Alberto Hernández: "Ya sin lágrimas, nos ha tocado escuchar muchos relatos" "Sólo podemos esperar": la lengua de lava, a 50 metros de destruir la primera iglesia construida en La Palma

La ermita de San Pío X, tras el rescate de algunos enseres
La ermita de San Pío X, tras el rescate de algunos enseres

Una última brizna de esperanza: una irregularidad del terreno, a pocos metros de los muros del templo, podría modificar la trayectoria del río de lava, "pero no hay seguridad. Seguimos esperando"

Ayer por la tarde, ante la inminencia de la catástrofe, varios operarios pudieron entrar en la iglesia. "Sacamos lo que pudimos: algunas imágenes, el sagrario, orfebrería, candelabros bancos... todo lo que se pudo desmontar y transportar"

Alberto Hernández contempla, a pocos metros, cómo la lava se encuentra a unos palmos de arrasar con la ermita de San Pío X, la primera que se construyó en la isla de La Palma. El sacerdote, de 40 años, observa "con cansancio acumulado y ya sin lágrimas" lo inevitable. Aunque con una última brizna de esperanza: una irregularidad del terreno, a pocos metros de los muros del templo, podría modificar la trayectoria del río de lava, "pero no hay seguridad. Seguimos esperando".

"La lava está a unos 50 metros, no hemos podido acceder en el día de hoy. Estoy en el límite al que permiten llegar", nos cuenta, en conversación telefónica, Alberto. Ayer por la tarde, ante la inminencia de la catástrofe, varios operarios pudieron entrar en la iglesia. "Sacamos lo que pudimos: algunas imágenes, el sagrario, orfebrería, candelabros bancos... todo lo que se pudo desmontar y transportar", apunta. 

Todas ellas se encuentran, de momento fuera de peligro, en otra parroquia cercana. Por suerte,esta es la única iglesia que se encuentra en la trayectoria de la lava. Los otros templos de la zona, afortunadamente, no corren peligro”, relata. 

Acompañar a los que lo han perdido todo

"¿Cómo estoy? Con el cansancio acumulado, ya sin lágrimas, porque hoy ha tocado escuchar muchos relatos, y solidarizarse con muchas causas", admite Alberto. "Sólo queda esperar, no hay otra posibilidad, y ver cómo se desarrollan los acontecimientos, y asumirlos". Si finalmente la iglesia cae, y la UME lo permite, tratarán de hacer una última incursión para salvar algo más, "pero ahora sólo podemos esperar. Yo tengo el acceso restringido, como el resto de los vecinos". 

Traslado de algunos restos

Por el momento, solo queda rezar, y acompañar a los que sufren. Desde dentro. A los pies del infierno de lava.

Primero, Religión Digital
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