Entrevista al nuevo secretario general de Escuelas Católicas Pedro J. Huerta: “Nuestros colegios van a ser siempre espacios de encuentro, de diálogo y de evangelización”

Pedro Huerta, nuevo secretario general de Escuelas Católicas
Pedro Huerta, nuevo secretario general de Escuelas Católicas

"Estamos haciendo un gran esfuerzo, porque además de trabajar en seguridad, hay que comenzar el curso, hay que hacer programaciones y montar aulas... El trabajo es mayor. Hay que reconocer el esfuerzo"

"Hay un diálogo permanente, un encuentro continuo con las administraciones"

"Me gusta hablar con todo el mundo y escuchar, creo que es la base de cualquier relación. Y en nuestro caso debemos establecer buenas relaciones, porque estamos en el mismo barco, navegamos en la misma dirección"

"Estamos defendiendo los derechos de todos, no sólo del 1,2 millones de alumnos que tenemos, sino del conjunto de la sociedad"

"Es necesaria la reforma educativa, claro que sí. Pero esta ley no se plantea como una mejora real, sino como una vuelta a la LOE, un deshacer cuestiones con las que el Gobierno actual no está conforme"

"La escuela católica tiene una función social muy importante. No ha nacido, ni se ha mantenido, por intereses políticos ni estratégicos, sino por interés evangelizador"

“Nuestros colegios van a ser siempre espacios de encuentro de diálogo y de evangelización”. El flamante nuevo secretario general de Escuelas Católicas, el trinitario Pedro J. Huerta, recibe a RD en mitad del arranque de un curso marcado por el impacto del coronavirus y la incertidumbre. Durante la conversación deja clara su intención de alcanzar acuerdos con Educación y trabajar conjuntamente por alcanzar un Pacto Educativo, pese a las dificultades. “Todos estamos en el mismo barco, y queremos la mejor educación para todos”, asegura.

-Llega a Escuelas Católicas en un momento complicado, cuando arranca el curso del coronavirus...

No sé si es lo mejor denominarlo así. No hay curso fácil, ni comienzo fácil, todo tiene sus momentos. Hay que vivir y trabajar con lo que toca. Por nuestra parte, el interés es estar cerca de nuestros centros, profesores y familias, y acompañarles en estos momentos en que están tomando decisiones que son sencillas.

-¿Cómo están viviendo la vuelta al colegio los centros, los padres y los alumnos?

Con falta de certezas, incertidumbre... Pero también detectamos que lo viven con expectativas y esperanza de que acabe pronto, y que se normalice el proceso normal de un colegio. En el caso de nuestros docentes, llevan tiempo con mucho trabajo y esfuerzo, durante todo el verano, no sólo en las últimas semanas...

Pedro Huerta, con José María Alvira

-El protocolo viene ahora, pero se lleva preparando desde hace meses, ¿no?

El primer protocolo es del 22 de junio. A partir de ahí, empezamos a trabajar, todos los centros acabaron julio con unos protocolos, no cerrados del todo (nadie podía prever la situación actual), pero todo estaba estudiado. Esto cambia a cada instante: estamos salvando la incertidumbre, con seguridad, normas claras y comunicación a las familias. A los equipos directivos les ha supuesto un trabajo inmenso.

-¿Lo están entendiendo los padres: cambios de ratio, división de aulas, de amigos...?

Es lógico: todos asumimos que los padres son los primeros responsables de sus hijos, y es lógico que tengan inquietud por saber cómo el colegio va a afrontar posibles casos de brotes, que los habrá. Desde los colegios estamos animando a que se informe, se dé la mayor información posible dentro de la que nosotros tenemos, y acompañar a los padres en sus preocupaciones. Estamos haciendo un gran esfuerzo, porque además de trabajar en seguridad, hay que comenzar el curso, hay que hacer programaciones y montar aulas... El trabajo es mayor. Hay que reconocer el esfuerzo.

¿Os estáis sintiendo acompañados por las Administraciones educativas?

El acuerdo de finales de agosto entre los ministerios de Educación y Sanidad con las consejerías fue un paso importante, pero estamos siendo espectadores de cómo cada autonomía está adaptando los protocolos a su realidad. En los colegios y las familias, hay una incertidumbre extra: cuando un padre o una madre lee un periódico, no lee solo lo que ocurre en su pueblo, lo ve todo, y lo compara con lo que está ocurriendo en su entorno, y se crea una sensación de no comprender, de no estar seguro... Por eso seguimos reclamando que, aunque entendemos el sistema autonómico, no se debe obviar el necesario diálogo y consenso para, al menos establecer, medidas comunes. Las famosas ayudas, que necesitamos, no porque queramos construir cosas nuevas, sino afianzar lo que se está haciendo, no están llegando en tiempo y forma.

Pedro Huerta,  Mª Concepción Monjas y José Mª Alvira
Pedro Huerta, Mª Concepción Monjas y José Mª Alvira

-¿Hay 17 vueltas al cole? ¿Se echa de menos una cierta coordinación?

Exacto. No es el momento de debatir, ni somos los interlocutores para debatirlo, es una cuestión de Estado, pero no debe evitarse la coordinación, el diálogo y el consenso.

-Las escuelas católicas sí están tratando de coordinarse, no?

Sí, estamos en contacto permanente con nuestras sedes autonómicas y recibimos reportes de instituciones, y de los mismos centros... Muchos de ellos se desahogan y cuentan cómo están viviendo esta situación. El conocimiento que estamos teniendo es bastante cercano a la realidad.

-¿Cómo siguen las relaciones con el Gobierno? ¿Ha habido algún contacto?

Estamos esperando que se establezca una reunión. Hemos hablado, estamos de acuerdo en mantener un acuerdo próximamente. En julio, la ministra me escribía un correo electrónico para darme la bienvenida a Escuelas Católicas, y expresaba su deseo de continuar la buena relación y encuentros asiduos para afrontar los problemas, que son de todos. Estamos esperando que se pueda producir.

-¿Es cierta esa buena relación? Porque en los últimos meses ha habido cierta tensión con las escuelas de inspiración católica, y su derecho a sobrevivir o recibir ayudas...

Hay un diálogo permanente, un encuentro continuo con las administraciones. En esos encuentros seguimos poniendo encima de la mesa nuestra voluntad de consenso, diálogo, encuentros amistosos y sin inquina, como tampoco la vemos por parte del Ministerio. Y eso sí: seguiremos defendiendo nuestro principios, la necesidad del pacto educativo, de que en las leyes se tenga en cuenta el diálogo y el consenso, la necesidad de reconocer y seguir mejorando la educación en España, en global, la pública y la concertada.

Pedro Huerta

-¿Te veo optimista?

Optimista a la hora de dialogar. Los consensos tendrán que llegar una vez dialoguemos. Por mi forma de ser, me gusta hablar con todo el mundo y escuchar, creo que es la base de cualquier relación. Y en nuestro caso debemos establecer buenas relaciones, porque estamos en el mismo barco, navegamos en la misma dirección, aunque pueda parecer que algún remo sale por otro sitio. Me niego a pensar que no podamos alcanzar puntos de encuentro, porque estamos buscando algo tan importante como la educación, que es hablar de futuro de nuestro país y de las generaciones más jóvenes.

-¿Hay alguna línea roja que os preocupe?

Nosotros siempre hemos defendido que la red concertada y la realidad de los conciertos, a pesar de que está necesitada de reformas, es viable. Pero no por nuestros intereses, sino por la sociedad en sí: estamos defendiendo los derechos de todos, no sólo del 1,2 millones de alumnos que tenemos, sino del conjunto de la sociedad. Los conciertos ayudan a mejorar y modernizar la educación, y al derecho de las familias a poder elegir centro y que las familias con menos recursos puedan acceder al proyecto educativo que quieran para sus hijos. No me gusta llamarle línea roja, porque parece una barrera insalvable: son certezas que nos hacen crecer como nación y hacen crecer en la educación, en la que creemos todos. Todos creemos en una educación que sea para todos. Y nosotros, evidentemente, consideramos que para que realmente la educación sea para todos, tiene que ser abierta y con libertad de elección

Consideramos que para que realmente la educación sea para todos, tiene que ser abierta y con libertad de elección

-¿Es el momento para aprobar una reforma educativa?

Nuestra opinión siempre ha sido que no se debía tramitar una ley educativa en pleno estado de alarma, y ahora con alarma social. Nuestras familias y centros están mucho más preocupados ahora mismo por saber qué va a pasar con el curso. Hacer ahora el trámite de una ley, a pesar de que la ministra promete que va a solucionar todos los problemas.... Es necesaria la reforma educativa, claro que sí. Pero esta ley no se plantea como una mejora real, sino como una vuelta a la LOE, un deshacer cuestiones con las que el Gobierno actual no está conforme, y lo que vamos a seguir pidiendo es que, ante el deseo de mejorar la educación, pongamos en primer lugar, todos, la necesidad de un pacto social y político por la educación. Eso lo primero. A partir de ahí, establezcamos leyes con una permanencia y que faciliten esa modernización de la educación que todos queremos. Este no es el momento, porque la mayor parte de la sociedad tenemos otras preocupaciones. Hay una preocupación por la educación, pero también por la salud, y el bienestar de nuestros alumnos, docentes y centros.

Escuelas Católicas pide al Gobierno "financiación adicional" para arrancar el curso con tranquilidad
Escuelas Católicas pide al Gobierno "financiación adicional" para arrancar el curso con tranquilidad

-La escuela católica, ¿está en riesgo de desaparecer?

La escuela católica tiene una función social muy importante. No ha nacido, ni se ha mantenido, por intereses políticos ni estratégicos, sino por interés evangelizador. Uno de nuestros objetivos es ayudar a las instituciones a garantizar y conservar la evangelización. Entonces, si lo que nos meuve es el Evangelio, no podemos desaparecer. Podremos mantener el diálogo, tendremos que mantener la petición a los sucesivos gobiernos para que se financie un modelo de conciertos que no sólo toca a las escuelas católicas, sino también a otras instituciones, que garantice al mismo tiempo la libertad de elección de los padres, los derechos constitucionales de las familias y la pluralidad en la educación.

Nuestra opinión siempre ha sido que no se debía tramitar una ley educativa en pleno estado de alarma, y ahora con alarma social. Nuestras familias y centros están mucho más preocupados ahora mismo por saber qué va a pasar con el curso

Ese es un debate, un espacio en el que nos seguimos moviendo, que nunca va a acabar, va a formar siempre parte de la relación normal con la sociedad en sí, y no necesita justificarse. El 99% de las familias entiende que para ellos es una garantía. La escuela católica en global no va a desaparecer, como no desaparecerá la Iglesia ni la voluntad evangelizadora. Se adapta a los tiempos, porque así nos lo pidió el Concilio Vaticano II, pero va a tener siempre una razón de ser. Nuestros colegios van a ser siempre espacios de encuentro de diálogo y de evangelización.

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