Cardenal Osoro: "No estamos solos" Más de cien hermandades acompañan a la Real Esclavitud de la Almudena en su fiesta grande

Catedral de la Almudena
Catedral de la Almudena

La Iglesia universal celebraba la Natividad de la Virgen y en Madrid más de un centenar de hermandades, cofradías y congregaciones se dieron cita en la catedral Santa María la Real de la Almudena este jueves para acompañar a la Real Esclavitud de la Almudena en su fiesta grande

La Esclavitud de la Almudena es una de las más antiguas e importantes de Madrid. Fundada en 1640, cuenta en la actualidad con más de 2.000 congregantes

La celebración comenzó con la tradicional imposición de las medallas de esclavos de honor

El cardenal Osoro, en una misa concelabrada por monseñor Juan Anotnio Martínez Camino, SJ y un buen número de sacerdotes quiso agradecer a Dios el regalo que hizo al hombre con su Madre, y que significa que "no somos huérfanos"

(Archimadrid).- Más de un centenar de hermandades, cofradías y congregaciones se dieron cita en la catedral Santa María la Real de la Almudena este jueves, 8 de septiembre, para acompañar a la Real Esclavitud de la Almudena en su fiesta grande. El día en que la Iglesia universal celebraba la Natividad de la Virgen, en Madrid se vivió una Misa solemne que acogió a representantes de toda la diócesis, pero también de otras de España e incluso del extranjero con vinculación a Madrid.

«Este año venimos a adorar, no a pedir, que ya se cansan los titulares…», exclamaba Paqui, de la Junta de Gobierno de la Hermandad del Rocío de Collado Villalba, mientras esperaba, estandarte en mano, a las puertas del templo para la procesión de entrada. Lo hacía muy ilusionada porque, «quitando el Rocío, esta es una de las fiestas más importantes del año para nosotros».

Junto a ella, Roberto, de 17 años, sostenía el simpecado de su Hermandad del Santísimo Cristo en el Sepulcro, de Colmenar Viejo. «Para mí es un honor llevar este estandarte», afirma. El alma cofrade lo tiene él desde ya antes de nacer: su madre se puso de parto durante una procesión del Nazareno en su localidad. Ahora, Roberto trata de transmitir a sus amigos lo que vive en la hermandad. No es fácil, pero «yo les cuento muchas cosas y les hablo de lo que hacemos», y esa es su manera de dar testimonio.

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Nuevos estatutos

La Esclavitud de la Almudena es una de las más antiguas e importantes de Madrid. Fundada en 1640, cuenta en la actualidad con más de 2.000 congregantes. Recientemente, el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, ha firmado sus nuevos estatutos, algo a lo que se refirió al inicio de la Misa Jesús Junquera, capellán presidente de la congregación, que pidió a la Virgen que «nos acompañe en este nuevo camino».

La celebración comenzó con la tradicional imposición de las medallas de esclavos de honor. Este año la han recibido Jorge Ávila, deán de la catedral; Luis Domingo Gutiérrez, canónigo de la catedral; Gil González, vicario episcopal para el Clero; Inmaculada Florido, delegada episcopal de Enseñanza; Carlos Segura, miembro del Grupo Parlamentario Popular de la Asamblea de Madrid; Borja Carabante, delegado del Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid; José Fernández, concejal presidente de los distritos de Centro y Salamanca; Alejandro Klecker, director general de la Real Fábrica de Tapices; Carlos Aragón, abogado vinculado a la Real Fábrica de Tapices; Juan José Murillo, consejero de protocolo y relaciones institucionales de Presidencia de la Comunidad de Madrid; los periodistas Mario Alcudia y Sandra Madrid, con sus hijas Paula Alcudia Madrid y Lara Alcudia Madrid, en representación de todas las familias de la diócesis; y Diego Fernández Álvarez del Manzano, en representación de los jóvenes de la diócesis.

Santuario mariano en medio de Madrid

La Misa estuvo concelebrada por monseñor Juan Anotnio Martínez Camino, SJ, obispo auxiliar de Madrid, y un buen número de sacerdotes. Ya en la homilía, el cardenal Osoro agradeció a los presentes «querer honrar hoy a nuestra Santísima Madre» en una catedral «convertida también en santuario mariano en el centro de Madrid».

La Virgen, la «mujer que prestó la vida para dar rostro humano» a Dios, suscita el cariño de todos, afirmó: «Prácticamente todo ser humano, a veces aun dudando de Dios, de Ella no duda en absoluto». De hecho, el arzobispo confesó que cuando pasa tiempo en la catedral, viendo a tanta gente que sube las escaleras hacia el camarín, le surge la «tentación de saber qué le piden a la Virgen».

Ella, continuó, muestra «la altura que podemos coger» si el hombre se acoge a Jesús siguiendo aquello que dijo en las bodas de Caná, «haced lo que Él os diga», que es «amaos los unos a los otros como yo os he amado». El cardenal Osoro quiso agradecer a Dios el regalo que hizo al hombre con su Madre, y que significa que «no somos huérfanos». «Gracias, Señor, por habernos dado como madre a tu Madre». Y concluyó: «No estamos solos».

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