El mensaje conciliador del secretario de la CEE “no cae bien” en una parte de la Iglesia Pedro Sánchez da el abrazo del oso a García Magán

César García Magán, en la sala de prensa de Añastro
César García Magán, en la sala de prensa de Añastro

Para una parte de la Iglesia española, la prudencia, el talante diplomático del nuevo secretario general del Episcopado español, César García Magán, es apreciado en función del mensaje que esté lanzando. Intachable frente al aborto, la eutanasia y demás entuertos que mantiene la institución con el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez

Hasta que se mete en temas que, además de profundamente evangélicos también, están fuertemente contaminados por la ideología, como es el caso de la inmigración 

Para una parte de la Iglesia española, la prudencia, el talante diplomático del nuevo secretario general del Episcopado español, César García Magán, es apreciado en función del mensaje que esté lanzando. Intachable frente al aborto, la eutanasia y demás entuertos que mantiene la institución con el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez.

Hasta que se mete en temas que, además de profundamente evangélicos también, están fuertemente contaminados por la ideología, como es el caso de la inmigración y el fundamentalismo en ocasiones asociado a ella. Tal vez por eso, tras el atentado yihadista que el pasado 25 de enero costó la vida a un sacristán en Algeciras, y viendo que las primeras palabras de Magán rezumaban tiento y contención, Vox salió rápidamente reclamando lo que hubiesen deseado que hiciese él: “el cierre inmediato de las mezquitas que promuevan el yihadismo”.

Críticas desde dentro

Pero, obviamente, no es solo la formación de Santiago Abascal la que pone en solfa las palabras del obispo auxiliar de Toledo. “En una parte de nuestra gente, el discurso de nuestro secretario sobre lo de Algeciras no cae bien”, señalan off the record destacadas fuentes eclesiales.

César García Magán, secretario general de la CEE
César García Magán, secretario general de la CEE

Salvando las distancias, claro, recuerda un tanto las críticas de curiales (reconocidas por el propio Papa) cuando Francisco viajó el pasado mes de septiembre a Kazajistán a participar en el encuentro de líderes de religiones mundiales y tradicionales. "¿Qué se le ha perdido allí, en un país, además, mayoritariamente musulmán?", decían.

Cuando la cautela y la prudencia chirrían

Es esa misma parte de la Iglesia que le reprocha también al nuevo secretario que la nota que emitió Añastro un par de horas después de los atentados en varias iglesias de la localidad gaditana (muy rápido para lo que suele ser habitual) mantuviese exactamente la misma tónica de cautela y prudencia que su tuit, sin el más mínimo asomo de crítica y señalamiento a los musulmanes, tan solo una exquisita petición a Dios para que “convierta el corazón de las personas violentas”.

Y mucho menos gustó la “buenista” postura defendida al día siguiente de los hechos durante un desayuno de prensa en Madrid, donde, reconociendo lo evidente sobre aquel asesinato –“ha habido una motivación de odio a la fe”-, subrayó, sin matices, que “pero evidentemente no podemos ni debemos demonizar a colectivos o grupos en general”. "Lamentablemente, en España tenemos experiencia del peligro que tiene etiquetar y demonizar a colectivos", añadió Magán.

Sánchez lo cita en el Parlamento

Ni se podía imaginar el obispo auxiliar de Toledo que, de cara a esa parte de la Iglesia, la intervención de Pedro Sánchez esta mañana, citándole en el Congreso al dar respuesta a una pregunta del líder de Vox sobre su política migratoria, iba a suponerle una especie de abrazo del oso: "No podemos echar leña al fuego, no podemos caer en demagogias, no podemos identificar terrorismo con ninguna religión, ni con ninguna fe’.Esto no lo he dicho yo, lo ha dicho la Conferencia Episcopal", le espetó Sánchez a Abascal.

El obispo Munilla durante su programa Sexto Continente
El obispo Munilla durante su programa Sexto Continente Radio María

Lo que “cae bien”, sin embargo, en esa parte de la Iglesia es el discurso de su hermano en el Episcopado, José Ignacio Munilla, quien enseguida añadió el matiz político -en la línea de la pregunta parlamentaria de Vox al presidente del Gobierno este 8 de febrero, por cierto- para dejar, sin citarlo expresamente, pero tampoco era necesario, en el campo del Gobierno de Sánchez la responsabilidad última del asesinato (como también hace la foramción ultraderechista). “¿Qué ha fallado para que un joven que tenía orden de expulsión hace siete meses haya podido llegar a cometer estos atentados?”, se preguntó el actual obispo de Orihuela-Alicante en el podcast Sexto Continente que el obispo mantiene en Radio María.

La Cope, los inmigrantes y la polarización

Esa misma parte de la Iglesia que escucha la Cope y se solaza con los comentarios de locutores, colaboradores y oyentes, los cuales, contagiados por la polarización y el nivel de debate apriorístico, ideologizado y desacomplejado en el uso de argumentos pedestres, cargan contra la inmigración, sobre todo si es de origen musulmán, aunque si se escarba no hay tampoco demasiadas contemplaciones con las de otras orígenes y creencias.

¿Qué comentarios habrán hecho -si decidieron hacerlos- a su entrevista en Servimedia, donde García Magán consideró que la legislación española “puede avanzar” en la acogida de inmigrantes o en el Estatuto de los Refugiados porque España es uno de los países con una de "las leyes más duras para conseguir estatuto de refugiado por razones de persecución política ideológica”? ¿Se habrá acordado el secretario general de conectarse esa mañana a la emisora con la que suele informarse desde primera hora? Sin duda, lo hará mañana, donde la cita parlamentaria de Sánchez seguramente no pase desapercibida...

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