La decana de la Universidad de Temuco presenta la nueva licenciatura Sandra Arenas: "Las ciencias religiosas son un motor indispensable para promover la paz"

Grupo de trabajo de "Vatican II Event and Mandate"
Grupo de trabajo de "Vatican II Event and Mandate"

La decana de la Facultad de Filosofía y Ciencias Religiosas de la Universidad Católica de Temuco, Chile, plantea los objetivos centrales de la nueva Licenciatura en Ciencias Religiosas: "La falta de conocimiento y el prejuicio son el caldo de cultivo para la confrontación" 

(Vatican News).- "No levantar muros, más bien hacer mediaciones, es decir, formar a personas capaces de articular esas mediaciones, también conceptualmente, y que puedan ir, no solo a trabajar en organismos de Iglesia, sino también en el sector público, en la sociedad civil", afirma la Dra. Sandra Arenas, decana de la Facultad de Filosofía y Ciencias Religiosas de la Universidad Católica de Temuco (UCT). Esta es la visión que impulsa la nueva Licenciatura en Ciencias Religiosas de la UCT, la universidad más austral del mundo, en el sur de Chile.

Arenas, quien se encuentra en Roma y tuvo la oportunidad de saludar al papa León XIV en la Audiencia General de este miércoles 10 de diciembre, dialogó con Vatican News para compartir los desafíos y horizontes de esta nueva propuesta académica.

Creemos. Crecemos. Contigo

La iniciativa, que comenzará a impartirse en el primer semestre del año 2026, nace como una respuesta directa a la invitación del papa Francisco en la Constitución Apostólica Veritatis gaudium y, luego, en Theologia Promovendam (2023).

"Formar mediadores capaces de gestionar la diversidad y prevenir conflictos en América Latina, respondiendo a la invitación de la Iglesia de construir puentes"

"La propuesta surge fundamentalmente al hacernos cargo de algo que el papa Francisco nos invitaba, y en el deseo de responder a esta pregunta desde el sur de Chile y desde América Latina: Cómo hacer teología de manera contextual que ofrezca respuestas actualizadas a las preguntas que la sociedad y las transformaciones culturales nos exigen a la Iglesia y a la academia", explicó.

El plan de estudios está diseñado en un ciclo de ocho semestres y se articula en tres líneas principales: la reflexión teológica, el análisis del fenómeno religioso y la crucial promoción de una cultura de paz.

Gestionar la diversidad para prevenir conflictos

Al abordar el tercer aspecto, Arenas subrayó que la base del programa es la convicción de que "la religión es un hecho cultural". En un escenario de creciente pluralismo y diversidad religiosa en América Latina y el Caribe, el conocimiento mutuo se convierte en un imperativo para la concordia.

"El favorecer una convivencia armónica en donde conocernos es un imperativo, las confianzas solo se profundizan, se regeneran cuando nos conocemos y eso también previene de conflictos", enfatizó. La falta de conocimiento y el prejuicio, argumenta, son el caldo de cultivo para la confrontación que a menudo se traspasa de generación en generación.

La meta de la UCT es formar profesionales con las herramientas conceptuales y metodológicas "para poder gestionar la diversidad religiosa en los territorios diversos" y, de esta manera, "abordar adecuadamente y finalmente promover una cultura de paz que no es un eslogan, sino que se va tejiendo en la medida en que nos conocemos, que tendemos puentes".

Sinergias y la "Constelación Educativa"

La carrera ya está articulando una red de especialistas de América Latina y más allá. Una sinergia particularmente relevante es la establecida con la Red de Cáritas América Latina y del Caribe, que precisamente en 2025 está celebrando 70 años de servicio en el continente.

Cáritas se ha interesado en el programa porque muchos de sus colaboradores, involucrados en la dimensión social del Evangelio, necesitan herramientas "conceptuales, metodológicas, sistemáticas, para poder hacerse cargo de las tareas y los servicios que desempeñan en el análisis del fenómeno religioso, en la construcción de una cultura de paz".

Sobre el desafío de la educación en un entorno complejo, fragmentado y digitalizado —tal como lo describe el Papa León XIV en su reciente carta apostólica Diseñar nuevos mapas de esperanza—, la Dra. Arenas evocó el concepto de "constelación educativa".

"Solo en la red, solo en el vínculo entre las instituciones académicas que cultivan saberes... vamos a poder responder de manera más acertada, asertiva y profunda a las preguntas, a las necesidades y mirar hacia adelante, hacia el futuro con esperanza", concluyó la Decana, asegurando que este documento pontificio está íntimamente vinculado al proyecto de la Licenciatura.

Esperanza en la juventud: comunidad y rechazo de las injusticias

Consultada sobre los signos de esperanza que la alientan a continuar en la misión educativa, la decana Arenas puso de relieve dos realidades en la juventud actual.

La primera es el "deseo de las juventudes... de tener espacios reales donde vivir su experiencia de crecimiento humano. Necesitan comunidad", algo que expresan en el aula, en la parroquia y en el ámbito público.

El segundo signo de esperanza, especialmente fuerte en América Latina, es el rechazo a la injusticia, a la desigualdad e inequidad social. Un signo inequívoco, según la especialista, de que se pueden acortar las brechas que nos han ido separando.

La teología al servicio de la Iglesia y la sociedad

Respecto a su presencia en la Ciudad Eterna, la Dra. Arenas explicó que se encuentra en Roma con un grupo de colegas que representan a los cinco continentes en el proyecto "Vatican II Events and Mandates". Esta iniciativa de largo aliento, en la que han trabajado cerca de diez años con más de 150 académicos, consiste en "revisitar el evento del Concilio Vaticano II, la recepción en estos 60 años, la manera en la que desde la Teología vinculada al Concilio podemos hacer un servicio a la Iglesia y a la sociedad hoy".

En el marco de este encuentro, el grupo entregó al Papa León XIV la mitad de los volúmenes editados de la serie, que contempla un total de 12. Luego, se reunieron con el Cardenal George Jacob Koovakad, Prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso. La académica acotó que la conversación giró en torno al "rol de la teología y justamente la construcción de los caminos de paz en contextos de conflictos especialmente culturales y religiosos". Subrayó que, para ellos, "la teología es un carisma especial, es una vocación particular", y están entusiasmados por abrir la conversación a las nuevas generaciones.

El grupo de trabajo del proyecto "Vatican II Events and Mandates" entrega un conjunto de volúmenes al Papa

El grupo conversa brevemente con el Santo Padre

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