"Existe la idea de que lo que importa es la práctica pastoral más que la preparación teológica" El Papa pide reflexionar sobre la fe en los contextos actuales para "contrarrestar el riesgo de un vacío cultural"
Hoy necesitamos con urgencia reflexionar sobre la fe para poder adaptarla a los escenarios y desafíos culturales actuales, pero también para contrarrestar el riesgo de un vacío cultural que, en nuestro tiempo, su presencia se vuelve cada vez más omnipresente", exhortó León XIV esta mañana al inaugurar el curso 2025-2026 en la Pontificia Universidad Lateranense
"El objetivo del proceso educativo y académico, en efecto, debe ser formar personas que, con espíritu de generosidad y pasión por la verdad y la justicia, puedan construir un mundo nuevo, solidario y fraterno"
"Hoy necesitamos con urgencia reflexionar sobre la fe para poder adaptarla a los escenarios y desafíos culturales actuales, pero también para contrarrestar el riesgo de un vacío cultural que, en nuestro tiempo, su presencia se vuelve cada vez más omnipresente", exhortó León XIV esta mañana al inaugurar el curso 2025-2026 en la Pontificia Universidad Lateranense.
"En particular, la Facultad de Teología está llamada a reflexionar sobre el depósito de la fe y a resaltar su belleza y credibilidad en los distintos contextos contemporáneos, de modo que se manifieste como una propuesta plenamente humana, capaz de transformar la vida de las personas y de la sociedad, de impulsar cambios proféticos ante las tragedias y la pobreza de nuestro tiempo, y de alentar la búsqueda de Dios", añadió el Papa ante el gran canciller, el cardenal Baldassare Reina, y los 130 docentes y representantes del millar de estudiantes con el que cuenta la la conocida como Universidad del Papa.
"La formación de personas es el núcleo de la misión de la Pontificia Universidad Lateranense", remarcó el papa Prevost, pero indicando a continuación que "también quisiera imaginar, junto a ustedes, la Universidad Lateranense como un espacio que tiene la mirada y el corazón puestos en el futuro, y que aborda los desafíos contemporáneos desde ciertas perspectivas únicas", que desglosó en tres coordenadas.
"La primera es esta: la reciprocidad y la fraternidad deben ser el centro de la educación. Hoy, lamentablemente, la palabra «persona» se usa a menudo como sinónimo de individuo, y el atractivo del individualismo como clave para una vida exitosa tiene implicaciones preocupantes en todos los ámbitos: se enfatiza la autopromoción, se fomenta la primacía del ego y se dificulta la cooperación", destacó.
"La segunda dimensión que quisiera destacar es la excelencia científica, que debe ser promovida, defendida y desarrollada", subrayo, añadiendo que "el servicio académico a menudo carece del debido reconocimiento, en parte debido a prejuicios profundamente arraigados que, lamentablemente, también persisten dentro de la comunidad eclesial".
En este sentido, señaló que "a veces nos topamos con la idea de que la investigación y el estudio no sirven a los propósitos de la vida real, que lo que importa en la Iglesia es la práctica pastoral más que la preparación teológica, bíblica o legal".
Frente a ello, afirmó que "la investigación científica y la carga de la investigación es necesaria", expresando también un deseo: "Necesitamos laicos y sacerdotes capacitados y competentes. Por lo tanto, les exhorto a no bajar la guardia en materia científica".
En cuanto a la ta tercera dimensión, recordó el Papa que "es la del bien común". "El objetivo del proceso educativo y académico, en efecto –prosiguió–, debe ser formar personas que, con espíritu de generosidad y pasión por la verdad y la justicia, puedan construir un mundo nuevo, solidario y fraterno. La Universidad puede y debe difundir esta cultura, convirtiéndose en signo y expresión de este nuevo mundo y de la búsqueda del bien común".
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