Se trata de la segunda diócesis, tras Solsona, en echar mano del pasado. La CEE no lo hará El Obispado de Cartagena-Murcia investigará los casos de abusos a menores desde 1950 a la actualidad

El obispo de Cartagena-Murcia
El obispo de Cartagena-Murcia

Lorca Planes crea una comisión que un contará con un "protocolo de prevención, reparación, atención a las víctimas y su resarcimiento ante los daños que hayan sufrido"

Las víctimas lamentan que tengan que ir a la Iglesia a recibir acompañamiento espiritual, y que no haya ningún representante suyo en la comisión, ni una monitorización de las actuaciones

La diócesis establecerá mecanismos de justicia restaurativa, aunque no aclara si habrá o no indemnizaciones

Es la segunda diócesis española, tras la de Solsona, en anunciar la apertura de sus archivos para investigar posibles casos de pederastia. El obispo de Cartagena-Murcia, José Manuel Lorca Planes, ha creado la Delegación episcopal para la protección del menor y de los adultos vulnerables, al tiempo que ha anunciado que "se establecerá el número de casos en los que se haya dado abusos sexual por parte de sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos en la Diócesis de Cartagena desde 1950".

"La primera tarea de la delegación será la elaboración de un protocolo de prevención, reparación, atención a las víctimas y su resarcimiento ante los daños que hayan sufrido", apunta la diócesis en un comunicado, en el que se anuncia el nombramiento de Gil Sáez Martínez, vicario Judicial, como delegado episcopal para este nuevo departamento diocesano. Un resarcimiento que no se aclara si podría ser o no económico.

El obispo ha manifestado su preocupación por este tema, “es una realidad muy dolorosa”, indicando que la Iglesia “sale al paso para ayudar y dar una atención cercana ante un acto criminal”, a través de un trabajo “multidisciplinar y complejo”. 

La comisión antipederastia de Cartagena-Murcia

Ser escuchadas y acompañadas

La Delegación episcopal para la protección del menor y de los adultos vulnerables se encargará de ofrecer a las víctimas de abusos la posibilidad de ser escuchadas y acompañadas, para ello la Diócesis de Cartagena, a través de dicha delegación, ofrecerá atención a estas víctimas con acompañamiento personal, psicológico, espiritual y jurídico.

Entre los objetivos principales está el de escuchar a las víctimas y si no es posible llevar a juicio a sus agresores, en ninguna de las dos jurisdicciones, establecer mecanismos de justicia restaurativa. Otra de las tareas será implantar una línea de actuación para crear un código de conducta que afectará a toda la Iglesia diocesana, para evitar que los menores o los adultos vulnerables puedan ser atacados en su dignidad física y sexual; para ello realizará una formación permanente, tanto de los miembros de la delegación, como de sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos comprometidos.

Mecanismos de actuación

La delegación se encargará también de establecer los mecanismos de actuación para que cuando se presente una denuncia, ya sea reciente o antigua, se actúe de forma eficiente; concretará los mecanismos de reparación a las víctimas cuando se produzca la resolución canónica o civil sobre los hechos denunciados; acompañará a los agresores; realizará un informe anual sobre los casos atendidos por esta delegación y otro económico de gastos e ingresos; así como una evaluación anual para mejorar el funcionamiento de la delegación.

El obispo de Cartagena, con mascarilla

Junto a Gil Sáez, integrarán esta delegación diez personas más. La acogida la realizarán Fuensanta Arnaldos Martínez y el sacerdote Fernando Valera Sánchez, quien también realizará un acompañamiento espiritual de la víctima durante el proceso. El asesoramiento y acompañamiento psicológico correrá a cargo de la psiquiatra Juliana Llorens Sáez y del equipo de psicólogos del Centro de Atención Integral a la Familia. El sacerdote Daniel Pellicer Monteagudo, defensor del Vínculo del Tribunal Eclesiástico, y el franciscano Miguel Ángel Escribano Arráez, juez del Tribunal Eclesiástico, serán los encargados del asesoramiento canónico; mientras que la abogada Remedios Martínez Lozano se encargará de asesorar a la víctima a nivel jurídico y será la representante ante la jurisdicción estatal. El sacerdote Francisco Azorín ejercerá como documentalista y lo relacionado con medios de comunicación correrá a cargo de la periodista María de León Guerrero, delegada episcopal para esta materia.

Una comisión sin víctimas

Donde puede generarse más polémica es en el proceso a seguir, que requiere que sea la víctima quien contacte con la delegación, y será ésta la que derivará a otros lugares, siempre diocesanos: miembros del Tribunal, abogada, psicólogos o psiquiatra. Cada uno de estos profesionales estudiará la denuncia y explicará a la víctima, con total transparencia, los pasos a seguir a la hora de denunciar un caso de abusos sexuales.

Si comienza el proceso, un sacerdote y un psicólogo se ocuparán del acompañamiento espiritual y emocional de la víctima. Dicho acompañamiento podrá continuar en todo momento según la necesidad o a petición de la persona agredida.

Placa en memoria de las víctimas de abusos sexuales cometidos por la Iglesia, en Friburgo
Placa en memoria de las víctimas de abusos sexuales cometidos por la Iglesia, en Friburgo Maurice Page

Para las asociaciones de víctimas, la creación de esta delegación "se queda en palabras", pues los supervivientes sólo podrán acudir a la Iglesia para recibir ese acompañamiento, y no que sea la institución la que acompañe en otros canales (judiciales, civiles o profesionales) para ello. Al tiempo, critican que no haya ningún representante suyo en la comisión, ni una monitorización de las actuaciones.

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