Eugenia Viñes: caridad y ciencia Las Hospitalarias de Valencia cumplen cien años cuidando de los ancianos

Centro sociosanitario de las ermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús
Centro sociosanitario de las ermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús

El centro fue creado por Eugenia Viñes, una mujer rica y avergonzada del origen de su fortuna: su padre era, entre otras cosas, traficante de esclavos

En origen el objetivo era atender a niñas sin recursos con problemas óseos por la poliomielitis. Muchos médicos, especialmente traumatólogos, colaboraron desinteresadamente

Sobrevivieron a la Guerra Civil y fueron evolucionando hasta hoy día. El centro de las Hermanas Hospitalarias cuenta con las áreas de Psicogeriatría y Daño cerebral, Residencia de Personas Mayores, Centro de Día, Unidad Ambulatoria de Daño Cerebral para Adultos y Unidad Ambulatoria Infantil de Daño Cerebral

Se fundó para dar respuesta a la situación de abandono sanitario y exclusión social de las mujeres con enfermedad mental de la época, aunando dos criterios fundamentales: caridad y ciencia

Un compañero de Radio Valencia, Luís Fernández, lo bautizó agudamente “El asilo expiatorio”, cuando callejeando y explicando los topónimos urbanos de la ciudad se enteró de su historia al tener que hurgar las casas de la calle Eugenia Viñes de la playa de la Malvarrosa, donde se levanta un bien cuidado edificio, impulsado y patrocinado por ella, rica mujer sin descendencia, cuya fortuna la había amasado su padre con diversos negocios, uno de ellos la trata de esclavos que se traía de América. La mujer avergonzada del origen de su fortuna quiso expiar el pecado de su padre y se dedicó a las obras de caridad.

Con frecuencia, le visitaba una monjita perteneciente a las Hermanas Hospitalarias, rama femenina de la Orden de san Juan de Dios, que regentaba un Asilo de Niñas en Barcelona, con el fin de pedirle limosna. Eugenia Viñes le cambió el tercio y le dijo que si montaban Asilo en Valencia le ayudaría en gran manera a costearlo.

Las obras comenzaron en 1916 y la propia ciudad y particulares se sumaron a la idea. Inicialmente, el objetivo era atender a niñas sin recursos con problemas óseos por la poliomielitis. Muchos médicos, especialmente traumatólogos, colaboraron desinteresadamente.

Se alzó el edificio, que fue inaugurado en 1919, en primera línea de mar junto al Hospital Nacional de Huesos de la Malvarrosa. El asilo fue advocado a Nuestra Señora del Carmen, patrona del mar y de los marineros, advocación tributo sugerido por la protectora homenaje y recuerdo a su familia marinera.

Pasaron los avatares de la guerra civil -unas religiosas acabaron en la cárcel y otras se salvaron escondidas en alquerías de la huerta de Meliana- y la riada del 57, quedando la comunidad y la casa, así como las niñas asiladas, muy afectadas, pero se repusieron con firmeza apoyadas por el cariño y ayuda de los valencianos. No se derrumbaron. Se mantenían con las colectas que por las casas hacían las religiosas que salían a pedir limosna.

Eugenia Viñes
Eugenia Viñes

A finales de los 60, ampliaron el cometido del centro, que funcionó como centro médico quirúrgico, especializado en traumatología y rehabilitación. Con la Seguridad Social en marcha, las niñas comenzaron a ser atendidas por el sistema de salud. Las Hermanas ampliaron sus objetivos a la ancianidad, con especial atención a los faltos de recursos y familia.

En 1986, se convirtieron en un centro socio-sanitario con tales prestaciones y servicios que la Generalidad Valenciana hizo convenio con ellas para la asistencia en régimen de internado de ancianos válidos y dependientes. Se continuaba con los criterios para los que fue fundado el centro: ayudar a las personas más necesitadas. Luego vendría el centro de día de ancianos.

En la actualidad, el centro de las Hermanas Hospitalarias cuenta con las áreas de Psicogeriatría y Daño cerebral, Residencia de Personas Mayores, Centro de Día, Unidad Ambulatoria de Daño Cerebral para Adultos y Unidad Ambulatoria Infantil de Daño Cerebral, donde se atiende a derivados de la sanidad pública, a privados y a gente sin recursos, ya que la Orden nació para atender a enfermos pobres y necesitados.

El equipo humano médico-sanitario que trabaja en el centro está muy preparado profesional y humanísticamente hablando, las instalaciones son grandes, luminosas y agradables, dotadas de la última tecnología, y mirado al mar con todas sus ventajas, añadiéndose a ello el carisma de la Orden: “La defensa de la dignidad de la persona, fundamentalmente en los momentos en que por motivos de salud puede sentirse más vulnerable, dedicando todos sus esfuerzos a unir ciencia y humanización…. la Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús se fundó para dar respuesta a la situación de abandono sanitario y exclusión social de las mujeres con enfermedad mental de la época, aunando dos criterios fundamentales: caridad y ciencia.”

El centro
El centro

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