El colegio concertado Nuestra Señora de Loreto de Valencia, regentado por la Fundación Educativa Santo Domingo, está sometiendo a una «vigilancia no explícita» a los cinco alumnos que presuntamente agredieron sexualmente a otro durante un viaje escolar en marzo de 2023 y que aún siguen asistiendo al centro educativo.
Así lo han asegurado este lunes en rueda de prensa María Dolores Esteban, directora general del colegio Nuestra Señora de Loreto FESD de València, y Julia Moreno, directora general del equipo de Gestión de la Fundación Educativa Santo Domingo-FESD, quien ha señalado que en una salida de noche, y a pesar de que el ratio de profesores por alumnos es alto, «no existe riesgo cero».
Los hechos ocurrieron en marzo de 2023 durante un viaje de estudios a Benalmádena (Málaga) cuando al parecer uno de los alumnos, de 13 años, fue agredido sexualmente por cinco compañeros del mismo centro escolar y los hechos están sub iudice, en un procedimiento judicial en el que no se ha personado el centro educativo, según Esteban.
Los acusados no han pedido perdón ni reconocido los hechos
Ha indicado que por parte de los cinco alumnos considerados presuntos autores de la agresión sexual no ha habido un acto formal de perdón ni un «reconocimiento explícito» de los hechos. Tampoco les consta que haya algún vídeo o grabación de los hechos ocurridos.
El menor agredido «causó baja» tras saber por los padres que no iba a volver al centro escolar «porque no estaba bien», aunque la primera noticia sobre los hechos la tuvieron en junio de 2023, cuando les informó un psicólogo que atendió al menor y este profesional denunció el caso ante la Fiscalía de menores.
Sin embargo, los cinco presuntos agresores siguen acudiendo al colegio concertado y, según Moreno, tienen un «seguimiento por parte del tutor» y desde aquellos hechos «no se ha detectado ninguna incidencia ni conducta preocupantes por parte de ellos».
Se ha aplicado sobre ellos «medidas preventivas. Se ha tenido una especial vigilancia, una vigilancia no explícita para el normal funcionamiento de las aulas. Siempre ha habido un control directo desde Orientación, desde tutores y desde el equipo directivo», ha añadido.
No existe «un riesgo cero»
Preguntadas sobre qué falló para que se llegara a la situación que vivió el menor, Moreno ha señalado que «por muy duro que sea, cuando se realizan actividades escolares con salidas con pernoctas, incluso como en este caso en el que la ratio de vigilancia de los profesores era muy superior a la exigida por la ley, si no hay alguien en cada habitación, y no puede haberlo, y hay habitaciones compartidas entre alumnos, no existe un riesgo cero».
Según Moreno, tras tener conocimiento de los hechos en junio de 2023 se actuó «de modo inmediato», se activaron los protocolos para la gestión del caso y se puso en conocimiento de las autoridades y la inspección educativa. «En todo momento hemos estado a disposición de la fiscalía, que nos ha requerido documentación y la declaración de algunos miembros del claustro», ha señalado.
Según ha indicado, en el centro se dedican desde hace años «tiempo y recursos a tratar de dotar» a sus alumnos de «herramientas que les permitan detectar, denunciar y superar cualquier tipo de conducta sexual inapropiada», y cuentan con «un protocolo específico y con un programa de educación afectivo-sexual propio».
Ha mostrado la «solidaridad» del centro y la Fundación con las «familias de los victimarios y el respeto a la presunción de inocencia, máxima en este caso, donde todos los implicados son menores y por lo tanto gozan de una mayor protección por su vulnerabilidad», y ha asegurado que cuando haya una resolución firme adoptarán «todas las medidas pertinentes».
«A disposición del menor y de la familia de la víctima»
Por su parte, María Dolores Esteban ha destacado que han estado «a disposición del menor y de la familia de la víctima» y llevan «dos años de sufrimiento: sufren alumnos, familias, educadores…, a lo que ha añadido: «Toda nuestra dedicación, compromisos y esfuerzos diarios están orientados al bienestar y a la seguridad de nuestro alumnado».
También han señalado que la Consellería elaboró un decreto específico para el ciberbullying de acoso sexual, una normativa que también se aplica en el centro escolar.
Esteban no ha podido precisar si estos cinco alumnos siguen haciendo actividades extraescolares en el centro, ya que son alumnos de Bachiller y la mayoría las hacen alumnos de cursos inferiores, y aunque durante el pasado año no se realizaron actividades con pernocta, este curso que ahora termina sí habrá una con pernocta, aunque ha matizado que no sabe si asistirán estos alumnos.
«Desde Fiscalía no se ha aplicado ninguna medida de alejamiento ni de control», ha señalado la directora general del Colegio, y ha añadido que en el caso de esta actividad pernocta «se han cambiado las normas de convivencia y han sido firmadas por las familias», y en el caso de que hubiera cualquier incidente los menores serían retirados de la actividad.