El obispo de Barbastro presidió la misa en memoria de Escrivá de Balaguer Pérez Pueyo, a los fieles del Opus Dei: "Muchos, aunque quizá no lo sepáis, debéis a esta Iglesia milenaria, misionera, mariana y martirial, parte de lo que hoy sois"

Pérez Pueyo, con las familias
Pérez Pueyo, con las familias Torreciudad

"San Josemaría (...) permitió que su mensaje —de una radical novedad evangélica— alcanzara los confines del mundo, a pesar de las incomprensiones y sufrimientos que afrontó en la Santa Sede para que su fundación fuera entendida como un camino laical, y no religioso"

"Este es el legado que nos entrega: transformar la realidad no con la ideología del poder sino con caridad, trabajando todos juntos en comunión; no con enfrentamientos, sino con la entrega fiel, callada y perseverante de cada día, propiciando la corresponsabilidad y la sinodalidad"

"En este tiempo en los que se han alzado voces más para dividir que para construir, más para difamar y calumniar que para dialogar, más para mentir que para escuchar, San Josemaría nos recuerda con claridad evangélica: “¡Unidad! —La fuerza, la eficacia, están en la unidad—"

"¿Cómo vivir hoy esa unidad? Valorando lo que nos une. Reconociendo que toda diócesis —incluso la más pequeña— puede ser fecunda si se siente como propia. Teniendo la grandeza de alma para ofrecer incluso aquello que creemos nuestro, si eso favorece la comunión y la unidad"

"Muchos, aunque quizá no lo sepáis, debéis a esta tierra del Alto Aragón oriental y a esta Iglesia milenaria, misionera, mariana y martirial, parte de lo que hoy sois. Nuestra diócesis, extensa, despoblada, envejecida y con no pocas heridas, sigue siendo tierra de gracia, bendecida copiosamente por el testimonio de sus mártires. Es la Iglesia que acogió a San Josemaría, la que sostuvo sus primeros pasos en la fe, la que lo alimentó espiritualmente con sus costumbres, su religiosidad popular, sus gentes… una Iglesia que, humildemente, me siento bendecido y orgulloso de pastorear". El obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, celebró este jueves la Eucaristía en memoria del 50 aniversario del fallecimiento del fundador del Opus Dei, Josemaría Escrivá de Balaguer.

Y lo hizo en la iglesia de San José de Barbastro, que está dedicada a san Josemaría, con una homilía que no tiene desperdicio alguno, y que escucharon numerarios y supernumerarios, miembros de la Santa Cruz y trabajadores del 'complejo' de Torreciudad. Reivindicando a su diócesis de Barbastro-Monzón, y usando para ello la vida, y las palabras, del propio Escrivá.

Consigue el libro despedida al papa Francisco

"Fue en Barbastro, su tierra del alma —“siempre he llevado a Barbastro en el corazón”— donde se forjó su llamada universal a la santidad", explicó Pérez Pueyo, quien incidió en que "el mejor regalo" que puede ofrecer la diócesis a un año en el que se conmemora el centenario de su ordenación sacerdotal, los 50 años de su muerte y el cincuentenario de Torreciudad, "es nuestra gratitud por vuestra inserción y colaboración eclesial para que su legado espiritual siga irradiando luz al mundo".

Escrivá
Escrivá Settimana News

"A menudo, en la intimidad de mi oración, me he preguntado: ¿cómo habría actuado San Josemaría para quereros y serviros mejor, buscando siempre la convergencia de voluntades entre la Iglesia universal, vuestra Institución y la Diócesis?", señala el obispo, quien responde con palabras de Escrivá en 'Camino': “Ama a la Iglesia, y no quieras que se le haga violencia. Defiéndela como defenderías a tu madre".

"San Josemaría, profundamente enraizado en su tiempo —marcado por guerras, dictaduras y transformaciones sociales—, confió siempre en que es Dios quien conduce su obra en medio de la Iglesia, incluso en lo pequeño y sencillo", continuó Pérez Pueyo, señalando que el fundador del Opus Dei "permitió que su mensaje —de una radical novedad evangélica— alcanzara los confines del mundo, a pesar de las incomprensiones y sufrimientos que afrontó en la Santa Sede para que su fundación fuera entendida como un camino laical, y no religioso".

Ángel Pérez Pueyo, con el Papa León XIV
Ángel Pérez Pueyo, con el Papa León XIV Vatican Media

"Fue el corazón de su revolución espiritual: mostrar que la vida cristiana no es patrimonio de unos pocos ni está reservada a momentos extraordinarios", glosó el obispo de Barbastro-Monzón, quien insistió en que "este es el legado que nos entrega: transformar la realidad no con la ideología del poder sino con caridad, trabajando todos juntos en comunión; no con enfrentamientos, sino con la entrega fiel, callada y perseverante de cada día, propiciando la corresponsabilidad y la sinodalidad".

"Esa es la medida del amor cristiano: dar sin reclamar. Servir sin exigir. Amar incluso cuando sentimos que no somos del todo comprendidos"

"En este tiempo en los que se han alzado voces más para dividir que para construir, más para difamar y calumniar que para dialogar, más para mentir que para escuchar, San Josemaría nos recuerda con claridad evangélica: “¡Unidad! —La fuerza, la eficacia, están en la unidad—", culminó Pérez Pueyo, quien recalcó que la mejor manera de vivir, hoy, esa unidad, es "valorando lo que nos une. Reconociendo que toda diócesis —incluso la más pequeña— puede ser fecunda si se siente como propia. Teniendo la grandeza de alma para ofrecer incluso aquello que creemos nuestro, si eso favorece la comunión y la unidad".

"Esa es la medida del amor cristiano: dar sin reclamar. Servir sin exigir. Amar incluso cuando sentimos que no somos del todo comprendidos", culminó el obispo. "Hoy, más que nunca, necesitamos testigos del Evangelio que vivan con ese espíritu: hijos agradecidos de su tierra, hermanos reconciliados en su Iglesia, cristianos humildes y fieles del Evangelio en medio del mundo". Quien tenga oídos, que oiga.

Volver arriba