El delegado episcopal de Cáritas Madrid, ante la campaña del Día de la Caridad Javier Ojeda: "La esperanza no es un sueño lejano, sino que crece con cada gesto sencillo"

Javier Ojeda, delegado episcopal de Cáritas Madrid
Javier Ojeda, delegado episcopal de Cáritas Madrid

La campaña del Día de Caridad de este año nos invita a redescubrir el valor de lo pequeño, de lo cotidiano, de esos gestos tienen el poder de encender la esperanza en el corazón de muchas personas

"Bajo el lema 'La esperanza crece con cada gesto sencillo', la celebración del Corpus Christi nos recuerda que la verdadera grandeza reside en el amor entregado con generosidad"

El delegado episcopal de Cáritas Madrid convoca "a todas las comunidades parroquiales, a todas las personas voluntarias y a quienes forman parte de Cáritas, a ser sembradoras y sembradores de esperanza"

(Archimadrid).- La campaña del Día de Caridad de este año nos invita a redescubrir el valor de lo pequeño, de lo cotidiano, de esos gestos que, aunque a veces puedan parecer insignificantes, tienen el poder de encender la esperanza en el corazón de muchas personas.

«Bajo el lema La esperanza crece con cada gesto sencillo, la celebración del Corpus Christi nos recuerda, a la sombra de unos pies lavados desde el servicio, que la verdadera grandeza no reside en discursos elocuentes ni en grandes hazañas, sino en el amor entregado con generosidad: en la mesa compartida, en la mano tendida, en la escucha atenta y en la mirada que acoge». Así lo explica Javier Ojeda, delegado episcopal de Cáritas Madrid.

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Un tiempo de gracia extraordinario

Seguimos celebrando el Jubileo de la Esperanza, «un tiempo extraordinario de gracia que el papa Francisco, en su incansable magisterio, nos invitó a vivir como peregrinos y peregrinas de esperanza». Esta llamada, recuerda Ojeda, nos impulsa a «renovar nuestro corazón y a reconocer que la esperanza brota del amor crucificado y resucitado de Jesús».

Asimismo, el papa Francisco —quien nos ha recordado en numerosas ocasiones que la esperanza «no es un optimismo fácil, sino una certeza valiente que se atreve a soñar y a trabajar por un mundo mejor»— nos enseñó a valorar la fuerza y el simbolismo de los pequeños gestos, a creer en el poder del encuentro y a contemplar la realidad con los ojos de la compasión.

Hoy, desde el cariño y la gratitud, lo recordamos como «el Papa que nos ayudó a creer en la revolución de la ternura».

Una nueva etapa de esperanza

Al mismo tiempo, acogemos con alegría y esperanza el pontificado del papa León XIV, quien en su homilía inaugural nos ha invitado a ser constructores y constructoras de paz y testigos de fraternidad. Sus palabras resuenan con especial fuerza: «El testimonio de la fraternidad entre cristianos y fieles de otras tradiciones religiosas, manifestado a través de gestos concretos, contribuirá a edificar un mundo más pacífico, tal como lo desean en su corazón todos los hombres y mujeres de buena voluntad».

En un mundo herido por los conflictos, la soledad y la indiferencia, cada gesto sencillo cuenta: una palabra de ánimo, una oración compartida, una llamada telefónica, una sonrisa que ilumina, una visita inesperada, un rato de escucha sin prisas. En Cáritas, señala Javier Ojeda, sabemos que «la esperanza crece en cada gesto sencillo, cuando acompañamos a una persona sin hogar, cuando apoyamos a una mujer víctima de violencia, cuando ayudamos a encontrar un empleo o a recuperar la salud emocional, cuando acogemos a quien llega de lejos en busca de un futuro mejor, cuando compartimos el porqué de lo que hacemos...».

Una llamada a toda la comunidad

Esta campaña del Día de Caridad, explica Ojeda, «es una invitación a todas las comunidades parroquiales, a todas las personas voluntarias y a quienes forman parte de Cáritas, para ser sembradoras y sembradores de esperanza». Nos convoca «a vivir la solidaridad como una forma de amor horizontal y gratuita, renovando nuestro compromiso de servicio hacia las personas más pobres y vulnerables de nuestra sociedad».

Como recuerda el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid: «La caridad es una hermosa manera de anunciar a Dios. A veces proclamamos el Evangelio con palabras, pero en otras ocasiones debemos dejar que hablen las miradas, el amor y los gestos, incluso en el silencio».

La esperanza como realidad presente

Por eso, este año quieren recordarnos que «la esperanza no es un sueño lejano ni una meta inalcanzable, sino que crece con cada gesto sencillo»: cuando nos dejamos tocar por el dolor de las personas, cuando nos comprometemos con su dignidad y bienestar, y cuando trabajamos juntos para construir comunidades más fraternales, justas y acogedoras.

En este tiempo de renovación, de gratitud por lo vivido y de confianza en el futuro, dirijamos nuestra mirada hacia lo bueno que existe en el mundo. Sigamos creyendo que «es posible un mundo mejor, y esforcémonos para que la esperanza siga creciendo, en cada gesto sencillo, en cada encuentro, en cada vida transformada», concluye Ojeda.

Javier Ojeda Cáritas

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