Solicita una reunión urgente con la Ministra de Justicia y la Fiscal General del Estado Escuelas Católicas lamenta la falta de rigor del Informe de la Fiscalía y discrepa de algunas de sus afirmaciones

Escuelas Católicas lamenta la la falta de rigor del informe de la Fiscalía
Escuelas Católicas lamenta la la falta de rigor del informe de la Fiscalía

Apunta que prescindir de una mínima comprobación inicial sería judicializar hasta el extremo la vida de los centros, saturar la Justicia, exponer a los menores innecesariamente y arrasar el derecho a la presunción de inocencia

Agradece que la Fiscalía General del Estado reconozca el papel desempeñado por EC al destacar las actuaciones “que en el ámbito de los centros de enseñanza católicos (Federación Española de Religiosos de la Enseñanza, FERE-CECA), (…) se están llevando a cabo”

Rechaza la presunción que hace el referido Informe cuando, sin la más mínima justificación, considera a los centros de enseñanza e instituciones religiosas católicas como “entornos tradicionalmente dotados de cierta opacidad”

Escuelas Católicas (FERE-CECA y EyG), que tuvo conocimiento por los medios de comunicación del Informe de la Fiscalía sobre las diligencias en curso por delitos sexuales contra menores, quiere manifestar lo siguiente: 

Ha solicitado por escrito una reunión urgente con las máximas responsables del Ministerio de Justicia y de la Fiscalía General del Estado. Somos los primeros interesados en combatir esta lacra social que también afecta a la Iglesia, y cualquier iniciativa que nos ayude a avanzar en la protección de la infancia es bienvenida. 

Agradece que la Fiscalía General del Estado reconozca el papel desempeñado por EC al destacar las actuaciones “que en el ámbito de los centros de enseñanza católicos (Federación Española de Religiosos de la Enseñanza, FERE-CECA), (…) se están llevando a cabo”.

Discrepa de las consideraciones del Informe según las cuales “se deben evitar comprobaciones o filtros internos de verificación previos a la información del caso a las autoridades competentes”. Sorprende esta visión, contraria, no solo a la más elemental prudencia, sino también a las indicaciones de la mayoría de los protocolos de las Consejerías de Educación de las CC.AA., e incluso de otros sectores como el deportivo, que recomiendan una primera evaluación de la situación que permita determinar si existen sospechas o indicios razonables de hechos delictivos susceptibles de ser informados o denunciados a las autoridades.

Prescindir de una mínima comprobación inicial sería judicializar hasta el extremo la vida de los centros, saturar la Justicia, exponer a los menores innecesariamente y arrasar el derecho a la presunción de inocencia. Todo ello no debe ser visto como un intento de ocultación, sino como un ejercicio responsable de las funciones de los profesionales, que ante un mínimo indicio razonable, tal y como recomendamos en nuestros protocolos, informarán o denunciarán ante los órganos competentes.

Esa primera valoración es la que puede llegar a permitir una actuación rápida que, de esperar a los plazos administrativos, podría retrasar medidas urgentes imprescindibles. Por eso, aprovechamos también para solicitar al Ministerio que promueva medidas que agilicen la atención a estos casos que eviten situaciones tan graves como no poder apartar a un sospechoso de los menores mientras una investigación se prolonga en el tiempo de manera preocupante. 

Lamenta la falta de rigor de un Informe que proviene de un órgano como la Fiscalía General del Estado. En él se exponen las cifras de escritos de acusación, sentencias y diligencias de investigación incoadas entre 2017 y 2019 que corresponden al conjunto de la sociedad española. Estos datos ponen de relieve la importante dimensión de este grave problema social, pero como el propio Informe señala: “no proporcionan detalle sobre aspectos fácticos de la conducta supuestamente delictiva como los relativos a la condición del autor o al entorno o naturaleza de la institución en cuyo seno se produce el abuso o la agresión sobre el menor”.

Escuelas católicas
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Pese a todo, “el compromiso del Ministerio Fiscal en una eficaz respuesta frente a estos delitos” se circunscribe únicamente al ámbito de Iglesia católica, apoyándose de forma exclusiva, y ciertamente inexacta, en que “los medios de comunicación se han hecho eco de numerosos casos de agresiones o abusos sexuales cometidos en el entorno de instituciones religiosas católicas”, pareciendo así, no sabemos si intencionada o casualmente, que los datos globales se adjudican solo a esta, y dejando sin atender los ámbitos en los que la lacra del abuso sexual se da con mayor frecuencia: las propias familias o el entorno deportivo o la escuela en general. De hecho, según la OMS, casi el 80% de los abusos a menores se dan en la familia. Esta cifra es del 73% en España, según la Fundación ANAR.

Por otra parte, la Fiscalía no especifica si las sentencias emitidas han sido condenatorias o absolutorias, lo que convierte el dato proporcionado en algo irrelevante para la valoración de la situación sobre los abusos en España.

En el mismo sentido, EC rechaza la presunción que hace el referido Informe cuando, sin la más mínima justificación, considera a los centros de enseñanza e instituciones religiosas católicas como “entornos tradicionalmente dotados de cierta opacidad”, toda vez que se está haciendo un ejercicio real de transparencia y de responsabilidad.

Escuelas Católicas está poniendo desde hace tiempo todos los medios a su alcance en la prevención y actuación contra estos delitos.

En 2014, EC propuso al entonces Ministro de Justicia la obligatoriedad de presentar un Certificado negativo de delitos sexuales como requisito para la contratación de personal en centros educativos y entornos con menores, que fue aprobado un año después.

En 2016, EC elaboró y remitió a todos sus asociados un modelo de Manual de Conducta o Código Ético.

Abusos Iglesia

En 2019, elaboró su Decálogo de actuación, que ha servido de modelo para muchas instituciones y ha tenido una acogida muy favorable en diversos ámbitos, incluso internacionales.

Actualmente está trabajando en un Protocolo laboral ante situaciones de abusos y en una Guía extensa y detallada para ayudar a los centros a prevenir y atajar cualquier caso de abuso sexual. Asimismo, está ampliando los contactos que viene manteniendo con organizaciones de prestigio: a los habituales con ANAR y Porticus Iberia, con quien Escuelas Católicas está colaborando para la generación de entornos seguros en los centros educativos, se unen ahora UNICEF y Save the Children.

EC también ha publicado un Programa de Cumplimiento Normativo para centros educativos, disponible gratuitamente en su página web, que propone un marco para la elaboración de protocolos y mecanismos de denuncia y control para delitos, incluyendo los de naturaleza sexual.

Escuelas Católicas reitera su compromiso de tolerancia cero con los abusos sexuales en el seno de la Iglesia y de la sociedad en general y manifiesta su compromiso de colaboración con esta en la erradicación de esta lacra, comenzando por garantizar la seguridad en su seno. EC, como parte de la Iglesia española, ve en esta situación una oportunidad de convertirse en pionera en las garantías de seguridad para los menores y los colectivos en situaciones de vulnerabilidad y está trabajando en ello cada día para lograrlo.

Sobre Escuelas Católicas

Escuelas Católicas (EC) es la marca de la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza-Titulares de Centros Católicos (FERE-CECA) y de Educación y Gestión (EyG). FERE-CECA asocia desde 1957 a los titulares de los centros educativos y EyG los representa en su vertiente empresarial desde 1989. Actualmente integra a 2.000 centros educativos católicos, la mayoría con algún nivel concertado. Gran parte de ellos son centros integrados, es decir, que cuentan con más de una etapa. Si separamos por niveles educativos hablaríamos de 1.776 centros de Educación Infantil, 1.716 de Educación Primaria, 1.646 de Educación Secundaria (ESO o FP Básica) y 777 centros de Bachillerato o FP de Grado Medio o Superior, es decir, de 5.915 entidades pedagógicas. En ellos se educan 1.204.179 alumnos y hay 101.260 trabajadores, de los que 82.554 son docentes.

Escuelas Católicas supone el 15% del total del sistema educativo y el 58% de la enseñanza privada concertada, lo que la convierte en la organización más representativa de este sector.

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