Una concesión. Eso es lo único que arrancó el cardenal Rouco del Papa Francisco cuando logró encontrarse con él la pasada semana. Porque, además de provocar cierta tensión en la actual cúpula episcopal -que Bergoglio se encargó ayer de borrar de un soplido recibiendo, juntos, a Osoro y Omella. Les verá dos veces en 48 horas-, el otrora vicepapa española sólo logró una "concesión" del pontífice: la salida de Madrid de su fiel servidor, Juan Antonio Martínez Camino.

El 'obispo auxiliar de Madrid' ("En Madrid sólo hay tres auxiliares", reflexionan en la Curia de la capital) y 'jesuita' (la Compañía reniega de él) logrará, 13 años después, convertirse en obispo residencial. Y casi le da igual dónde: quiere hacer las maletas e irse. A sus 67 años, parece que lo conseguirá.

Martínez Camino estaba la semana pasada en Roma, mientras Rouco departía con Francisco. Este sábado, tras el encuentro del Papa con la nueva cúpula episcopal, arrancará el proceso de recambio en decenas de episcopados, pilotado por Osoro, Omella y el Nuncio, con el apoyo de los cardenales Blázquez y Cañizares... y ya sin la influencia de Rouco Varela. Paradójicamente, uno de los primeros nombramientos será el de Camino.

Una sede castellana

¿Dónde irá? Las opciones están abiertas, pero, salvo sorpresa, se decantan por tres sedes. La que cuenta con más papeletas es Zamora, con más de un año sin su obispo Gregorio Martínez Sacristán, y que algunas fuentes apuntaban podría ser el destino de monseñor Munilla tras su más que probable salida de San Sebastián. Las otras dos opciones tienen alguna complicación.

Así, Burgos sería considerado un 'premio' para el prelado, al tratarse de un Arzobispado (le permitiría participar en la Comisión Permanente, o liderar la provincia eclesiástica en la que también se inserta casi todo Euskadi, algo difícil de asumir... aunque la otra opción pueda ser el propio Munilla) ... pero Ciudad Rodrigo, la otra opción, sería contemplada como un 'castigo'. Algo que, hoy por hoy, nadie quiere. Son muchos los opositores a Francisco y sus hombres entre el Episcopado español, y una nueva 'afrenta' a Camino (así consideran sus 13 años de descanso activo en Madrid).

Veremos. En todo caso, Martínez Camino hace las maletas, y no para ir a vivir junto al resto de auxiliares al Palacio Episcopal -jamás quiso hacerlo-, sino preparándose para un nuevo destino, alejado de la Villa y Corte.