Sigue el alegato jurídico sobre la resurrección de Jesús, lo que implica naturalmente su existencia histórica

JUICIO A JESÚS (Segunda parte).

Afirma mi interlocutor:

1) En primer lugar es extraño que se nombre a Mahoma cuándo es un personaje muy probablemente ficticio y del que no existen como en el caso de Jesús escritos que hablen de él ni para bien ni para mal. ¿ qué escritores o historiadores del mismo siglo VII hablan de Mahoma como hablan de Jesus , Flavio Josefo, Plinio el Joven, Tácito, Suetonio, Carta mara Bar Serapion ?

RESPUESTA:

Iré respondiendo una por una. Iré uno por uno de los argumentos de nuestro ilustre jurista preguntante. Respondo, pues:

De historiadores no hay noticias de Jesús hasta aproximadamente 65 años tras su muerte. Y de Mahoma, tampoco. No es un argumento extraño nombrar este personaje. Con Mahoma acontece lo mismo que con Jesús: si se niega la existencia de Mahoma y se afirma que es un personaje ficticio, lo mismo ocurre con Jesús. Y está ocurriendo hoy en la investigación de hoy día, en la que aumentan los libros sobre la no existencia de Jesús. Véase R. Carrier (véase en Internet, “cristianismo e historia” [empléese el Buscador]  mi disputa con él a propósito de sus tesis).

De la existencia de Mahoma tenemos, solo probablemente, una pequeña inscripción, que acepto que es dudosa, en la que aparecen numerados jeques árabes del siglo VI/ VII, que a la vez son mercaderes. Aparece entro otros personajes y se cree que Mahoma procedería del sur de la Arabia Felix y que se traslada hacia el Norte. Se discute la fecha de la inscripción. Y tenemos también un intercambio de rabinos de la época de Mahoma sobre “este profeta árabe”, pero por desgracia sin nombrarlo expresamente (mi fuente: Carlos A. Segovia y Emilio González Ferrín).

De Jesús habla Flavio Josefo en el año 95 d. C. en Antigüedades de los judíos XVIII 63-64, es decir, –debo insistir– como en el caso de Mahoma, unos 65 años después de la muerte de Jesús. A mí me parece un testimonio válido el de Flavio Josefo, aunque haya sido manipulado por escribas cristianos, ya que es muy negativo hacia Jesús una vez desprovisto de las manipulaciones cristianas. Pero reitero que cronológicamente tendría el mismo valor que las “pruebas de la existencia de Mahoma”, o quizás menos porque hay quien argumenta que este testimonio de Flavio Josefo no fue recogido por Orígenes, y por tanto que no existía hacia el 220 d. C.

Escribe Jesús Peláez en un libro editado por mí:

“Cuando buscamos referencias acerca de Jesús en escritos no canónicos del siglo I o II d. C. nos sentimos, al principio, desilusionados por la falta de ellas. Tenemos que recordar que los judíos y los paganos de ese período, si de algún modo eran conscientes de la aparición de un nuevo fenómeno religioso, conocerían más al naciente grupo de los llamados «cristianos» que a Jesús, su supuesto fundador. Algunos de aquellos escritores, al menos, habían tenido contacto directo o indirecto con cristianos, pero ninguno de ellos lo había tenido con el Cristo que los cristianos adoraban. Esto simplemente viene a recordarnos que Jesús era un judío marginal que dirigía un movimiento marginal en una provincia marginal del vasto imperio romano” (p. 137).

Flavio Josefo tiene otro testimonio indirecto de la existencia de Jesús en Antigüedades XX, 200. Pero no voy a entrar en discutirlo largamente, porque se ve afectado por la cuestión misma de la tardanza.

En conclusión: puedo citar a Mahoma añadiendo ciertas consideraciones.

Fuente: ¿EXISTIÓ JESÚS REALMENTE? El Jesús de la historia a debate. Edit. Raíces, 2008.

Otros autores citados por el jurista preguntante:

  1. Respecto a Tácito,

Escribo por mi parte en la p. 341 del libro citado:

Por el contrario, el tan traído y llevado texto de Tácito, al que casi todos los estudiosos conceden valor probativo, me parece interpolado. Naturalmente la interpolación no puede probarse estrictamente, porque aparece en todos los manuscritos. Sin embargo, me parece que tiene cierta fuerza el argumento hipotético usual a favor de una interpolación por parte de un escriba secundario: eliminada la presunta glosa explicativa (del escriba cristiano) el texto de Tácito fluye mejor.

Compare el lector las dos versiones. La primera tal como suele leerse el texto transmitido; la segunda, sin la presunta interpolación: 

  1. Pero ni los recursos humanos ni la munificencia imperial ni las maneras todas de aplacar al cielo bastaron para acallar el escándalo o disipar la creencia de que el fuego había ocupado el lugar del orden. Por ello, para cortar los rumores, Nerón señaló como culpables, y castigó con la mayor crueldad, a una clase de hombres, aborrecidos por sus vicios, a los que la turba llamaba cristianos. [Cristo, de quien tal nombre trae su origen, había sufrido la pena de muerte durante el reinado de Tiberio, por sentencia del procurador Poncio Pilato] y la perniciosa superstición fue contenida durante algún tiempo, pero volvió a brotar de nuevo, no sólo en Judea, patria de aquel mal, sino en la misma capital (Roma), donde todo lo horrible y vergonzoso que hay en el mundo se junta y está de moda.

  1. Pero ni los recursos humanos ni la munificencia imperial ni las maneras todas de aplacar al cielo bastaron para acallar el escándalo o disipar la creencia de que el fuego había ocupado el lugar del orden. Por ello, para cortar los rumores, Nerón señaló como culpables, y castigó con la mayor crueldad, a una clase de hombres, aborrecidos por sus vicios, a los que la turba llamaba cristianos, y la perniciosa superstición fue contenida durante algún tiempo, pero volvió a brotar de nuevo, no sólo en Judea, patria de aquel mal, sino en la misma capital (Roma), donde todo lo horrible y vergonzoso que hay en el mundo se junta y está de moda” (Anales XV 38,44)

Mi resultado es: el argumento blandido por el ilustre jurista preguntante sobre Tácito no me parece probatorio.

  1. Sobre Mara Bar Serapión:

Texto:

¿Qué ventaja tuvieron los atenienses con matar a Sócrates, si luego les sobrevino el hambre y la peste, o los samios con quemar a Pitágoras, si luego su país fue sepultado bajo la arena en un instante. o los judíos en crucificar a su sabio rey, si, a partir de ese día, el reino les fue arrebatado? Dios vengó con justicia a los tres sabios. Los atenienses murieron dehambre, los samios fueron cubiertos por el mar y los judíos fueron deportados y echados de su reino, viviendo dispersos por todos los sitios.

Sócrates no ha muerto, gracias a Platón; Pitágoras, gracias a la estatuade Hera, y el sabio rey, a causa de la nueva ley que promulgó.

Esta carta, que trata a Jesús —aunque sin nombrarlo— como los rabinos con “el profeta de los árabes”

Mi opinión:

El pasaje del estoico Mara bar Sarapión es también dudoso en cuanto a fuerza probatoria, pues quizá dependa al menos indirectamente de fuentes cristianas. Pero ante la duda, y movido por el argumento de los errores del autor (por ejemplo, confunde dos Pitágoras: un escultor y el filósofo) y lo indirecto de su testimonio, me inclino hacia la hipótesis de que prueba indirectamente la existencia de Jesús.

Resultado: parecido a lo que ocurre con Mahoma: testimonios dudosos escritos hacia el 70 / 80 d. C. Se tambalea un poco el argumento del preguntante

  1. Plinio el joven. Carta de Plinio a Trajano y respuesta de éste. Texto muy largo para reproducirlo aquí. Véase el libro mencionado “¿Existió Jesús realmente…?”, pp. 156-158.

Sí transcribo la opinión del Prof. J. Peláez:

“Plinio considera a Cristo como el dios cultual de los cristianos, una especie de antítesis de los dioses del Estado romano y parece ver en Cristo a un semidios, precisamente por ser hombre (se reunían antes de rayar el sol y cantar, alternando entre sí a coro, un himno a Cristo como a dios). La novedad que presenta este texto pagano es que afirma que los cristianos veneran a Cristo como a un dios, pero esto no es una prueba directa y, como tal, de la existencia histórica de Jesús, ni añade nada nuevo al conocimiento que tenemos del Jesús histórico, conocido por otras vías”.

Conclusión: Plinio escribe en torno al 110 d. C. ¡!: por tanto, no tiene razón el preguntante. No sirve más que para probar la existencia de cristianos no de Jesús. Lo mismo en todo caso que con Mahoma.

  1. Suetonio:

Escribe probablemente después de Tácito, por tanto entrado el siglo II su “Vida de los Césares”. Transcribo de nuevo la opinión del Prof. Peláez en el libro editado por mí, arriba mencionado: pp. 160-161:

“En su las Vidas de los Césares hay dos breves noticias sobre los cristianos: una, en la Vita Claudii (25,4), versa sobre la expulsión de los judíos de Roma por parte de este emperador en estos términos:

Como los judíos provocaban continuos tumultos a instigación de Chrestus, los expulsó de Roma (Iudaeos impulsore Chresto assidue tumultuantes Roma expullit).

De este testimonio surge de inmediato una duda: ¿se refiere a Jesu-cristo o a un individuo llamado Chrestus o Chrestos? Es opinión casi común entre los estudiosos que, casi con certeza, se refiere a Cristo, pues la confusión de Chrestos por Christos está atestiguada, ya que las formas latinas de esos nombres se pronunciaban del mismo modo en aquella época. Tertuliano (160-220 d.C.) dice que los gobernantes romanos pronunciaban erróneamente chrestianus por christianus27.

La segunda noticia se encuentra en la Vita Neronis (16,2), donde Suetonio refiere que

Los cristianos seguían una nueva y maléfica superstición, y que fueron expulsados de Roma por edicto de Claudio

(41-54), suceso mencionado también por los Hechos de los Apóstoles (8,2) como razón del desplazamiento de dos judíos cristianos, de nombre Áquila y Priscila, a Corinto.

La fuente de información de Suetonio es desconocida, aunque no es cristiana. No parece que Suetonio tuviera conocimientos históricamente correctos sobre Cristo. Para él, Chrestos fue el causante de los desórdenes de Roma en tiempo del emperador Claudio. Pudo ocurrir que la predicación cristiana sobre el mesías (= christós, «ungido») produjese desórdenes entre los judíos de Roma y que esto moviera a Claudio a expulsar a los responsables. El testimonio sobre la existencia de Jesús es, pues, indirecto en estos textos.

Conclusión al número 1 del jurista preguntante (“¿Qué escritores o historiadores del mismo siglo VII hablan de Mahoma como hablan de Jesús , Flavio Josefo, Plinio el Joven, Tácito, Suetonio, Carta mara Bar Serapión ? [corrijo su escritura rápida que omite tildes y alguna cosilla más]):

No hay que mostrar extrañeza alguna de que cite a Mahoma en mi primera argumentación. Su afirmación sobre autores paganos que “citan a Jesús” es cuanto menos inexacta.

Saludos

Saludos cordiales de Antonio Piñero

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