Monseñor Munilla sopesa desprenderse de su 'peón', para salvarse a sí mismo ¿Por qué ha desactivado su cuenta de Twitter el Padre Ormazabal?

La cuenta de Oemazabal desactivada
La cuenta de Oemazabal desactivada

Otros piensan que, como en él es habitual, no dará su brazo a torcer y se atendrá a las consecuencias, sabedor de que su nombre se está barajando, desde hace meses, para salir de San Sebastián

Desactivar la cuenta es reconocer que, directa o indirectamente, lo incriminaba y lo retrataba fehacientemente como un sacerdote rigorista, antiFrancisco y alineado con sus 'enemigos' más descarados

En Twitter y Facebook proliferan las cuentas de una serie de curas relativamente jóvenes, formateados en los seminario de la época de la involución, que se apoyan, retuitean y jalean entre ellos. Son pocos, pero muy ruidosos

Monseñor Munilla sabe que ha quedado en evidencia por haber elegido para su seminario a un cura de estas características y que, además, pasará por cómplice, si no lo destituye de su cargo

Dos días después de publicar que Pablo Ormazabal había firmado un manifiesto contra el Papa en el que se le acusa nada menos que de “hereje”, el rector del seminario de San Sebastián continúa en su puesto. Pero el obispo que le nombró para el cargo, monseñor Munilla, comienza a dar muestras de desasosiego y le ha ordenado (o sugerido, según otros) que borre su cuenta de la red Twitter, que hoy aparece ya desactivada.

No ha debido ser una decisión fácil ni para el padre Ormazabal ni para el propio obispo. Primero, porque desactivar la cuenta es reconocer que, directa o indirectamente, lo incriminaba y lo retrataba fehacientemente como un sacerdote rigorista, antiFrancisco y alineado con sus 'enemigos' más descarados.

En segundo lugar, porque obispo y clérigo son fanáticos de las redes que utilizan a profusión y saben por experiencia lo que duele cortar ese cordón umbilical público, a través del cual se posicionan permanentemente (en el caso del padre Ormazabal, varias veces al día) y reciben todo tipo de parabienes de sus 'afines'.

Y es que, en el universo de las redes sociales, especialmente en Twitter y Facebook proliferan las cuentas de una serie de curas relativamente jóvenes, formateados en los seminario de la época de la involución, que se apoyan, retuitean y jalean entre ellos. Son pocos, pero muy ruidosos. Y todos ellos arrastran a su consiguiente 'claque' laical.

La cuenta vacía de Ormazabal
La cuenta vacía de Ormazabal

Y, por supuesto, desde las redes sientan cátedra de “sana” doctrina (en oposición a la de Francisco que se deduce por contraposición que es 'insana'), repiten sus consignas de oposición explícita e implícita al Papa, defienden la Tradición (que circunscriben a Trento y a la misa ad orientem) y apoyan la ideología de sus socios de la extrema derecha, como Vox, el Yunque o Hazte Oír, entre otros.

Fue esta 'secta curil-laical' la que, tras la publicación de la denuncia contra Pablo Ormazabal hecha por RD, se lanzaron en tromba a las redes, para matar al mensajero, que es lo primero que hacen. Con todo tipo de acusaciones y calumnias contra el que suscribe. Para muestra un botón de uno de los comentarios de hoy mismo. Y como éste hay decenas, porque la galaxia rigorista, cuando toca a rebato, ataca en tromba:

“5:01 a.m., Thursday June 4

Poncho: wrote:

Y Vd. Sr. Vidal, quien es para criticar al Sr. Ormazabal? ¿Acaso Vd. está en posesión de la verdad y él yerra en sus criticas hacia Francisco? Nunca antes, desde que nombraron Obispo a un demonio llamado Setién, había habido en Guipuzcoa una Diócesis más evangelizadora, que ahora con Munilla.
En los años anteriores, con aquel Obispo y sucesores, hasta que llegó Munilla, ir a misa era un suplicio un continuo hablar de las bondades del Nazionalismo vasco y de sus asesinos etarras. Ya llevamos años de paz y de sosiego hablándonos del Evangelio, no de odio y demagogia. El Sr. Ormazabal sólo ha dicho la verdad con respecto a Francisco: "es un hereje y un falso profeta, que permitirá la entrada del anticristo en el Vaticano" . El autentico Santo Padre, sigue siendo Benedicto, le pese a a Vd, o a quien le pese”.

José Ignacio Munilla Aguirre , bispo de san Sebastián
José Ignacio Munilla Aguirre , bispo de san Sebastián

A pesar de éstas y parecidas “barbaridades”, monseñor Munilla sabe que ha quedado en evidencia por haber elegido para su seminario a un cura de estas características y que, además, pasará por cómplice, si no lo destituye de su cargo. Pero, fiel a sus principios, se resiste a hacerlo. Y eso que conoce la firma de ese manifiesto por parte de su rector desde hace más de 10 días oficialmente, si es que no lo conocía ya de antes, porque circula por las redes (de las que el obispo es un asiduo) desde el mes de noviembre del año pasado.

El prelado de San Sebastián se está tentando la ropa, porque sabe que su caso está siendo examinado con lupa en Roma desde hace unos años, a donde llegan con regularidad denuncias de curas y laicos contra él. Denuncias que el cardenal Rouco Varela trata de amortiguar con las influencias que todavía le quedan, entre ellas la del poderoso cardenal curial y prefecto precisamente de la Congregación de Obispos, Marc Ouellet. El quebequense es un claro exponente de la vieja guardia y, al parecer, todavía conserva aspiraciones papales. UN buen parachoques.

Y eso que el 'odium plebis' de curas y laicos contra monseñor Munilla es también conocido e, indirectamente refrendado, por sus propios compañeros en el episcopado que, de hecho, en las últimas elecciones de la Conferencia episcopal no le eligieron para cargo alguno.

Rouco

En círculos eclesiásticos de San Sebastián, se manejan dos teorías respecto a la decisión que pueda tomar monseñor Munilla respecto al rector de su seminario. Unos creen que sacrificará a su peón, para evitar males mayores y que lo hará pronto. Otros piensan que, como en él es habitual, no dará su brazo a torcer y se atendrá a las consecuencias, sabedor de que su nombre se está barajando, desde hace meses, para salir de San Sebastián.

En este último caso, se barajan dos eventuales destinos para él. Uno, Roma, quizás en las oficinas que se dedican a la organización de las Jornadas Mundiales de la Juventud, viajando por el mundo, que es algo que, como a todo hiperactivo, le encanta. El otro destino, si el Vaticano opta por dejarlo en España, sería alguna diócesis castellana. En estos momentos, en Castilla hay dos diócesis vacantes (Zamora y Astorga) y una, la de Burgos, con el obispo 'caducado'.

Pero ni siquiera esta última decisión será fácil. Porque, nombrarlo para Burgos sería subirlo en el escalafón (pasaría de obispo a arzobispo) y, además, de la provincia eclesiástica de la que sería metropolita dependen dos diócesis vascas, Bilbao y Vitoria, junto a Palencia y Osma-Soria.

Por otra parte, mandarlo a Astorga o Zamora sería considerado por sus seguidores de la galaxia rigorista, adictos al escalafón, como “un castigo y una afrenta al mejor obispo de España”. Y, además, como dicen los curas de San Sebastián, “si no vale para esta diócesis, tampoco sirve para otra, porque sería trasladar el 'problema'”. Y es que a Munilla y a Martínez Camino no hay diócesis que los quiera y, cuando se rumorea que alguno de los dos puede recalar en alguna, inmediatamente curas y laicos ponen el grito en el cielo.

Pablo Ormazábal
Pablo Ormazábal

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