El Obispado se desvincula del "litigio" pero "desconocía la gravedad" de los hechos Otro cura de Málaga, detenido por quebrantar la orden de alejamiento tras acosar a la mujer con la que convivía

Vehículo de la Guardia Civil
Vehículo de la Guardia Civil

Se trata de Roberto José B., párroco de los municipios malagueños de Canillas de Aceituno, Sedella y Salares, quien había sido investigado por un delito de coacciones contra una mujer

La mujer dijo que convivía con el sacerdote y que debido a sus desavenencias, decidió irse a Madrid. El cura comenzó el acoso con llamadas de teléfono, mensajes y correos electrónicos para pedirle que volviera

La mujer denunció en dos ocasiones, por lo que el cura tenía prohibido acercarse a menos de 300 metros del domicilio de la víctima o de cualquier otro lugar que ella frecuentara

El sacerdote quebrantó la orden de alejamiento y fue detenido. Fuentes del Obispado aseguran que tenían constancia del "litigio" entre ambas partes, aunque "desconocían la gravedad" de los hechos y ahora buscan un sustituto para los fieles

Un sacerdotede un pueblo de Málaga fue detenido por la Guardia Civil después de que hubiera quebrantado la orden de alejamiento que se le impuso por acosar a una mujer con la que convivía, según denunció en su día la propia víctima.

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Según han confirmado a EFE fuentes próximas a la investigación, se trata de Roberto José B., párroco de los municipios malagueños de Canillas de Aceituno, Sedella y Salares, quien había sido investigado por un delito de coacciones contra una mujer.

Cura detenido

Al parecer, según las mismas fuentes, la mujer dijo que convivía con el sacerdote y que debido a sus desaveniencias, decidió irse a Madrid.

Fue en ese momento, cuando el cura la acosó con llamadas de teléfono, mensajes y correos electrónicos para pedirle que volviera a Málaga.

La mujer denunció el acoso en una comisaría de Madrid de la Policía Nacional, unas diligencias que después amplió la Policía Judicial de Vélez-Málaga.

Las fuentes han explicado que la mujer también denunció, esta vez en Málaga, que en una ocasión cuando conducía su vehículo por la A-7, el sacerdote la rebasó a la altura del kilómetro 978 y se rió de ella.

Después, se puso delante del coche de la mujer, redujo la velocidad y ella le adelantó. Pero él volvió a acelerar, se colocó delante de ellas y le dio las luces largas a menos de dos metros. Una actitud que mantuvo un tiempo.

Lo hizo, según las fuentes, cuando ya tenía una orden de alejamiento por el acoso previo. De hecho, tenía prohibido acercarse a menos de 300 metros del domicilio de la víctima o de cualquier otro lugar que ella frecuentara.

Fue en la primera semana de septiembre cuando la Guardia Civil le detuvo por quebrantar esa orden.

Obispado de Málaga

El Obispado de Málaga estudia qué medidas adoptar ante la detención del sacerdote de los municipios malagueños de Canillas de Aceituno, Sedella y Salares, acusado de acosar a una mujer, y ha dejado claro que se desvincula de "un litigio entre dos personas adultas".

Debido a ello, la Diócesis advirtió en su día al sacerdote y la mujer, ambos de origen venezolano, "que resolvieran ellos sus problemas personales como adultos que eran y que no implicaran al Obispado en sus asuntos".

"Nos hemos enterado de la gravedad del asunto por la denuncia", han insistido las fuentes, que han señalado que el Obispado está analizando toda la información de que dispone del caso para tomar "las medidas oportunas" en relación al cura, así como para que los municipios en los que daba misa puedan tener cuanto antes un párroco sustituto.

Iglesia Canillas de Aceituno

Nota de la diócesis

Ante la información publicada en algunos medios de comunicación sobre la detención del sacerdote Roberto Bocanegra, párroco de Canillas de Aceituno, Sedella y Salares, el Obispado qde Málaga se siente en la obligación de aclarar.

1.- El Obispado ha contactado con el interesado y se encuentra de retiro unos días fuera de su pueblo.

2.- El sacerdote no está detenido; la Policía le tomó declaración en su día y regresó después a su casa. 

3.- Tanto el sacerdote como la señora que lo acusa se denunciaron mutuamente por acoso; solo le impusieron a él la orden de alejamiento. 

4.- Según su abogado, en calidad de defensa particular, el sacerdote no ha quebrantado ninguna orden de alejamiento.

5.- El Obispado conocía las desavenencias entre ambas personas, pero no podía intervenir al tratarse de cuestiones personales entre dos mayores de edad. Además, desconocía la existencia de la orden de alejamiento.

6.- Los hechos se encuentran en fase de investigación; por tanto, hay que esperar a que finalice la instrucción de este procedimiento para hacer una justa valoración.

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