Jóvenes enmascarados lanzan billetes y acusan a la Iglesia de pesetera La diócesis de San Sebastián denuncia la "ocupación violenta" del local parroquial de Zestoa

Encapuchados en la parroquia de Zestoa
Encapuchados en la parroquia de Zestoa ZESTOAKO GAZTE ASANBLADA

El conflicto se remonta a hace casi un año cuando los miembros de la Gazte Asanblada de Zestoa ocuparon esta local propiedad del Obispado de Donostia para denunciar que las negociaciones con representantes del Obispado y del Ayuntamiento de Zestoa para que cedieran el inmueble y habilitar allí el nuevo Gaztetxe, estaban estancadas

La diócesis: "Reclamamos a la alcaldía y demás autoridades que cumplan con su deber ante estos hechos y que, además de hacer respetar las propiedades de la comunidad cristiana, protejan a estos ciudadanos de Zestoa, que requieren la misma atención y protección que el resto de conciudadanos. El obispado reitera la defensa de esta comunidad manteniendo la demanda judicial en vigor, a la espera que se pueda recuperar la actividad en el edificio cuanto antes"

Vestidos de blanco, con las caras cubiertas y lanzando billetes falsos. Así han protestado varios jóvenes guipuzcoanos por la decisión de la Diócesis de Guipúzcoa de desalojarles del Gaztetxe, un edificio anexo a la iglesia del pueblo y que ocuparon como centro social hace un año. La tensión ha ido en aumento en las últimas semanas.

Con la intención de hacer desistir a la Iglesia de su intento de echarles, han promovido la mayor apostasía colectiva del País Vasco, con 700 solicitudes para abandonar la doctrina católica. Pero la Gazte Asanblada de Zestoa (Guipúzcoa) no se ha quedado ahí y el pasado domingo, durante la misa, varios jóvenes enmascarados entraron en la iglesia.

Campaña en defensa del Papa: Yo con Francisco

Ante “el riesgo inminente de desalojo”, una decena de jóvenes irrumpieron durante la celebración de la misa, vestidos con monos blancos. Los miembros de la Gazte Asanblada de Zestoa lanzaron billetes de papel por el templo y tildaron a la Iglesia de “pesetera” y “especuladora” con una pancarta en euskera en la que se leía “Eliza diruzale, espekulatzaile!”.


El conflicto se remonta a hace casi un año cuando los miembros de la Gazte Asanblada de Zestoa ocuparon esta local propiedad del Obispado de Donostia para denunciar que las negociaciones con representantes del Obispado y del Ayuntamiento de Zestoa para que cedieran el inmueble y habilitar allí el nuevo Gaztetxe, estaban estancadas.

El Obispado presentó una denuncia contra los miembros de la asamblea y a finales de mayo la Iglesia instó a la asamblea a abandonar este edificio adosado al templo e inició un proceso judicial para desalojarlos.

¿Qué dice la diócesis?

Este es el comunicado de la diócesis de San Sebastián

Ante la inminencia del juicio con motivo de la ocupación de la casa Elizondo de Zestoa, la Diócesis de San Sebastián quiere hacer saber a todas y todos sus fieles y a la sociedad guipuzcoana en general, su valoración al respecto.

Entre finales del año 2022 y febrero del año 2023, el Ayuntamiento de Zestoa mostró interés ante el obispado por la casa Elizondo con la intención de reubicar un “Gaztetxe” situado en otro lugar del pueblo, utilizado por el colectivo denominado “Gazte Asanblada de Zestoa”. Los jóvenes debían abandonar el lugar en el que se encontraban, por las obras que el ayuntamiento iba a empezar en dicho espacio. Antes de llegar a ningún acuerdo entre el ayuntamiento y el obispado, se produjo la ocupación de los locales parroquiales en uso de la casa Elizondo.

El día 22 de febrero del 2023 se notificó al obispado que varios jóvenes de la Gazte Asanblada de Zestoa ocuparon la casa Elizondo de Zestoa reventando las cerraduras y cambiándolas por otras, ocupando abusivamente a una propiedad privada. Desde entonces, se mantienen en dicho lugar con oposición del obispado, que considera, que se ha cometido un delito y un abuso flagrante contra una propiedad en uso.

La Gazte Asanblada justificó la ocupación diciendo que la casa estaba vacía y en mal estado. Hasta el momento de la ocupación, esta casa se utilizaba para la catequesis, y diferentes actividades y reuniones de la parroquia. La parroquia permitía también el uso de los baños a los vecinos de Zestoa -a modo de baños públicos-, así como otras actividades de grupos del pueblo (reuniones de diferentes agentes sociales, ensayos de un grupo de música, ayuda a saharauis, etc.). Desde que la Gazte Asanblada ocupó violentamente el edificio, la parroquia no ha podido hacer uso de éste. Por ejemplo, las niñas y los niños de catequesis han tenido que trasladarse a la sacristía de la Iglesia para poder continuar con su actividad, en un lugar que no reúne las condiciones necesarias. Tampoco es cierto que esta casa se encontrara en mal estado: la parroquia tenía acondicionado el lugar para sus actividades habituales.

El obispado ha estado dispuesto en todo momento a hablar con los jóvenes de la Gazte Asanblada, pidiendo y como única condición, que, primeramente, dejaran el local de manera voluntaria y pacífica. La Gazte Asanblada no tiene intención de abandonar la casa. Este es el motivo por el que el obispado ha interpuesto, en nombre de la parroquia de Zestoa, una demanda de juicio verbal a la Gazte Asanblada de Zestoa con motivo de la ocupación de la casa Elizondo, contigua a la parroquia de Zestoa y propiedad de dicha parroquia.

La Gazte Asanblada está organizando en dicha casa actos lúdicos, conciertos, etc., en los que participan terceros, sin autorización de ningún tipo, con la preocupación que esto añade a la parroquia, al pueblo de Zestoa y también al obispado. Es inexplicable este abuso y esta actitud violenta contra la comunidad cristiana y sus propiedades por parte de un pequeño grupo de jóvenes, que, evidentemente, no representan a la juventud de Zestoa.

El domingo, 14 de enero, varias comunidades cristianas de Zestoa y de pueblos cercanos de Gipuzkoa amanecieron con candados en las puertas, silicona en las cerraduras y pintadas y pasquines en las que se acosaba y se señalaba a la comunidad cristiana. En alguna de las comunidadestuvieron que suspender la misa dominical, por no poder acceder al templo parroquial. Todo ello supone un señalamiento a un colectivo, con razones falsas y falseadoras de la realidad, de consecuencias imprevisibles.

El pasado domingo, 21 de enero, durante la celebración en la parroquia de Zestoa, varias personas enmascaradas que portaban una pancarta interrumpieron el acto religioso con gritos y subieron al altar. La gente mayor y, por tanto, más vulnerable, sufrió mucho con ese abuso por parte de ese grupo que los intimidó con su actuación. Una clara violación de los derechos humanos fundamentales de las personas, como la libertad religiosa y el derecho de reunión.

Igualmente, el pasado viernes día 19 de enero, un numeroso grupo de unas cien personas, formado mayoritariamente por jóvenes, respondiendo a una concentración anunciada y autorizada, se personaron frente a la Catedral del Buen Pastor en San Sebastián. Más allá de la concentración, entraron más de sesenta personasde ellos en el templo, irrumpieron con gritos y lanzaron pasquines incluso en el altar, hiriendo la sensibilidad de las personas creyentes y sacándose fotos que después fueron colgadas en diferentes cuentas de las redes sociales. Todos estos hechos injustos y agresiones han sido denunciados por parte del obispado.

Queremos mostrar nuestra solidaridad a la comunidad cristiana de Zestoa, y también al resto de las comunidades guipuzcoanas afectadas por este problema. En una sociedad, la violencia sistemáticamente ejercida dentro de una actuación estratégicamente programada crea un clima cívico-social que es gravemente perjudicial para una convivencia pacífica y arrastra consigo la pérdida de los valores ético-morales. Por ello, el obispado no tiene intención de cambiar su parecer con respecto a la ocupación violenta y abusiva del edificio Elizondo.

A la vez, reclamamos a la alcaldía y demás autoridades que cumplan con su deber ante estos hechos y que, además de hacer respetar las propiedades de la comunidad cristiana, protejan a estos ciudadanos de Zestoa, que requieren la misma atención y protección que el resto de conciudadanos. El obispado reitera la defensa de esta comunidad manteniendo la demanda judicial en vigor, a la espera que se pueda recuperar la actividad en el edificio cuanto antes.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    

San Sebastián, 23 de enero de 2024

Volver arriba