La Iglesia de Madrid analiza las claves teológicas, educativas, sociales y políticas de 'Fratelli Tutti' "A veces, en la Iglesia, hablamos mucho de los pobres, pero hablamos muy poco con los pobres"

Osoro, durante su intervención
Osoro, durante su intervención

Carlos Osoro: "Busquemos la artesanía del encuentro, del diálogo, porque la vida es el arte del encuentro, aunque a veces tengamos desencuentros en la vida"

Javier Prades: "Hay que respetar el punto de vista del otro, desde su identidad, el otro tiene algo que aportar"

Tiscar Espigares: “A veces hemos institucionalizado como Iglesia la relación con los pobres, alejándonos de ellos”

Julio L. Martínez, sj.: "“La apuesta decidida del Papa es a favor de una política mediadora del bien común, para pensar un mundo abierto, que tenga lugar para todos, incorpore a los más débiles y respete a todas las culturas"

José Luis Segovia: "No esperemos que nos devuelvan la esperanza los poderosos, los políticos... la esperanza se ha sostenido en la labor de sanitarios, transportistas, limpiadoras...”

"Busquemos la artesanía del encuentro, del diálogo, porque la vida es el arte del encuentro, aunque a veces tengamos desencuentros en la vida". El cardenal de Madrid, Carlos Osoro, cerró un interesantísimo debate, organizado por el Arzobispado de Madrid, sobre las claves teológicas, educativas, políticas, sociales y religiosas de 'Fratelli Tuttí', la última encíclica del Papa Francisco.

Una encíclica que glosa la figura del poliedro, "porque nadie es prescindible", clamó Osoro, quien abogó en su intervención por incluir a las periferias. "A veces, desde los centros de poder, donde se toman las decisiones, no entendemos", apuntó. Junto a Osoro, y conducidos por Rodrigo Pinedo, intervinieron los rectores de Comillas y San Dámaso, Julio L. Martínez sj., y Javier Prades; el vicario José Luis Segovia; Y Tiscar Espigares, de la comunidad de Sant'Egidio, quien dio que pensar a muchos creyentes con su denuncia, que da título a estos párrafos: "A veces, en la Iglesia, hablamos mucho de los pobres, pero hablamos muy poco con los pobres".

"Un mensaje que puede ser entendido por todos"

Abrió el fuego el rector de San Dámaso, Javier Prades, quien hizo un relato antropológico de la encíclica, subrayando que “para ser cristiano, no hacen falta grandes acontecimientos, sino haber entrado en contacto con la persona de Jesucristo”, y destacando cómo el Buen Samaritano “es un mensaje que puede ser entendido por toda la humanidad”.

Javier Prades, rector de la San Dámaso
Javier Prades, rector de la San Dámaso

En este sentido, Prades llamó a “respetar el punto de vista del otro, desde su identidad, el otro tiene algo que aportar”. “Ojalá iluminara la realidad política española, por ejemplo”, insistió, destacando la mirada de Francisco, que nos habla de “la posibilidad de comenzar tantas veces como sea necesario”.

¿Qué significa ser amigos de los pobres?

Por su parte, Tiscar Espigares, responsable de la comunidad de Sant’Egidio en Madrid, subrayó que “esta es la primera vez que un Papa dedica una encíclica a la amistad social”.

“¿Qué significa ser amigos de los pobres? Es una prueba de que nuestro amor es realmente universal”,subrayó, pidiendo una “reflexión sobre los pobres” dentro de la Iglesia. Porque, denunció, “hay una urgencia para la Iglesia hoy: encontrarse con el mundo de los pobres”.

“A veces hemos institucionalizado como Iglesia la relación con los pobres, alejándonos de ellos”, añadió Tiscar Espigares, quien admitió cómo “a veces, en la Iglesia, hablamos mucho de los pobres, pero hablamos muy poco con los pobres”.

Tiscar Espigares, de Sant'Egidio
Tiscar Espigares, de Sant'Egidio

“Tenemos que aprender como Iglesia a transmitir la belleza humana de los pobres”, porque “esta sociedad corre el riesgo, grave, de convertirse en inhumana”.

“Antes que nosotros, en la comunidad están los pobres”, recordó Espigares, quien ofreció la pregunta clave detrás de Fratelli Tutti: “¿Soy yo hermano? La pregunta es si somos o no hermanos La encíclica nos invita a ser hermanos, a ser constructores de fraternidad”.

"No puede haber sueño ni proyecto sin un pueblo"

Tras Espigares, el rector de Comillas, Julio L. Martínez, sj., destacó cómo el Papa “convoca a reivindicar la política” como el ejercicio de “convivir para construir juntos el mayor bien posible”.

“El sujeto de ese sueño es el pueblo. No puede haber sueño ni proyecto sin un pueblo”, destacó el jesuita, quien desgranó algunos de los ejes del pensamiento papal: El tiempo es superior al espacio, la unidad es superior al conflicto, o la realidad es superior a la idea. O el todo superior a la parte, a partir de una “ciudadanía reflexiva, comprometida, consciente y unida”.

Julio L. Martínez, sj., rector de Comillas
Julio L. Martínez, sj., rector de Comillas

“La apuesta decidida del Papa es a favor de una política mediadora del bien común, para pensar un mundo abierto, que tenga lugar para todos, incorpore a los más débiles y respete a todas las culturas”.

En otro momento, Julio L. Martínez sj. recalcó las “ideologizaciones” de las que habla Francisco, y que también se vieron en el improvisado discurso del Papa a Pedro Sánchez, en el que “el Papa se enfrenta al neoliberalismo y al populismo”, y “se distancia tanto de uno como de otro”, criticando el inmediatismo y el “populismo irresponsable”.

“Tenemos que estar atentos a estos ataques a la democracia liberal que puede venir de salvadores de patria que llegan al poder”, advirtió el rector de Comillas. “Y también una sospecha con el liberalismo (...). Tiene el Papa mucho más difícil dialogar con un liberalismo que ha puesto su ojo solo en el mercado”.

En conclusión, “es caridad ayudar a un anciano a cruzar un río, pero también cuando un gobernante construye un puente. Eso ennoblece la acción política”.

La Iglesia no se entiende sin los migrantes

José luis Segovia, por su lado, llamó a “mirar la realidad desde los ojos de Dios”, a “una forma de vida con sabor a Evangelio”. “En este momento de desolación, de miedo, toda la humanidad a la vez, necesitamos volver a las fuentes de la esperanza”, destacó.

José Luis Segovia
José Luis Segovia

“No esperemos que nos devuelvan la esperanza los poderosos, los políticos... la esperanza se ha sostenido en la labor de sanitarios, transportistas, limpiadoras...”, recalcó, para dirigirse a los migrantes.

“No es entendible el futuro de la Humanidad sin el hecho migratorio. Tampoco es entendible el futuro de la Iglesia sin el hecho migratorio, y no hay más que ir a cada comunidad parroquial. los hermanos migrantes son fuente de esperanza para nosotros”, advirtió.

Así, subrayó cuatro derechos que plantea la encíclica con y para los migrantes. En primer lugar, el “principal derecho es a no emigrar”. En segundo término, “el de emigrar con dignidad, seguridad y derechos”. Sin dignidad humana “en las fronteras, en la realidad de las devoluciones en caliente en Ceuta y Melilla”, donde “podemos poner rostro, nombres, a situaciones a las que se refiere el Papa”. En una realidad donde no se asumen los corredores humanitarios, “ni por el Gobierno del PP, pero tampoco por el del PSOE y Unidas Podemos”. El cuatro matiz, que el Papa “convierte a las personas desplazadas en actores protagonistas de su propio destino, no sólo un objeto de atención”. Finalmente, el “deber de la hospitalidad”.

Al tiempo, recordó el “llamado a la memoria” que hace el Papa en la encíclica. “Hacer memoria del sufrimiento pasado para no repetir los mismos errores”, desde un imperativo moral: “hacernos prójimos del otro”. Y con la mirada del “forastero que te interpela: la carne de chisto apaleada, agujereada por las concretizas... es clave última del juicio de dignidad para todos”. “Lo que hace Fratelli Tutti es reconocer qu del otro, lejos de ser mi adversario o enemigo, constituye condición de posibilidad para el encuentro con el otro. Sin el paso con el hermano, no se puede experimentar al Dios que se revela en Jesucristo”, finalizó Josito.

El cardenal Osoro
El cardenal Osoro

Poner cara a los pobres

Concluyó el acto el cardenal de Madrid, Carlos Osoro, quien desentrañó las raíces educativas del texto papal. Con siete aspectos “que son necesario asumir”.

Así, Osoro invitó a “poner cara a los pobres para releer la realidad”, y a apostar por “un sistema educativo que sea capaz de hacer posible que renunciemos a un libro cerrado”.

“Seamos capaces de abrirnos al mundo”, pidió el arzobispo de Madrid, quien abogó por “cuidarnos los unos de los otros, y especialmente a los que más nos necesitan”.

También, “un sistema educativo que educa pensando y gestando un mundo que sea de verdad abierto, con todas las consecuencias”, porque “todo ser humano tiene derecho básico a vivir y ser educado integralmente”.

Así, Osoro reivindicó “un sistema educativo que educa para hacer hombres y mujeres de corazón, abierto al mundo entero”, y que “fragua y nace de la mejor política al servicio del bien común”. En España, añadió, “es necesario que se tenga en cuenta. No se puede hacer una ley educativa al servicio de mis intereses, sino al servicio del desarrollo integral del ser humano”.

En sexto lugar, “el deseo reconocido del reencuentro, la hermandad, la fraternidad” de la que habla Francisco. "Hay una arqueología de la paz que tenemos que hacer". Finalmente, "un sistema educativo que nos permita hacernos artesanos de la paz, del diálogo, del encuentro".

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