La Universidad presenta la investigación 'CyberResistance' "Acceso temprano a contenidos violentos, sexistas e hipersexualizados": Deusto alerta de los riesgos digitales que enfrentan los menores

(Universidad de Deusto).- A los 7 años los niños están expuestos a contenidos de violencia y competitividad a través de los videojuegos y las niñas a contextos que hipersexualizan su imagen. A esta misma edad, les llega contenido pornográfico, sin buscarlo. El acoso escolar sigue siendo un problema al que hay que seguir prestando atención. En las dinámicas familiares se dan roles digitales diferenciados y existe un discurso del terror y del miedo que les lleva a usar prácticas de excesivo control. Y en la escuela, el profesorado siente un importante vacío en el apoyo y acompañamiento para afrontar estos desafíos.

Estas son algunas de las conclusiones de la investigación “CyberResistance. Ante la tercera brecha digital de género y ciberviolencias en la infancia: coeducación, oportunidades y resistencias”, que la Universidad de Deusto ha presentado hoy, lunes 23 de junio, en el marco de las jornadas sobre Cyber-Resistance, centradas en las ciberviolencias machistas y los riesgos digitales machistas que afectan a menores. Un encuentro que ha pretendido formar al profesorado de primaria en torno a los sesgos de género en el entorno digital infantil y, por otro, abrir un espacio para proponer estrategias de prevención e intervención ante las ciberviolencias machistas.

La investigación presentada, liderada por el equipo de investigación Deusto Valores Sociales bajo la dirección de Estíbaliz Linares y con la colaboración de la consultora Opcionate- Mejora Tu Vida de Canarias, describe la realidad digital de niños y niñas de Euskadi y Canarias, entre 5 y 12 años, así como sus dinámicas familiares y escolares, e identifica los riesgos desde una perspectiva de género e interseccional. El proyecto está subvencionado por la convocatoria de RETOS 2022- Proyectos de Generación de Conocimiento del Ministerio de Ciencia e Innovación.

En el estudio, iniciado en septiembre de 2023, han participado, en Euskadi, 9 centros escolares (5 públicos, 3 concertados y 1 privado), con 82 docentes de primaria, 49 progenitores y 221 menores; y en Canarias, 4 centros (1 público y 3 concertados), 38 docentes de primaria, 23 progenitores y 48 menores. Además, se han realizado talleres de formación con 60 familias y 55 menores de 4º de primaria.

Contradicciones ante mundo adulto

Entre los datos más relevantes se encuentran que los y las menores tienen pautas de ciberseguridad y en la mayoría de los casos tienen el control-parental puesto. Asimismo, identifican cómo protegerse en las redes, aunque en los casos que en las familias hay un problema de puesta de límites, y/o familias desestructuradas tienen un acceso abierto a los dispositivos digitales y a contenido violento, sexista y machista. Los niños son quienes más acceden a este tipo de contenido y quienes los comparten con el resto de la clase.

Así, se comprueba que existen sesgos de género en menores, y también en lo que usan y ven. Mientras que los chicos están especialmente en los videojuegos, las chicas usan plataformas de expresión musical y artística, y acceden más contenidos vinculados a la belleza. Además, aunque solo los mayores (11-12 años) tienen móvil propio y, en concreto en Euskadi, se ve un movimiento claro de alargar la edad, desde que son muy pequeñas y pequeños, los niños y niñas viven este mundo con importantes contradicciones, ya que observan cómo su mundo adulto está profundamente digitalizado… y a veces son sus propios referentes quienes los exponen.

Sobre el acceso a la pornografía, los datos reflejan que generalmente ya con 7 años cuentan que han tenido que ver imágenes en el que la corporalidad femenina queda totalmente objetivizada. En este sentido las reacciones de las niñas y los niños son totalmente diferente. Mientras que las niñas rechazan este contenido, los niños, si se lo ha mostrado a alguno de clase o “primos mayores” se ríen. La objetivización del cuerpo femenino sigue siendo aval de la masculinidad.

"Hay que seguir mirando al acoso escolar, aquel que ocurre en los patios, en las salidas de clase, o en las risas dentro del aula"

En relación con las ciberviolencias machistas, la investigación constata que el no tener acceso directo al móvil frena bastante las agresiones cibernéuticas. Pero ello no quiere decir que no existan agresiones, y uno de los datos más representativos del estudio dice que hay que seguir mirando al acoso escolar, aquel que ocurre en los patios, en las salidas de clase, o en las risas dentro del aula.

Si bien comparado con otras generaciones cada vez existe un discurso más crítico, lo que reafirma la eficacia de las campañas y el trabajo de prevención, aún persisten sesgos de género y violencias que requieren ser atendidas. De hechos, las formas de agredir online, son el espejo de las offline.

Discursos de miedo y terror

En los hogares, la investigación ha averiguado que cada vez son más conscientes de los riesgos y ponen en marcha diferentes estrategias, aunque muchas veces sea desde el prueba-error. En sus dinámicas familiares aún se dan roles de género, y las prácticas de educación digital se han identificado: padres juegan más a los videojuegos, y las madres se dedican al cuidado y responsabilidad digital.

Pero existe un importante discurso del terror y del miedo, lo que les lleva a usar prácticas de excesivo control; por ejemplo a través de los SmartWhatch. Es importante no tratar a todas las familias desde una mirada normativa porque existen realidades muy particulares, que hacen que el cuidado y la vigilancia de los usos de los dispositivos no siempre se implementen como quieran. Aun así, se requiere una mirada más profunda de lo que realizan las personas adultas.

El profesorado asegura que requieren de mayores recursos personales para atender la diversidad, la salud mental… Se sienten con cargas y pesos que son demasiados estructurales para abarcar desde la educación. Ven importante que se genere una comunidad educativa donde estén implicados diferentes agentes: familias, profesorado, menores, servicios sociales, sistema de salud.

Cada escuela tiene una realidad sobre la tecnología, y existen importantes movimientos en Euskadi, como Altxaburua que junto con la escuela hace que se atrase el acceso temprano al mundo digital. También, creen necesario que se hable más sobre el contenido violento que ven y acceden su alumnado. Y, por último, constatan que aún existen importantes sesgos de género, y también en la sexualidad, que requieren ser trabajados.

Por todo ello, el estudio concluye que se han ido dando pasos de avance, reivindicación y que existen estrategias de resistencia; pero que la formación y sensibilización necesita seguir siendo trabajada desde la responsabilidad y la calidad. Sin practicar discursos del miedo y terror, porque hay esperanza en sus discursos y acciones. Asimismo, se necesita articular servicios de salud mental y social que acompañen a los entornos escolares.