La encerrona de 'la gente de bien' al obispo de Bilbao

Joseba Segura es uno de los obispos con más proyección dentro del Episcopado español. Y con más preparación. Callado y eficaz, innovador y aterrizado, comprometido y con un escáner especial para saber interpretar los signos de los tiempos, sin embargo, también levanta sus recelos, incluso dentro de casa.

Ha abrazado sin ninguna dificultad las líneas maestras el pontificado de Francisco, no por papolatría, sino por el aroma a Evangelio que destinan. Ha acogido a las víctimas de abusos y a sus familias en su casa, las ha escuchado, ha cedido el Museo de Arte Sacro para que muestren en una exposición el dolor que las ha configurado desde que fueron violentadas, y les pedirá perdón a la cara en un acto inédito, el próximo 24 de marzo, en la catedral de Bilbao. Y eso escuece dentro.

Como también irrita que desde el primer momento celebrase la reapertura del caso Gaztelueta por parte del caso Francisco, los abusos a un menor en el colegio del Opus Dei que estuvo repleto de irregularidades durante la investigación canónica en España y cerrado de mala manera en el Vaticano. Y eso también escuece.

El 'delfín' de Uriarte

Y en ese potaje que algunos cuecen a fuego lento, no hay que descuidar tampoco que aunque él no quiere comparaciones de ningún tipo con quienes le precedieron, no pude evitar que le señalen como el ‘delfín’ de Juan María Uriarte, uno de los obispos más criticados por la derecha política por su sintonía con el nacionalismo vasco.

Así la cosas, la buena voluntad de Segura para acallar la mala conciencia de la ‘gente de bien’ de Bilbao a cuenta de una dispensa de comer carne este próximo viernes de cuaresma, y debido a una filtración que se antoja cualquier cosas menos inocente, ha dejado la imagen de quien es el obispo titular de una de las diócesis más importantes y significativas de España desde hace apenas dos años, emborronada con manchones de trazo grueso. Una encerrona que, como recoge El Confidencial, busca denigrar a un pastor al que hasta el momento no se le conocen más consignas que las del Evangelio.