Diócesis de toda España celebran eucaristías en memoria de las víctimas del coronavirus "Tenemos que luchar juntos, codo con codo, no unos por otros, ni unos contra otros, sino con otros"

Iceta y Segura, en la catedral de Valladolid
Iceta y Segura, en la catedral de Valladolid

Manuel Herrero: "Esta pandemia nos ha hecho palpar nuestra fragilidad y vulnerabilidad; nosotros que pensamos que somos inmortales, que hemos llegado a la luna y hemos enviado naves a otros planetas, nosotros que hemos creído que la ciencia y la economía nos va a salvar y darnos la felicidad y la eternidad"

Celso Morga: "Nuestros mayores ayudaron en la construcción de la España moderna que hoy disfrutamos. Nos dejaron y le dimos un adiós, casi, en la clandestinidad. Esto, para sus familiares directos, fue un hecho de profundo dolor”

Iceta: "Es tiempo para la magnanimidad, la generosidad, el esfuerzo, la constancia superando intereses particulares"

Este fin de semana, casi todas las diócesis celebran funerales en memoria de las víctimas de la Covid-19, y como agradecimiento a los que se dejaron, y siguen dejándose, la piel para luchar contra la pandemia y sus efectos. Una de las más emotivas ha tenido lugar en Palencia, cuyo obispo, Manuel Herrero, fue uno de los tres prelados españoles infectados por coronavirus.

En su homilía en la catedral, Herrero ha subrayado cómo "el Covid-19 ha traído mucha desolación al mundo. Lo hemos visto y vivido durante mucho tiempo, todavía estamos en ello; nos ha mostrado el desolador espectáculo de calles vacías, de cercanía humana herida, de distanciamiento físico (...), y ha convertido nuestras relaciones en interacciones temerosas ante extraños y en intercambio neutral de las personas sin rostro, envueltas en equipos de protección".

"Esta pandemia nos ha hecho palpar nuestra fragilidad y vulnerabilidad; nosotros que pensamos que somos inmortales, que hemos llegado a la luna y hemos enviado naves a otros planetas, nosotros que hemos creído que la ciencia y la economía nos va a salvar y darnos la felicidad y la eternidad", apuntó el religioso, quien insistió en que el coronavirus "nos ha enseñado que dependemos unos de otros, que nos necesitamos, que no podemos resignarnos ante las dificultades, sino que tenemos que luchar juntos, codo con codo, no unos por otros, ni unos contra otros, sino con otros, sin descartar a nadie y ser corresponsables hoy, porque en nuestras interacciones podemos ocasionar la propagación del virus a través del transporte, la movilidad masiva de personas, los vieja es de negocios, el turismo, etc. Por eso hay que cumplir a rajatabla las orientaciones sanitarias de las autoridades". Bien sabe Herrero lo que puede ocurrir si no se hace.

Misa por los fallecidos en Palencia

Morga: "Muertos en la clandestinidad"

En Badajoz, por su parte, el arzobispo de Mérida, Celso Morga, presidió un funeral al que asistió, entre otras personalidades, el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara. Morga expresó su agradecimiento a todas las instituciones y particulares que "en estos meses se han puesto al servicio de todos, exponiendo incluso sus propias vidas”, y recordó especialmente a los ancianos fallecidos, que "ayudaron en la construcción de la España moderna que hoy disfrutamos. Nos dejaron y le dimos un adiós, casi, en la clandestinidad. Esto, para sus familiares directos, fue un hecho de profundo dolor”.

El obispo de Ciudad Real , Gerardo Melgar, quiso reconocer el trabajo realizado por aquellos colectivos que trabajan en primera línea contra el Covid-19 y pedir a los gobernantes que busquen el bien común para todos "al margen de ideologías" ante la crisis económica y social.

Tiempos de reconstrucción

Para Mario Iceta, quien presidió en la catedral de Bilbao junto a su auxiliar, Joseba Segura, es fundamental "redoblar esfuerzos en generosidad y compromiso personal, social e institucional" para afrontar los "tiempos difíciles de reconstrucción que tenemos por delante. Tenemos que ayudar a quienes se han visto perjudicados por la pandemia y la crisis económica y social en la que nos vemos inmersos".

Junto al recuerdo de los fallecidos, Iceta quiso señalar que "esta no es la primera pandemia, ni desgraciadamente será la última", apuntando, por ejemplo, cómo "la malaria sigue siendo la segunda causa de muerte en África, después del hambre".

"La muerte nos ha golpeado duramente", apuntó el obispo de Bilbao, quien recordó "el sufrimiento más desgarrador en el corazón de muchas familias, que han visto enfermar y fallecer a sus seres queridos en ocasiones sin poder ofrecerles la compañía y el consuelo que hubiesen necesitado".

Por último, ha defendido la necesidad de ayudar a los perjudicados, de tal forma que "la crisis económica y social requiere redoblar esfuerzos en generosidad y compromiso personal, social e institucional". "Es tiempo para la magnanimidad, la generosidad, el esfuerzo, la constancia superando intereses particulares", culminó.

Celso Morga, durante el funeral en Badajoz

Un álbum con todos los fallecidos

El arzobispo de PamplonaFrancisco Pérez, ha subrayado que "una de las afirmaciones más fuertes que la pandemia ha podido pronunciar ha sido que el ser humano es vulnerable e impotente", pero ha señalado al mismo tiempo que "esto no quiere decir que se sienta apelmazado o desesperanzado, todo lo contrario, se afianza mucho más en las verdades auténticas que Dios nos regala".

"La gran mayoría de los que han fallecido han pasado por la soledad y los familiares sólo han podido recordar la entrega generosa de su seres queridos", insistió Pérez, quien agradeció cómo "muchos ha habido que con su entrega generosa han sido y siguen siendo manifestación del amor de servicio". "Esto no sólo lo aplaudimos sino que nos hace pensar en el auténtico sentido que nace del corazón humano y de ahí que esto manifiesta la humanización de la que habla el evangelio", ha explicado, para añadir que "muchas veces nos encontramos abrumados ante las dificultades y contrariedades, por eso el servicio mayor es el amor de entrega".

Durante la misa, se ha colocado ante el altar un álbum con todos los nombres de los difuntos diocesanos a causa de la pandemia del coronavirus. "Día a día en la eucaristía celebrada por la tarde -durante casi tres meses- en la parroquia de San Lorenzo a los pies de la capilla de San Fermín, se han ido recordando sus nombres y apellidos. Quedarán para la posteridad estos nombres de nuestros hermanos que arrebatados por la muerte han encontrado el consuelo por los sufragios ofrecidos en la eucaristía", ha apuntado.

Peligrosa pandemia que extiende aún su amenaza

Finalmente, el obispo de León, Julián López, ofició una ceremonia en la que advirtió de que «la peligrosa pandemia extiende todavía su amenaza». López remarcó el hecho de que los españoles y los otros pueblos hispanos compartan una historia, unos criterios de vida y unas pautas de conducta que nos han salvado muchas veces de los propios fallos o errores. «Por eso, hoy como ayer, dirigimos la mirada al apóstol Santiago, el amigo del Señor, e invocamos su patrocinio e intercesión sobre la España actual que deseamos siga siendo depositaria y cultivadora de valores espirituales que sostienen y enriquecen no pocos aspectos de la vida social y cultural de nuestro pueblo».

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