El líder de los obispos preside el adiós al obispo más longevo del mundo Omella, en el funeral de Iguacén: "Fue un gran pastor que nos ha tocado a todos el corazón"

Omella, en el funeral de Damián Iguacén
Omella, en el funeral de Damián Iguacén

"El último de todos, y el servidor de todos", fue el lema episcopal de don Damián, que lo cumplió hasta sus últimos días. Algo que fue resaltado por todos los asistentes al funeral

Julián Ruiz: "Gracias por la vida de Don Damián, y a don Damián por su vida y su testimonio"

"Fue un gran pastor que nos ha tocado a todos el corazón, como también lo fue Javier Osés". El cardenal de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, presidió en la catedral de Huesca el funeral por Damián Iguacén, fallecido este martes a los 104 años de edad.

Junto a Omella, concelebraron los obispos de las diócesis de Huesca y de Jaca, Julián Ruiz; Tenerife, Bernardo Álvarez; y Barbastro-Monzón, Ángel Pérez; y el arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano. Además, 23 sacerdotes, y algunas de las religiosas de la residencia de las Hermanitas de los Desamparados, donde vivió sus últimos años.

"El último de todos, y el servidor de todos", fue el lema episcopal de don Damián, que lo cumplió hasta sus últimos días. Algo que fue resaltado por todos los asistentes al funeral. Durante la homilía, Julián Ruiz ha dado “gracias por la vida don Damián. Pedimos que el Señor le acoja en el abrazo de su eterna misericordia. Fiel a su lema episcopal, predicó con su vida y sus palabras a Jesucristo vivo, que hoy nos dice “Yo soy la resurrección y la vida”Y se ha mostrado seguro de que “no querría que ni se cuente ni se cante su vida, pero tenemos que dar gracias al Dios de la Vida por don Damián, y a don Damián por su vida y su testimonio”.

Bernardo Álvarez ha dado lanzado también un sentido mensaje antes de la conducción del féretro, portado por cofrades de la Cofradía de San Lorenzo, a la Capilla del Pópulo. “Fue mi obispo durante siete años. Cuando uno contempla su vida, nacido en Fuencalderas e hijo de un peón, hay que ver que su vida es un milagro patente y un regalo. Dios se valió de muchas personas para que Damián fuese lo que conocemos, y también hizo de don Damián fuese instrumento para que miles de personas llegasen a conocerlo”, ha aseverado.

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