Los obispos llegan al aula de la Plenaria con más incertidumbre que nunca Y usted, ¿a quién va a votar?

Y usted, ¿a quién va a votar?
Y usted, ¿a quién va a votar?

Los moderados temen que una veintena de prelados se mantenga firme en torno a Sanz

¿Omella, Sanz, Cañizares, Iceta... Ginés? ¿Alguna otra sorpresa? Esta tarde sabremos algo. La solución, mañana a las 11

Y usted, ¿a quién va a votar?. La pregunta recorre, entre bromas y veras, el aula de la plenaria de la Conferencia Episcopal. Y, aunque ríen, a los obispos se les nota preocupados. "Es hora de un cambio de rumbo, pero lo cierto es que no hay mucho dónde elegir", comenta uno. "No lo tengo nada claro", responde otro. "A mí no me toca, voy muy tranquilo", añade, con una leve sonrisa, un auxiliar. 

Hasta esta tarde, cuando se produzca la primera votación de sondeo, no sabremos por dónde van los tiros, quién puede ser el nuevo presidente. "Y tampoco. Muchas veces estas votaciones sólo sirven para asustar a candidatos. La importante es la primera votación de mañana por la mañana", subraya un influyente arzobispo, que sí tiene claro su voto.

¿Omella, Sanz, Cañizares, Iceta... Ginés? El nombre del obispo de Getafe sonó en algunas quinielas, pero él lo niega rotundamente. Tampoco le hace mucha gracia a otros nombres que han sonado. Curiosamente, tanto Iceta como Sanz han mantenido un escrupuloso silencio, sin mezclarse con periodistas y personal de la casa. El obispo de Bilbao podría repetir la jugada que ya llevara a Blázquez a la presidencia en 2005, pero todos coinciden que, hoy por hoy, la persona con más posibilidades es Juan José Omella.

"Vamos sin acuerdo, sin haber hablado entre nosotros. Sin embargo, el otro grupo tiene atados al menos una veintena de votos. Y van a presionar con ellos en la votación de sondeo", susurra un prelado, refiriéndose a la candidatura de Jesús Sanz. De salir, una bofetada sin fisuras al Papa Francisco. Veremos.

Lo que sí parece claro es que los más veteranos llegan a la cita más tranquilos que el resto. Cañizares, Omella, Osoro y Blázquez reciben los parabienes de todos desde la mesa presidencial. Junto a ellos, los cardenales Amigo y Sistach, muy parlanchines. Rouco, más adusto, pero sumamente educado. Llega el Nuncio, que conoce por primera vez a todo el episcopado español. Muchos de ellos ya de salida. Del resto, algún que otro 'mirlo blanco' que servirá para mayores metas en el futuro. 

De momento, las espadas en alto. En tensa espera. No queda mucho para conocer la solución. Por el momento, y tras el cierre de puertas, sólo hablaron Jesús Sanz, que afirmó ver el futuro "con las gafas nuevas" que acababa de adquirir, y a Julián Barrio, que afirmó que los criterios están claros. Dentro, se quedaron, en dos corrillos: Rouco, Martínez Camino y César Franco (en otro tiempo...); y Asenjo, Zornoza y Mazuelos. 

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