus hijos. Los hijos no son del Estado, son de los padres. Y ellos tienen que marcar el modelo de educación para los hijos, porque si no caemos en un estatalismo y en una dictadura dentro de la educación", ha denunciado.

Monseñor Jiménez Zamora ha lamentado que se hayan aprobado estas dos leyes, en tiempos de pandemia, "con nocturnidad y alevosía y sin consultar a nadie".

El arzobispo emérito de Zaragoza ha reclamado en su homilía valorar a los ancianos, que han tirado y ayudado a la familia en momentos de crisis, con sus ahorros, con sus pensiones y sus esfuerzos.

"Por eso tenemos que venerar por donde pisan los abuelos y los ancianos, que son un tesoro de la Iglesia y de la sociedad", ha expresado