Encuentro Fe-Cultura con el arzobispo de Valencia Benavent: "Nos preocupa si los universitarios se interrogan por los temas centrales de la vida"

¿Conocemos las consecuencias humanas del uso de la inteligencia artificial por parte de los jóvenes?
Encuentro en el marco de la Vicaría de la Cultura con los representantes de la Cátedra Caridad, de la Fides et Ratio y del Observatorio socioeconómico y político UCV
| UCV
El arzobispo de Valencia y Gran Canciller de la Universidad Católica de Valencia (UCV), Mons. Enrique Benavent mostró su preocupación por que los universitarios actuales se interroguen por las grandes cuestiones como las distintas pobrezas humanas. “Una verdadera formación integral no puede excluir la antropología y la ética”, expuso en el marco de la Vicaría de Cultura, ante un grupo de investigadores de la Cátedra Caridad, de la Fides et Ratio y del Observatorio socioeconómico y político de la UCV.
Benavent mostró su inquietud por saber cuál es la postura de los jóvenes ante la inteligencia artificial ¿Son conscientes de los riesgos de delegar su capacidad de pensamiento? ¿Les toca la conciencia? ¿Qué hace la universidad por implicar a los jóvenes ante estos desafíos? El arzobispo planteó estos interrogantes acerca de las consecuencias intelectuales y morales por el uso de la de la inteligencia artificial (IA). Hizo un llamamiento a prestar atención al desarrollo de la IA, “no tanto desde una perspectiva técnica y científica, sino sobre todo de sus repercusiones humanas y sus consecuencias sobre los usos y el desarrollo de sus capacidades”, concluyó.
El director de la Cátedra de la Caridad y de la línea de investigación Pobreza y Hambre, y vicario de Cultura D. Jose Luis Sánchez García, resaltó que hoy es fundamental reflexionar sobre la relación entre la inteligencia artificial y la dignidad humana. “Los algoritmos deben ser diseñados de forma que garanticen el respeto al ser humano”, afirmó. La inteligencia artificial debe estar al servicio del desarrollo integral de la persona expuso el vicario de Valencia, puesto que “de lo contrario se corre el riesgo de fomentar una nueva forma de alienación que merme el pensamiento crítico y la autonomía intelectual, especialmente de los jóvenes”, concluyó.

Durante la reunión, se hizo balance del V Congreso Pobreza y Hambre celebrado en Valencia durante los pasados días 14 y 15 de mayo. La secretaria de la cátedra, Isabel Sánchez Gadea, leyó las conclusiones del simposio y concretó que la educación, no es un lujo, sino un medio necesario para salir de las pobrezas humanas, puesto que un consumidor de felicidad sin fin último se ve privado de la riqueza de un horizonte de sentido y de plenitud humana. Tenemos que educar para pensar, dialogar, crear y contemplar.
El técnico Juan María Díez Sanz recordó que durante el mismo se presentaron 20 ponencias de investigadores de universidades y centros de investigación de todo el mundo, como la Politécnica de Valencia (UPV), la Universitat de València (UV), la Universidad Católica de Valencia (UCV), la Universidad Católica de Ávila (UCA), la New England Biolabs o la de Harvard, de la mano del premio Nobel Dr. Roberts, la de Notre-Dame de El Líbano, Houston en Estados Unidos o la de Basilea en Suiza.
Se recordó que ya durante la pandemia se generalizó el uso de las tecnologías desde los hogares y que la desigualdad de medios y acceso a internet afectó al ritmo de estudio de alumnos de familias con rentas más bajas. Se aludió a la problemática de los jóvenes ante un contexto de incertidumbre respecto a su propio proyecto vital “como no había existido en generaciones precedentes” y a la importancia de visibilizar las pobrezas y centrar la atención sobre las personas.
El Encuentro se une al papa León XIV en esta era de la inteligencia artificial y las tensiones geopolíticas, para hacer de la paz una realidad, donde la pobreza, el hambre y la exclusión no tengan cabida en la familia humana.
