"Mirar, abrazar, provocar, ofrecer", ejes del plan pastoral de la diócesis Osoro y Cobo reivindican la evangelización de las pequeñas comunidades en el Madrid de los años 60
“Estamos en momentos de misión, de anuncio, de presencias significativas (...). Comenzamos de una manera sencilla. tardaremos en construir el templo, pero ya estará la iglesia presente. Nos haríamos sencillos y creíbles”
“El camino lo hacemos juntos, esa sinodalidad de la que nos habla el Papa Francisco es una iglesia que hace el camino unos con otros, unos por otros. Hagamos el camino, juntos”
Mirar, abrazar, provocar, ofrecer. El mensaje de Jesús a Zaqueo fue el eje de la presentación del segundo año del Plan Diocesano de Evangelización de la diócesis de Madrid, que esta noche han mostrado a los fieles el cardenal Osoro y el obispo auxiliar, José Cobo.
Un plan con ocho apartados, en el que Osoro reivindicó “la evangelización que se hizo en Madrid en los años 60”, cuando pequeñas comunidades cristianas comenzaron a construirse alrededor de los nuevos barrios. “En un portal, en un bajo que alquilaban, con el entusiasmo del Evangelio, comenzaron a convocar a las gentes, para poder hacer después el templo”.
“Estamos en momentos de misión, de anuncio, de presencias significativas. Hay que encontrar cristianos, comunidades parroquiales, que se encuentren discernidas para hacerse presente en ese lugar, una pequeña tienda de encuentro, un lugar de referencia. Comenzamos de una manera sencilla. tardaremos en construir el templo, pero ya estará la iglesia presente. Nos haríamos sencillos y creíbles”, insistió el cardenal de Madrid.
Desafíos y virus de todo tipo
“Los desafíos son muchos, el curso se presenta complicado. Hay muchos ídolos que intentan captar nuestra atención, son dioses sin vida que provocan la muerte. Pero frente a todos los virus, morales y físicos, nos sostiene la serena confianza de que «el Señor ha vencido al mundo»”, espetó el purpurado.
“Sé que estamos en un momento nuevo, que requiere otras maneras. ¿Seremos capaces nosotros de tener imaginación y creatividad para anunciar el Evangelio, para involucrarnos en este punto, y festejar la vida cotidiana?”, se preguntó.
Zaqueo está presente desde el título del plan pastoral (y la carta que ha escrito Osoro para el mismo), ‘Quiero entrar en tu casa’. Y es que “la Iglesia quiere hacerse presente en el camino de la Humanidad, en tantos lugares donde estamos: parroquias, colegios, universidad, residencias, hospitales, lugares de acogida, en las barriadas, los pueblos... a través de todos los cristianos, que tenemos que decir ‘yo soy Iglesia’. Porque donde hay un cristiano está presente la Iglesia”.
Ocho dimensiones
Osoro propuso a sus diocesanos “una dinámica misionera” construida en ocho dimensiones.
En primer lugar, la salida. “Salgamos y mantengamos el interés de Jesús por acercarse a la vida de todos los hombres. Acerquémonos a todas las situaciones. Salir siempre, acerquémonos a todos”.
“El camino lo hacemos juntos, esa sinodalidad de la que nos habla el Papa Francisco es una iglesia que hace el camino unos con otros, unos por otros. Hagamos el camino, juntos”.
En segundo lugar, colocar a Jesucristo en el centro. “No podemos salir de cualquier manera”, subrayó Osoro, quien instó a que “tengamos la seguridad de que dios nos ama, nos ha elegido y quiere que lo anunciemos”.
En tercer punto, los caminos. “La Iglesia, siguiendo las huellas de Cristo, quiere entrar en todos los caminos y situaciones en las que se encuentra la humanidad”, recalcó el purpurado. “Hay que salir a todos los caminos. No somos hombres y mujeres que marchamos sin seguir las huellas de Jesús. Queremos entrar en todas las situaciones en las que viva la Humanidad. Así nos lo hizo ver el Concilio Vaticano II, los sínodos...”.
¿Cómo entrar?, apunta el cuarto punto. Con “compasión y misericordia”, porque “el ser humano tiene hambre de comunión, de verdad, de paz y de amor”.
La ideología y la mirada de Jesús
En quinto lugar. Mirar. Como hizo Zaqueo, desde las alturas. “Hay dos miradas diferentes -explicó Osoro-. La mirada de Jesús y las miradas ideológicas, que siempre nos llevan a errores nocivos, nos separan del Señor. Nos encontramos con ideas que nos dificultan la visión de Cristo”, advirtió.
En sexto lugar, abrazar. “Jesús te mira y te dice tambien: «Baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa»”, glosó el cardenal. “Qué bueno es trabajar abrazando a la gente”, sostuvo, desde los principios reflejados por Francisco en Evangelio Gaudium, porque “el tiempo es superior al espacio, la realidad es más importante que la idea”.
Provocar, en séptimo lugar. “El interés de Jesús por cada ser humano engendra alegría, pero también desconcierto”, explicó Osoro, recordando a las gentes que estaban en casa de Zaqueo cuando entró Jesús, y vieron el cambio en su vida.
Finalmente, “ofrecer”. “Entregados a todos los hombres para brindarles la alegría del Evangelio”, culminó el arzobispo de Madrid, antes de dar paso al debate y a las concreciones de cada paso, que corrieron a cargo de monseñor Cobo. Un plan para el presente y el futuro de una Iglesia en salida, que no tiene miedo a crecer desde lo pequeño, a quedarse en lo esencial, A ejercer la sinodalidad. Que sea posible.
