El arzobispo de Sevilla preside una misa por la reapertura de la mina Saiz Meneses: "Hoy el pueblo de Aznalcóllar puede mirar al futuro con dignidad recuperada"

Saiz Meneses, en la misa por la reapertura de Aznalcóllar
Saiz Meneses, en la misa por la reapertura de Aznalcóllar Archisevilla

El prelado ha destacado los años de “sufrimiento, lucha y esperanza” que ha atravesado un pueblo que esta mañana ha abarrotado la Parroquia del Sagrario, con rostros muy distintos a los que se veían en 1998

Ha tenido palabras de gratitud para la comunidad parroquial, los párrocos y las autoridades diocesanas, que “han seguido acompañándoos, intercediendo por vosotros, sosteniendo vuestra esperanza”

La madrugada del 25 de abril de 1998, el término municipal de Aznalcóllar saltó a la primera plana de todos los medios de comunicación a causa de la rotura de la balsa de la mina de esta localidad del Corredor de la Plata. La tragedia medioambiental trascendió las fronteras de un pueblo que subsistía en gran medida gracias a la mina.

Veintisiete años después, la parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla ha acogido la misa de acción de gracias que ha presidido el arzobispo, monseñor José Ángel Saiz Meneses, quien ha destacado los años de “sufrimiento, lucha y esperanza” que ha atravesado un pueblo que esta mañana ha abarrotado la Parroquia del Sagrario, con rostros muy distintos a los que se veían en 1998, cuando los mineros se encerraron durante 270 noches en el primer templo de la Archidiócesis, pidiendo una solución para el drama que se cernía sobre muchísimas familias.

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Precisamente, el arzobispo ha recordado la intervención del cardenal Amigo Vallejo aquellos días, dando “refugio físico y espiritual a aquellas personas: “La Iglesia les abrió las puertas, porque el corazón de la Iglesia siempre ha estado abierto al sufrimiento del pueblo, como una madre que no abandona jamás a sus hijos. Hoy regresáis a esta misma casa, queridos aznalcolleros y aznalcolleras, no ya con el ceño fruncido por la incertidumbre, sino con el alma henchida de esperanza. El Señor -ha añadido- ha escuchado vuestro clamor”.

Misa por Aznalcóllar

Rememorando aquellas jornadas tan cargadas de tensión, el arzobispo de Sevilla ha señalado que “cuando la mina se cerró por aquel desastre ecológico hace 27 años, no solo se paralizó una actividad económica: se quebró una esperanza”.

Una Iglesia cercana a las necesidades del pueblo

Monseñor Saiz Meneses ha destacado también el “vínculo profundo y fecundo” que se ha forjado estos años entre la comunidad minera de Aznalcóllar y la Iglesia. “Un vínculo que ha nacido del sufrimiento, ciertamente, pero también del Evangelio”. Al respecto, ha recordado cómo “la Iglesia no tuvo soluciones técnicas ni administrativas, pero ofreció lo más valioso que puede ofrecer: la escucha, la cercanía, el consuelo y la oración. No solo en aquellos días del encierro, sino durante los largos años que siguieron, cuando la esperanza parecía desvanecerse”. Aquí ha tenido palabras de gratitud para la comunidad parroquial, los párrocos y las autoridades diocesanas, que “han seguido acompañándoos, intercediendo por vosotros, sosteniendo vuestra esperanza”.

Misa por la reapertura de Aznalcollar

Ha valorado la reapertura de la mina como “un signo de restauración”: “Es un mensaje claro de que Dios no abandona a su pueblo”, ha apuntado. “Hoy el pueblo de Aznalcóllar puede mirar al futuro con dignidad recuperada. La dignidad del trabajo, que como enseñó el papa León XIII en la encíclica Rerum Novarum, es elemento esencial de la vida humana, fuente de realización personal y de progreso familiar y social”, ha afirmado.

No olvidemos, hermanos, que la apertura de la mina ha ido acompañada de legítimas preocupaciones medioambientales. La Iglesia, fiel al magisterio del papa Francisco en Laudato si’, no puede ignorar que el cuidado de la casa común es una obligación moral

A continuación ha aludido al impacto medioambiental de la mina: “No olvidemos, hermanos, que la apertura de la mina ha ido acompañada de legítimas preocupaciones medioambientales. La Iglesia, fiel al magisterio del papa Francisco en Laudato si’, no puede ignorar que el cuidado de la casa común es una obligación moral. Pero precisamente por eso -ha añadido-, afirmamos con alegría que se han cumplido, según las autoridades competentes, todos los requisitos para garantizar un desarrollo sostenible. No hay contradicción entre trabajo y ecología, cuando ambos se integran en una visión cristiana de la dignidad humana y la responsabilidad sobre la tierra.”

«Es hora de invertir en formación, en seguridad laboral»

El arzobispo de Sevilla ha concluido su homilía con unas palabras dirigidas a los políticos allí presentes: “Esta apertura de la mina no debe quedarse en un logro puntual, sino ser semilla de futuro. Es hora de invertir en formación, en seguridad laboral, en desarrollo humano integral. Es hora de reconstruir un tejido social sano, que se aleje de la droga, del desánimo, del asistencialismo estéril. Contáis con una comunidad viva, fuerte, ilusionada. No la defraudéis”.

Misa por Aznalcóllar

La misa ha sido concelebrada por el párroco de Consolación en Aznalcóllar, José Ignacio del Rey; el párroco del Sagrario, Manuel Cotrino: y el vicario episcopal para la Pastoral Social, Salvador Diánez. Entre las autoridades que han participado en esta misa de acción de gracias se encontraban los consejeros de Industria y Cultura de la Junta de Andalucía, Jorge Paradela y Patricia del Pozo, respectivamente; y el alcalde de Aznalcóllar, Juan José Fernández. Este último ha hecho entrega de un obsequio, “el árbol de la vida”, a la Catedral y al arzobispo por su apoyo al pueblo de esta localidad, y ha realizado una ofrenda floral a la patrona de Sevilla, la Virgen de los Reyes.

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