¿Por qué los obispos no salen a defenderlo de los crueles ataques que está sufriendo? Francisco, ¿un Papa contra las cuerdas?

Francisco
Francisco

“Al Papa le quieren fuera de juego, con un sustituto adepto a la ‘ideología de volver atrás’ que Bergoglio denunció en Eslovaquia”

“No debería de ser una opción para los obispos españoles callarse ante el grueso de las descalificaciones contra Francisco, como tampoco lo hicieron cuando a Benedicto XVI le calificaron de ‘doberman”

No tenía al cardenal Cañizares por agnóstico, ateo ni mucho menos enemigo de la Iglesia hasta que le escuché al director de La Razón que el papa Francisco –al que el arzobispo de Valencia dice admirar y seguir– sólo le gusta a esa gente y, además, que esos son los que le gustan al Pontífice argentino.

Francisco Marhuenda tiene derecho a tener un mal día, en incluso dos en distintas tertulias, y despacharse contra el actual sucesor de Pedro como nunca se hubiera atrevido ningún moralista o teólogo de la liberación de los que sufrieron los rigores de los otros papas que este periodista dice tener de cabecera.

“Lo resistiré hasta que Dios lo lleve a su seno”

De Francisco, el director del periódico que durante una década no dudó en ofrecer a sus lectores el suplemento en castellano de L’Osservatore Romano, ya no espera nada y, “como católico”, dice que “lo resistiré hasta que Dios lo lleve a su seno, a mejor vida, espero que dentro de mucho tiempo, mientras venga un Papa con la cabeza mejor ordenada que este hombre”.

Populismo
Populismo

Todo esto a cuenta de que, según Marhuenda, Francisco “es un Papa populista, peronista, un hombre de izquierdas”. En resumidas cuentas, “una catástrofe para la Iglesia”. Está visto que, como a otros grandes amantes y defensores de la Iglesia, lo que más le chirría de Bergoglio son sus postulados sociales, sus críticas a un sistema económico que mata, la defensa de la dignidad de los excluidos, siendo el periodista capaz de contemporizar mucho mejor con esa otra Iglesia que mira para otro lado ante las injusticias y los abusos de cualquier tipo. Es una opción. También de ellos habló –y les habló– Jesús.

“La ideología de volver atrás”

Ya ha dicho el papa Francisco, con ese punto agridulce que tienen las duras constataciones, que algunos le querrían muerto cuando se supo de su operación para extraerle una parte del intestino grueso. Y hay algo de cierto en ello: le quieren fuera de juego, con un sustituto adepto a la “ideología de volver atrás” que Bergoglio denunció en Eslovaquia, y que sea capaz de devolver a la Iglesia a la sacristía cerrada y rancia, de muros altos y, a ser posible, con saeteras.

El Papa, con los jesuitas eslovacos
El Papa, con los jesuitas eslovacos

Lo que no debería de ser una opción para los obispos españoles es callarse ante el grueso de las descalificaciones que se vienen vertiendo contra este Papa, como tampoco lo hicieron cuando a Benedicto XVI le calificaron de “doberman”, por ejemplo. Tampoco deberían hacerlo sus medios de comunicación, cuyo silencio ante estas cuestiones no resiste una simple revisión desde la infoética, viendo sobre todo cómo señalan con nombres y apellidos a otros medios y periodistas que azuzan con el tema de los abusos sexuales.

El clamoroso silencio de los obispos

Es clamoroso el silencio de estos pastores, que apenas son capaces de sacudirse la perplejidad ante la catarata de insultos aunque te montan una ceremonia de desagravio por un baile en la catedral primada, como si en ellas, a lo largo de la historia, no se hubiera casado y dado la comunión a asesinos, ladrones, violadores y demás familia. Pero esto es otro tema.

Ayuso y Aznar, en la Francisco de Vitoria
Ayuso y Aznar, en la Francisco de Vitoria

Ciertamente tienen motivos los obispos para la perplejidad. A pesar de los avisos del Vaticano II, los hay que siguen muy desubicados. Basta con leer el documento Fieles al envío misionero, publicado el pasado mes de septiembre, donde constatan “que el cambio [social] va más deprisa que nuestra conversión pastoral”.

Pero el acelerón está en sus manos. Basta seguir con un poco más de fidelidad al antipapa de Marhuenda. Salvo que, en el fondo, opinen como este, le vean contra las cuerdas, en el tiempo de descuento, acabado y esperen también a que Dios se lo lleve…

Primero, Religión Digital
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