El Pontífice, que guarda reposo por una 'gonalgia aguda', se centra en la diplomacia de la paz Francisco, el mediador global que quiere arrastrar a Kirill para convencer a Putin de que pare la barbarie de la guerra

Banderas ucranianas y rusas en la plaza de San Pedro, este domingo
Banderas ucranianas y rusas en la plaza de San Pedro, este domingo

En estos tres días, Bergoglio se ha encontrado con el embajador ruso en el Vaticano, ha hablado con su homólogo ucraniano y con el presidente Zelensky, y ha activado la "diplomacia telefónica' para sumar a la causa de la paz a líderes políticos y religiosos de todo el mundo

Los vínculos de Putin con el líder ortodoxo son claves a la hora de entender el posicionamiento del patriarca. Y esa es una de las grandes bazas con las que espera contar el Papa en su 'cruzada' por la paz en Ucrania. El primer paso podría ser la participación de patriarca de Moscú en la jornada de oración y ayuno por la paz, y lograr una conversación con Putin

Esta "de baja activa" como sostiene, medio en broma, medio en serio, uno de sus colaboradores. Francisco vive unas semanas de dolor por una 'gonalgia aguda' que le impidió acudir este domingo a Florencia y que le obligará a no presidir (tal vez sí acuda) a la misa del Miércoles de Ceniza. Este domingo, durante el Angelus, se le vio cansado y apoyándose para mantenerse en pie. Pero el dolor no le impide trabajar, intensamente, por conseguir el alto el fuego en Ucrania.

Francisco, que se ha convertido en el gran mediador global ante la invasión rusa, ha sido el líder mundial que más pasos ha dado por parar la guerra. El mismo viernes, Bergoglio se presentó ante la embajada de Rusia en el Vaticano, donde permaneció durante más de media hora. Posteriormente, telefoneó al embajador de Ucrania para mostrar su "profundo dolor" por la invasión rusa, y también habló con el presidente ucraniano Zelensky.

A lo largo de estos días, la 'diplomacia del teléfono' de Francisco le ha llevado a comunicarse con los principales líderes religiosos, y a estar permanentemente informado de las medidas a tomar tanto por Estados Unidos como por la Unión Europea. Este domingo, Bergoglio llamó a que "callen las armas" y a que se dé voz a los "artesanos de la paz".

Una de las grandes preocupaciones de Francisco es tratar de sumar a su causa al patriarca de Moscú, Kirill, que por el momento sólo ha pedido el fin de la violencia, pero que se ha posicionado a favor de Rusia. Los vínculos de Putin con el líder ortodoxo son claves a la hora de entender el posicionamiento del patriarca. Y esa es una de las grandes bazas con las que espera contar el Papa en su 'cruzada' por la paz en Ucrania. 

De hecho, uno de los objetivos a corto plazo de Bergoglio es poder mantener una conversación telefónica con Vladimir Putin, con Kirill de mediador. Sabedor de que la Iglesia ortodoxa rusa no puede oponerse frontalmente a la invasión, Francisco estaría incluso dispuesto a viajar a Moscú en cualquier momento. El primer paso, no obstante, sería lograr que Kirill participara en la jornada de Oración y Ayuno por la paz, este miércoles.

Antes del comienzo de los bombardeos, el ansiado segundo encuentro entre Francisco y Kirill (tras el acontecido en La Habana hace ahora seis años) parecía más cerca que nunca. Ahora, Bergoglio quiere aprovechar el camino abierto con el patriarca para acercarse a Putin y lograr lo que, hoy por hoy, parece una quimera: convencer al líder ruso de dar marcha atrás y acabar con la escalada de la violencia que amenaza con llevar al centro de Europa la 'tercera guerra mundial a pedazos' de la que tanto habla el Pontífice. ¿Lo logrará? Al menos, no dejará de intentarlo.

Primero, Religión Digital

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