Interrumpió una grabación en la que se besaban dos actrices La monja que hubiera hecho las delicias de Almodóvar

La religiosa que paró el beso lésbico
La religiosa que paró el beso lésbico

Una pareja de actrices que se encontraba grabando una secuencia en la que se besaban para una serie muy conocida en Italia, se vio asaltada por una religiosa de avanzada edad que fue a separarlas al grito

La religiosa, consternada por la visión de dos personas del mismo sexo besándose, acusó a las jóvenes de “invocar al diablo”

Podía haber sido la secuencia de una película de Almodóvar, que cosas peores se han visto en ellas en relación con la religión y con las monjas, la verdad, pero no, era la pura realidad y el schok que esta sigue causando en determinadas esferas de la fe, en este caso, de la católica, pero no sólo.

Sucedió en las calles de Nápoles, donde al lado de una suciedad que ya parece formar parte del decorado, hay lugares para extasiarse por la belleza, la alegría de vivir, una delicia gastronómica que sale de un tugurio donde puede dar reparo entrar o incluso rezar ante las imágenes del “divino” Maradona pintadas en cualquier pared como si se tratara de un retablo grafitero.

Ataque de ortodoxia

Ahí, en medio de ese latido frenético, una pareja de actrices que se encontraba grabando una secuencia en la que se besaban para una serie muy conocida en Italia, se vio asaltada por una religiosa de avanzada edad que, sofocada por un ataque de ortodoxia, fue a separarlas al grito: “¿Qué estáis haciendo? ¿Qué estáis haciendo? ¿Qué estás haciendo?”.

Sorprendido todo el equipo de filmación y las actrices, que no pueden aguantar la risa, la religiosa, consternada por la visión de dos personas del mismo sexo besándose, acusó a las jóvenes de “invocar al diablo”.

Ella sí era alguien para juzgar

Tras santiguarse, la religiosa sigue su camino un tanto alterada, en tanto que las jóvenes, que apenas se han movido, continúan en un estado en el que, a la sorpresa y la gracia, parece unirse también un poco de conmiseración hacia una persona que, de haber vivido hace unos días el Orgullo en Madrid, podría haber sido una de las trasladadas aquellos días a Urgencias, y no por el calor.

Hace ya varios años que el papa Francisco -que, como tanta gente de su edad, ha tenido que hacer un ejercicio de asimilación sobre estas cuestiones- se preguntó que quién era él para juzgar a los homosexuales. Con la imagen de esta religiosa que, obviamente se ha viralizado, percibimos nuevamente que tampoco en esto se le acaba de hacer caso en la Iglesia.

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