¿Cuál es el sentido de Efesios 3,16?

"Para que por su Espíritu, y conforme a las riquezas de su gloria, los fortalezca interiormente con poder". Fortalecer interiormente, ¿qué podría significar?

Escribe Antonio Piñero

En Colosenses y Efesios, cartas no  auténticas paulinas (además Efesios es en parte un comentario, y en algún aspecto un rearreglo de la teología de Colosenses) solo hay DOS principios divinos: el Padre y el Hijo. Los autores no saben nada aún del  “Espíritu” como un vínculo o enlace entre el padre y el Hijo, sino que hay que entender “Espíritu” como un modo de actuar, una fuerza o una característica hacia afuera, hacia el exterior, del Padre o del Hijo. NO existe un tercer principio divino.

Esto se expresa:

  • En Dios (con mayúscula) Padre que “actúa COMO Espíritu” (de sabiduría; de ayuda al comportamiento; al acto de fe en el valor de la muerte de Jesús; de inspiración de los profetas)
  • En dios (con minúscula) Hijo, subordinado al Padre en todo, solo divino tras la resurrección, el Espíritu (del Hijo) es también una potencia del Hijo (Hijo que hace actuar su fuerza e influencia ante el Padre en pro de sus protegidos) en la constitución de la vida espiritual de los creyentes en sus múltiples facetas. Por tanto, definiría el Espíritu como el Hijo que “actúa COMO Espíritu”.

Y no hay más. Quizás no sea fácil de entender totalmente. Pero ante todo debe quedar claro que el “Espíritu”, del Padre o del Hijo, NO es una entidad independiente, sino un modo de actuar del Uno o del Otro.

Ahora leamos el texto entero:

“14 Por esta razón, doblo mis rodillas ante el Padre, 15 del que procede realmente toda paternidad en el cielo y en la tierra. 16 Que él os conceda, según la riqueza de su gloria, que seáis fortalecidos con su poder en el hombre interior por medio de su Espíritu. 17 Que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, y que estéis enraizados y cimentados en el amor, 18 para que podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura, la magnitud, la altura y la profundidad, 19 y conocer el amor de Cristo que sobrepasa todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”.

Explicación:

El creyente dobla sus rodillas ante el Padre, que gobierna incluso sobre Jesús el Cristo resucitado, ya considerado semidivino, en el cielo, como Hijo. El Padre, actuando como Espíritu, fortalece el hombre interior (el alma y la mente/espíritu de cada creyente, que puede pensar las cosas divinas). Ese Dios como Espíritu logra la inhabitación espiritual del Mesías en el corazón (sede los pensamientos = la mente), para poder comprender cuál es la anchura, la magnitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo hacia la humanidad (potencialmente creyente) que sobrepasa todo conocimiento. Ese conocimiento extraordinario llena la mente/espíritu del creyente con la plenitud de la vida divina.

Así que “fortalecer interiormente” es enriquecer al “hombre interior” (el alma y la mente/espíritu de cada creyente, que puede pensar las cosas divinas) con una idea que torna consciente la realidad de la acción divina en él. En este caso es el impulso de “Dios como Espíritu” le lleva conocer el amor del Mesías por la humanidad que es un amor infinito, tremendo. Y eso fortalece su fe.

Saludos cordiales de Antonio Piñero

  Enlace a un debate con Irving Gatell sobre si Pablo, como presunto constructor de la teología del cristianismo primitivo, hizo de este una religión  o culto de misterios, entendiendo a Jesús como una divinidad solar:

 https://youtu.be/9fi7gCxHPLM

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