El arzobispo de Valencia reflexiona sobre el ejemplo de renuncia de san José Monseñor Benavent: "La vocación de todos debe ser estar a disposición, sin servirnos de los otros para nuestros intereses"

Monseñor Benavent en la solaemnidad de San José
Monseñor Benavent en la solaemnidad de San José Víctor Gutiérrez

"Para ser cristianos auténticamente no son necesarias acciones espectaculares, ni son necesarios los protagonismos humanos"

"Cuando la sencillez se vive espontáneamente hace a una persona grande. Ser pequeños en las grandezas humanas es la máxima expresión de la dignidad humana"

"En una cultura como la que estamos viviendo de superficialidad, su testigo es el de la profundidad espiritual"

"La fe sólida lleva a vivir la vida como una auténtica aventura. El que busca seguridades cierra el horizonte de su vida, pero a quien vive la apertura a la fe se le abren nuevos horizontes"

"José es el santo que está en el origen y justifica la celebración de nuestras fiestas de Fallas, pero como le pasó en su vida, cede todo el protagonismo a su esposa, la Madre del Señor"

(Archivalencia).- El Arzobispo de Valencia ha reflexionado acerca de la figura de san José y de la importancia del Patrono Universal en la Iglesia, señalando su el ejemplo de San José como exigencia para todos de renunciar a los propios intereses, “la vocación de los padres de familia, de los sacerdotes, de las autoridades. Ponernos los unos a disposición de los otros y hacerlo sin querer servirnos de los otros para nuestros propios intereses.

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Mons. Benavent ha explicado que «en mi opinión san José tenía muy claro que su misión en este mundo era hacerse servidor. Y lo hace sin preguntarse nada, sin oponerse a nada de lo que Dios le iba pidiendo en cada día de su vida. Esa vocación de José debería ser la vocación de todo cristiano: hacernos servidores los unos de los otros por amor”. Esa es la vocación y la actitud fundamental de todo cristiano”.

Además el Arzobispo ha señalado que "para ser cristianos auténticamente no son necesarias acciones espectaculares ni son necesarios los protagonismos humanos". Mons. Enrique Benavent ha afirmado que sólo la sencillez espontánea es lo que da la dignidad.

"San José vivió desde la sencillez y la humildad, era un sencillo carpintero sin poder pero Dios le confió a su Hijo. Se caracterizó por el silencio, de hecho no se nos han transmitido en los evangelios ni una sola palabra suya, una vida de pocas palabras pero de una acción constante y cuando su misión estaba cumplida desapareció de este mundo con toda discreción. Y es que la autenticidad de las personas está más en las obras que en las palabras. Y es que cuando la sencillez se vive espontáneamente esto es la que hace a una persona grande. Cuando pensamos en las grandes personas a las cuales admiramos no pensamos nunca en aquellas que pretenden ser grandes sino en aquellas que lo son con humildad y con sencillez. Ser pequeños en las grandezas humanas es la máxima expresión de la dignidad humana, porque es el que hace grande a una persona en los ojos de Dios".

El Arzobispo de Valencia ha destacado que “San José era de pocas palabras pero la capacidad le venía de actitudes interiores, de mucha profundidad espiritual. En una cultura como la que estamos viviendo de superficialidad, su testigo es el de la profundidad espiritual”.

Mons. Benavent ha recordado que “es el Santo que está en el origen y justifica la celebración de nuestras fiestas de Fallas. Pero en Sant Josep le pasa en se las nuestras Fiestas el mismo que le pasó en su vida, y es que aunque fue una figura clave en la vida del Señor, siempre se quedó en un segundo lugar, huyendo de todo protagonismo. Cómo hemos visto en la Ofrenda de flores, cede todo el protagonismo a su esposa, la Madre del Señor. Por eso es bueno reflexionar sobre esta gran figura que por la sencillez de su vida, es un santo que está tan cerca en el pueblo cristiano, cerca a todos los creyentes, a todos los que en el día a día quieren ser fieles al Señor”.

"Quien vive la apertura de la fe como la vivió San José, se le abren en su vida horizontes nuevos, horizontes de esperanza, infinitos"

El Arzobispo recuerda cómo se le señala como “un hombre justo, y un hombre de fe que se fió más de Dios que de las propias intuiciones, y la fe se tradujo en obediencia”. Por ello, ha recordado que “sólo una fe en la profundidad de la vida puede llevar a una fe sólida, a vivir la vida como una auténtica aventura. Aquel que busca las propias seguridades cierra el horizonte de su vida, pero a quien vive la apertura de la fe como la vivió San José, se le abren en su vida horizontes nuevos, horizontes de esperanza, infinitos. En un mundo encerrado en sí mismo como es el nuestro, San José nos invita a vivir la aventura de la fe, a fiarnos más de Dios que de nosotros mismos”.

En la eucaristía, celebrada en la Catedral de Valencia, el arzobispo de Valencia ha agradecido la presencia de las Falleras Mayores de Valencia, de la Junta Central Fallera, del concejal de Fallas y resto de autoridades, al Gremi dels Mestres Fusters así como de las representantes de las Hogueras de Alicante, la Magdalena de Castellón, y de las Casas Regionales también presentes.

Fotografías de Víctor Gutiérrez

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