Este mes volverá a su templo entre actos de reencuentro, oración y procesión El regreso del Ecce Homo a Picanya: la imagen del patrón que sobrevivió al barro vuelve a casa

El Ecce Homo se convirtió en un símbolo de la dana
El Ecce Homo se convirtió en un símbolo de la dana Agencia Flama

Después de un año de ausencia, Picanya se prepara para vivir uno de los momentos más esperados desde la dana de 2024: el regreso de su patrón, el Ecce Homo, la talla de madera policromada y dorada que, arrastrada por la riada, quedó gravemente dañada y se convirtió en símbolo de la destrucción y la resistencia de un pueblo

(Agencia Flama).- Después de un año de ausencia, Picanya se prepara para vivir uno de los momentos más esperados desde la dana de 2024: el regreso de su patrón, el Ecce Homo —conocido popularmente como la Preciosísima Sangre—, la talla de madera policromada y dorada que, arrastrada por la riada, quedó gravemente dañada y se convirtió en símbolo de la destrucción y la resistencia de un pueblo.

Durante este tiempo, la imagen ha permanecido en el taller del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación, donde un equipo de técnicos ha trabajado con paciencia para devolverle su forma y su dignidad. Ahora, después de un año de trabajo y espera, la figura vuelve a casa para reencontrarse con la mirada de su pueblo.

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Las manos que repararon la herida

La restauración del Ecce Homo ha sido, en muchos sentidos, una operación de paciencia y respeto. Los expertos del Instituto, entrevistados por Flama hace un mes, describían la madera como un cuerpo vivo, marcado por la humedad y las grietas, pero capaz de resistir. En este proceso, se ha consolidado la capa pictórica, se han fijado los pigmentos y se ha cerrado, con un cuidado casi médico, la herida más visible: la amputación de los pies. Durante la riada, la fuerza del agua había roto literalmente la base de la figura, separándola del soporte. Ahora, después de meses de trabajo minucioso, las dos partes han sido unidas con discreción y solidez, respetando la textura original y dejando una ligera sombra de lo que fue el daño, como recuerdo de su historia.

Restauración del 'Ecce Homo'
Restauración del 'Ecce Homo' Flama

El resultado es una imagen que ha recuperado su integridad sin perder el testimonio de lo vivido. El rostro del Ecce Homo, con esa expresión contenida entre el sufrimiento y la serenidad, parece ahora más humano, como si en él se concentrara no solo el dolor antiguo de la Pasión, sino también la prueba moderna del barro y del tiempo. En Picanya, su regreso se percibe como un signo de superación, la prueba tangible de que incluso la belleza más frágil puede resistir cuando hay voluntad colectiva para salvarla.

El camino de regreso

El fin de semana del 22 y 23 de noviembre culminará este largo camino. El sábado, a las 16:30 h, la imagen será recibida en la puerta del IES Enric Valor y recorrerá las calles de Picanya hasta la parroquia de la Virgen de Montserrat, en un acto de reencuentro y emoción colectiva. A las 19 h, la vigilia de oración llenará el templo con la serenidad de un pueblo que, tras un año de espera, puede finalmente respirar en paz.

Estudio del 'Ecce Homo' para su restauración
Estudio del 'Ecce Homo' para su restauración Flama

Al día siguiente, domingo 23, el templo acogerá una jornada de intensa simbología. De 11 a 14 horas, la imagen será expuesta para la contemplación de los fieles. Las horas de silencio ante la talla restaurada serán, para muchos, un momento de reconocimiento y agradecimiento. A las 18 horas, el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, presidirá la eucaristía solemne, que culminará con una procesión por las calles del centro. Será la culminación de un año de trabajo, memoria y confianza compartida.

La memoria que regresa

El regreso del Ecce Homo es más que un acto religioso o patrimonial: simboliza una experiencia que todo el pueblo ha vivido. La riada puso a prueba su cohesión, pero también evidenció la fuerza y la solidaridad de la comunidad. Aquel octubre de 2024, Picanya perdió parte de su patrimonio, pero no su identidad. Con la imagen ya restaurada en su lugar, se constata que el trabajo conjunto y el cuidado compartido permiten recuperar lo que parecía perdido.

Cuando la procesión finalice y la escultura vuelva al templo, su presencia hablará por sí sola. Será el testigo de un año de dificultades y esfuerzo colectivo, y el recuerdo de que, tras el desastre, Picanya ha sabido recomponerse y continuar adelante con serenidad.

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