"El Papa es muy tenaz, fuerte y resistente para impulsar las reformas en la Iglesia" Ángel Pérez-Pueyo: "Vine, por voluntad papal, a amar y servir a este pueblo y deseo hacerlo hasta la muerte"

Ángel Pérez-Pueyo
Ángel Pérez-Pueyo

"Ojalá pueda marcharme con el corazón repleto de nombres a los que he intentado amar y servir"

"Lo que más me satisface es haber podido visitar cada pueblo, escuchar y aprender las mejores lecciones de vida. Y llevarles la ternura de Dios"

"Para servir más a tu pueblo es bueno conocerlo y quererlo hasta que duela, como me dijo en su día la Madre Teresa"

"Que respeten nuestra dignidad, porque esta España estará despoblada y envejecida pero también está muy viva"

Todos le colocan entre el pequeño ramillete de obispos destinados a 'promocionar'. Pero Ángel Pérez Pueyo (Ejea de los Caballeros, 1956) siempre dice (y lo siente) que se ha casado con su pequeña diócesis de Barbastro-Monzón. Y lo proclama alto y claro con palabras de San Francisco de Sales: "Con una esposa pobre me desposé, con ella me quiero morir". Y en su diócesis quiere retirarse "con el corazón lleno de nombres a los que he intentado amar y servir", después de haberles llevado "la ternura de Dios".

En este sentido reconoce que "para servir más a tu pueblo es bueno conocerlo y quererlo hasta que duela, como me dijo en su día la Madre Teresa". Y, por eso, porque le duele, pide para su diocesis de la España vaciada "que respeten nuestra dignidad, porque esta España estará despoblada y envejecida pero también está muy viva". Encantado de caminar junto al Opus Dei, que tiene en Torreciudad, uno de sus centros más emblemáticos, porque "somos una iglesia con vocación sinodal", cree que "sólo Dios sabe", si el Papa tendrá la cuerda necesaria para culminar su primavera: "Si sigue como hasta ahora, está muy lucido, tiene la cabeza muy bien amueblada; es muy tenaz, fuerte y resistente para impulsar las reformas en la Iglesia".

Pérez-Pueyo

Siete años y medio ya como obispo. ¿A ser obispo también se aprende? ¿Qué balance hace?

En mi caso, no sé lo que puedan opinar los demás obispos, así ha sido. Todo lo que hemos hecho ha sido gracias a la ayuda de unos y de otros. 

A todos los destinos que me han enviado, incluido el actual, he experimentado mi pobreza, mi vulnerabilidad, mi indignidad e impotencia. Sentía cómo la misión encomendada me desbordaba y así se lo expresé a mis superiores. 

De todos he salido enriquecido. Y me he marchado conmovido. 

Y cuando el Papa me releve de la tarea que el 27 de diciembre de 2014 me confió… ojalá pueda marcharme, aunque con las manos embarradas en tantos proyectos impulsados, con el corazón repleto de nombres a los que he intentado amar y servir. 

Sus diocesanos alaban su cercanía y su entrega. ¿Un reconocimiento a su labor?

Soy yo quien se siente bendecido y agraciado por tantas muestras de cariño como ellos me brindan sin merecimiento alguno. 

Pérez-Pueyo y los jóvenes
Pérez-Pueyo y los jóvenes

A lo largo de estos años puso en marcha muchas actividades pastorales. ¿De cuáles se siente más satisfecho?

Lo que más me satisface es haber podido visitar cada pueblo, escuchar y aprender las mejores lecciones de vida. Y llevarles la ternura de Dios. Todo lo demás, resulta efímero sin la entrega y cariño a tu gente. 

De esa gente, de quienes nos antecedieron, recogemos un legado de fe que estamos plasmando en dos hojas de ruta para nuestra actividad pastoral. Por un lado, el Plan Diocesano de Evangelización Mariana, reflejo de la devoción milenaria a nuestra Madre, el mejor “atajo” para llegar al Padre. Por otro, nuestros mártires, esos 331 siervos del Señor que dieron su vida como testimonio de entrega y fe. De ellos, 79 están beatificados y del resto, 252, iniciamos el 6 de noviembre la fase diocesana de su causa de Beatificación. Se lo debíamos y así lo cree el presbiterio diocesano, parte actora de la causa.

¿El hecho de ser aragonés le ha facilitado la conexión y la sintonía con su gente?

Sin absolutizar nada… y menos en Aragón que somos tan queredores… no cabe duda que para servir más a tu pueblo es bueno conocerlo y quererlo hasta que duela, como me dijo en su día la Madre Teresa. 

Pérez-Pueyo
Pérez-Pueyo

¿Qué pide para una diócesis rural de la España vaciada?

Sobre todo, que respeten nuestra dignidad, porque esta España estará despoblada y envejecida pero también está muy viva. Nuestros pueblos necesitan oportunidades para preservar nuestra identidad, cultura, historia, tradiciones y costumbres. Paradójicamente, el patrimonio religioso está siendo fuente de vida, de cultura, de ocio, de desarrollo, de fe; y así queremos que siga siendo.

Si el Papa le pide que cambie de diócesis, ¿aceptaría?

Ya sabe la respuesta. Con palabras de San Francisco de Sales: “con una esposa pobre me desposé, con ella me quiero morir”. Esto no quiere decir que cuando lo considere oportuno me releve de este servicio eclesial. Vine, por voluntad suya, a amar y servir a este pueblo. Y deseo hacerlo mientras él lo crea oportuno, hasta la muerte. Sin mirar para otro lado ante las posibles dificultades que puedan surgir. 

¿La crisis energética y de la inflación se está notando también en su diócesis?

Sin duda. Cáritas Diocesana de Barbastro-Monzón, con sus voluntarios y trabajadores al pie del cañón, nos alerta de la precariedad y vulnerabilidad de muchos hombres y mujeres que están en el umbral de la pobreza. Eso nos obliga a redoblar el compromiso no solo con obtener recursos para atender esas necesidades sino también con una gestión transparente y eficaz.

¿Los abusos del clero son una de las peores lacras de la Iglesia?

Sin duda. Y en esto, cómo ha esgrimido siempre el Papa, tolerancia cero. 

Pérez-Pueyo en Torreciudad
Pérez-Pueyo en Torreciudad

En Barbastro nació monseñor Escrivá y en Torreciudad tiene la Obra uno de sus centros emblemáticos. ¿Qué opina del decreto papal sobre el Opus Dei?

El propio prelado del Opus Dei ha señalado que el Santo Padre, en el motu proprio Ad charisma tuendum, les alienta a vivir con plenitud el carisma de san José María, promoviendo la acción evangelizadora y difundiendo la santidad en lo cotidiano. A mí, como obispo de Barbastro-Monzón, me corresponde coordinar y armonizar su acción pastoral en la diócesis, siempre bajo los criterios canónicos de la Iglesia y dentro del plan diocesano que nos es común a todos. Caminamos juntos, somos una iglesia con vocación sinodal.

¿Al Papa le queda cuerda para implementar las reformas que la Iglesia necesita?

Sólo Dios lo sabe. Con todo, si sigue como hasta ahora, está muy lucido, tiene la cabeza muy bien amueblada; es muy tenaz, fuerte y resistente para impulsar las reformas en la Iglesia.

Papa y Ángel Pérez-Pueyo

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