Anécdotas del precónclave que eligió papa al cardenal Prevost y lo que viene para el Proceso sinodal Cardenal Rueda Aparicio: “León XIV es hechura del Papa Francisco, pero no es fotocopia del Papa Francisco”

Rueda Aparicio, con los periodistas
Rueda Aparicio, con los periodistas

“Para los que hemos vivido en los seminarios, el colegio cardenalicio es un grupo de seminaristas vestidos de rojo”

“Para mí el papa Francisco es un soplo del espíritu en el siglo XXI desde Latinoamérica”

“Mientras los periodistas estaban hablando de sus cábalas y conjeturas, los cardenales estábamos creciendo en el conocimiento recíproco”

“Eso que han visto en las películas, está muy bien hecho. Lo que no hay son esas conjeturas, rivalidades, campañas, no hay eso, es falso”.

“Cuando el elegido acepta, todos aplauden, eso no pasa en ninguna democracia del mundo y nadie se declara en oposición”

 “Pregunté al papa León, si la Asamblea eclesial, proyectada por el papa Francisco, con todas las vocaciones del pueblo de Dios en el año 2028 se iba a tener o nos olvidábamos de eso”

 “Cuando regresó vestido de blanco, yo ya no saludé al cardenal Prevost, yo saludé a alguien distinto”

El sábado 9 de agosto 2025, pocas semanas después de su regreso del cónclave, el cardenal colombiano Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, quiso compartir, con el grupo de familias de sacerdotes casados que acompaña espiritualmente en Bogotá, algunas anécdotas de lo vivido por él durante el verano romano 2025; experiencias anteriores y posteriores al cónclave que no afectan el juramento de silencio respecto a lo que pasa entre el Extra omnes y el Habemus papam. Con la ayuda de la IA se crearon imágenes para ilustrar el texto. Este fue su relato.

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Hablemos de lo que fue la experiencia en Roma:

Voy a dividir mi exposición en 3 partes: las exequias del papa, el novenario y las reuniones de cardenales; el precónclave y el anuncio del nuevo papa.

cardenal Rueda aparicio en el preconclave

Primero, las exequias del Santo Padre, el Papa Francisco.

El ataúd en la basílica de San Pedro y el ataúd abierto del Papa fue para mí una experiencia de lo que es transitorio, y de lo transitorios que somos y sin embargo, la vida que esperamos es eterna.

Fue una experiencia de gratitud.

En la basílica lo tuvieron y dejaban pasar filas de gente que iban 30 segundos y el Guardia iba diciendo, transite, transite, por favor 30 segundos; lo que hacían era tomar una foto o tomarse una foto, otros no llevaban cámara ni nada. Lo que querían era orar y decir gracias. Algunos lloraban, algunos trataban de aplaudirlo. Cada persona quería hacerle como un gesto desde lejos, porque tocar si nada, no, no lo permitían.

A nosotros (cardenales) sí nos dejaban estar ahí todo el tiempo que quisiéramos; yo estuve hora y media. Recordando muchas cosas, porque para mí el papa Francisco es un soplo del Espíritu en el siglo XXI desde Latinoamérica, no solamente para la iglesia, sino para la humanidad. Un soplo del espíritu mayor, diríamos un anciano, pero libre, totalmente libre y un hombre capaz de leer la humanidad y, sobre todo, de leer las fragilidades humanas. Y abrazarnos con misericordia: el papa Francisco era un profeta de la misericordia. Yo así lo concibo un profeta de la misericordia de esa misericordia, eficaz, inteligente, llena de sabiduría, de coherencia, de fuerza.

Y, allí estuve yo; desde la muerte de mi padre no había llorado tanto por un hombre. Yo creo que eran lágrimas también de gratitud.

Funeral del papa Francisco

El novenario y las Congregaciones de cardenales

El novenario en la iglesia: Yo lo he valorado mucho con la muerte de mis padres, saber lo que es un novenario y lo que es sanador, porque es la pedagogía de la Iglesia sanando espiritualmente, haciendo y elaborando el duelo, pero con esperanza. Celebrar el novenario de cualquier ser querido cuando les corresponda o los inviten, acompáñenlos porque el novenario tiene fuerza sanadora es una terapia comunitaria. Y para mí lo fueron.

Nueve días que combinaron dos cosas en la mañana estábamos reunidos todos los cardenales que pudiéramos asistir. Tanto mayores de 80 años como menores de 80 años. Ustedes saben que ese es el punto de quiebre entre el votante y el no votante, pero estábamos todos reunidos. Es una congregación de personas, de seres humanos, de todas las razas, de distintas lenguas, naciones, colores, tamaños. Allí estábamos, con las historias concretas de cada uno.

cornetto y cappuccino de cardenales

Para los que hemos vivido en los seminarios, el colegio cardenalicio es un grupo de seminaristas vestidos de rojo: el chiste, el refrigerio. Uno no deja de ser seminarista toda la vida, toda la vida. Allí había unos en silla de ruedas ya ancianos muy ancianos, pero uno nota que hay algo que nos une, como un ADN que es común.

En el salón del sínodo, llega uno y nadie se sienta dónde quiere. Hay un QR que indica sentarse en un sitio preciso, todas las veces. Hay muchas pantallas y cada puesto tiene un micrófono cuello de ganso y además un audífono que permite seleccionador el idioma en el que se quiere escuchar. También, si uno quiere intervenir, lo puede hacer en el idioma que quiera. La mayoría habla el italiano.

codigos QR en el preconclave

Eso es antes del cónclave donde están todos los cardenales, los de más de 80 y los de menos de 80. Si alguien quiere hablar para todos, debe inscribirse con anterioridad y decir qué tema va a tratar en los cinco minutos que tendrá a disposición. No es obligatorio, pero el que quiera intervenir, lo puede hacer.

Se va llenando paulatinamente el salón y van interviniendo y es muy interesante y muy fatigante porque todo empieza a las 9:00 h de la mañana y termina a la 13:00 h de la tarde. A la 1:00 pm salimos a almorzar. De tal manera que son varias horas escuchándonos, escuchando varios idiomas; todo eso está muy bien preparado y el código QR permite que, si yo pido la palabra, la cámara me enfoque, me dan la palabra y sale el nombre, la nacionalidad y está de cerca y cada uno está escuchando la traducción.

cardenal Rueda responde preguntas de la prensa

Ese encuentro es dirigido por el cardenal decano, que en este momento es el cardenal Giovanni Battista Re. Es un italiano cardenal italiano de 92 años pero de un talante; de una voz fuerte; también muchos de esos obispos, paternos, fraternos, que son capaces dar a la palabra una chispa de humor en medio de un momento tan tenso. Y mientras los medios de comunicación están afuera haciendo cualquier cantidad de cábalas y comparando todo como con una democracia de cualquier país del mundo diciendo, hay rivalidades entre tales, los más opcionados son tales, y dentro,… el “grupo de seminaristas contentos”, tomando el refrigerio, orando porque es oración de comienzo a fin.

olvidaste encender el microfono

El cardenal decano da la palabra, pero muchas veces desde el puesto, todos gritando y digo que son seminaristas porque van gritando, “prenda el micrófono” y están gritando, y cada uno en su idioma y otros diciendo: “por qué no avisan”, “pero él es sordo”...

Y de qué habla uno en esas intervenciones de 5 minutos; esta clave nos la dan desde el comienzo: Vamos a hablar de 2 cosas, dos líneas. La primera línea es cuál es la situación social, humana, humanitaria de la región de donde usted viene, del mundo, que más le preocupa.  La segunda línea es responder esta pregunta ¿Cuál puede ser el aporte de la Iglesia a ese problema que usted está citando? O sea, casi que, diciendo, diga el problema y de una vez diga por dónde se puede solucionar el problema o qué podemos aportar en la solución del problema. Esas dos líneas de diálogo y de intervención tienen mucha lógica.

Cada cardenal busca dónde hospedarse en Roma y nosotros nos hospedamos en la ciudad. Algunos que son de comunidad religiosa van a sus comunidades, otros prefieren ir a la parroquia, que tienen asignada (en su título cardenalicio), otros tienen muchas amistades y se quedan en distintos lugares. Nosotros, los tres cardenales de Colombia: Rubén Salazar, Jorge Jiménez y yo, nos quedamos donde los agustinos.

cardenales colombianos Jimenez Salazar y Rueda

El cardenal Prevost, que es agustino, no se quedaba allí, como prefecto de los obispos, vivía dentro del Vaticano. Aunque, sí fue allá a almorzar con nosotros en esos días del novenario y ese domingo, antes de empezar el cónclave, él fue a jugar allá tenis con su secretario, que es un peruano, el padre Edgar Rimaycuna, fueron a jugar tenis y ahí los encontramos. Rubén y yo estábamos piadosísimos rezando el Rosario por la zona verde, lo encontramos y él jugando tenis.

unos rezan otros juegan

Interesante, porque nosotros los tres nos levantábamos temprano a orar juntos Laudes, Oficio y si podíamos nos quedábamos en un rato de adoración. Luego desayunábamos y salíamos hacia el aula del sínodo para estar de 9 am a 1 pm y regresábamos a almorzar. Ellos generalmente hacen siesta, descansaban un ratito, yo mientras tanto, rezaba el Rosario y por la tarde ya teníamos que ir otra vez. Por la mañana con sotana, todos con sotana. A todos, en esos eventos se pide que vayan con la sotana negra y los ornamentos del cardenal y luego entrar otra vez a la basílica por la tarde a las misas del novenario.

Pero antes de empezar el novenario este domingo, recuerden ustedes que las exequias del papa Francisco fueron un sábado.

El domingo nos permitieron ir y nos llevaron en buses, desde el Vaticano hasta Santa María mayor a la tumba del Papa; eso fue emocionante, por la simplicidad de la tumba y por lo que significa que el Papa no pidió ser sepultado en el Vaticano, sino allá por todo ese cariño que le tenía a la Santísima Virgen que le llevaba rosas cuando iba a salir y cuando regresaba de un viaje como el que hizo a Colombia, iba a santa María la mayor a darle gracias y a llevarle rosas, una especie de amor de él con ella. Allí quedó sepultado y a nosotros nos permitieron ir. Rezamos las vísperas. Ese domingo todavía no había empezado ni el novenario, ni el cónclave.

Eso elaboró totalmente el duelo, la gratitud, porque realmente uno siente, no sé si ustedes lo sintieron, una especie de orfandad cuando muere el papa Francisco. Uno dice, Dios mío, este hombre, como logró entrar en el corazón de nosotros y se siente huérfano.

el feretro de Francisco es llevado por las calles de Roma

Los nueve días, con ese ritmo, mañana y tarde, eso es fuerte, es fatigante; pero fue una bella experiencia cuando ya terminan los 9 días. Pues todos ahí escuchándonos, mientras los periodistas están hablando de sus cábalas y conjeturas, los cardenales estábamos creciendo en el conocimiento de la Iglesia y de la realidad de la humanidad en todos los continentes, y creciendo en el conocimiento recíproco. El refrigerio no es para preguntar “usted, ¿por quién va a votar?”, o “¿No le parece bien que podamos contar con su voto?”, eso no pasa.

cardenales en santa Maria la Mayor

No hay campaña, no hay propuestas, no hay quien se lance ni quien lance a nadie. Lo que si hay es “lo escuché hablar allá y usted es de tal continente, ¿por qué no me amplía un poco más?”; también, el apunte jocoso y el tomar un cappuccino y cornetto, que es lo que usan allá y seguir la vida. Esos fueron los 9 días. Hasta ahí es una primera parte.

La segunda parte, es cuando ya va a empezar el cónclave.

Yo quiero compartir un pedacito de cómo es el ingreso y unos detalles sencillos, curiosos. Para mí fue primero y fue impactante.

El cardenal Jiménez y el cardenal Rubén se despiden de mí, como a una media cuadra del ingreso, pero era como si quisieran llevarme hasta allá, a Casa Santa Marta que fue construida en tiempos de San Juan Pablo II y es una casa que sirve para retiros y para que vivan muchos de los sacerdotes que trabajan en el Vaticano. Pero principalmente, fue hecha para el cónclave, porque antes los cardenales en el cónclave dormían en las oficinas del Palacio Apostólico y en los museos y eso era súper incómodo. Estas son habitaciones muy austeras, no tienen sino una camita, una mesita, el baño y dónde colgar la ropa. Todo muy limpio.

control de ingreso al conclave

Cuando uno llega al Cónclave, hay un dispositivo como en un aeropuerto. Reciben las maletas y las revisan; todas pasan por un escáner y a algunos les dicen, “por favor, ¿qué es lo que tiene ahí?” Y “Ah no, eso es el cable”, “no, eso no puede entrar”, “no, eso es un aparato que yo uso para…”, “Bueno, vamos a revisarlo, con el médico”. Hay un equipo médico también.

ayuno de celulares

Los celulares se entregan y son guardados en una bolsita con el QR de cada uno. Ahí va el celular o los dos celulares; algunos tienen reloj inteligente, también va ahí y “eso se lo devolvemos cuando haya humo blanco”, no más dispositivo, no, ni la Tablet, ni computador ni nada de eso. En eso, la Santa madre Iglesia tiene razón, entonces nos recogen todo y nos distribuyen en las habitaciones y nos dan el horario y nos dan como 2 o 3 recomendaciones: La primera recomendación: “Si necesita atención médica a cualquier hora del día o de la noche, marque tal extensión y lo atenderemos”. La segunda recomendación: “A tal hora tenemos que salir hacia la Capilla Sixtina”, eso es interno, un desplazamiento interno por los jardines vaticanos; y la tercera recomendación es la manera como debemos ir vestidos, ya no de sotana negra, sino roja.

Empieza el cónclave con el “extra omnes”. Sí, eso que han visto en las películas, eso está muy bien hecho. Lo que no hay son esas conjeturas, rivalidades, campañas, no hay, eso es falso.

Cuando nos llevan a la Sixtina, en un momento dado cierran la puerta y trancan y quedamos ahí, eso sí es cierto. En la Sixtina no se sienta uno donde quiere; el nombre de cada cardenal está escrito y uno va buscando su nombre.

juramento cardenal Rueda

El juramento todavía es público, ahí todavía no han cerrado y todo se desarrolla entre oración, votación, oración, votación, oración, votación. Eso es un retiro espiritual.

Allí ya no hay nadie que expone; menos alguien que diga “votemos por tal” o que advierta de algún problema y “qué mejor que el perfil del Papa sea tal”,… cero. Allí no se va a hablar, se va a votar. Y en el voto cada uno pasa, así como en la película Cónclave cada cardenal tiene dos tarjeticas y un tarjetón donde están enumerados los cardenales y están todos los apellidos y nombres, sin foto; de tal manera que cuando van cantando cada voto, uno vaya marcando, haciendo cuadritos y cuadritos y llenando.

Las dos tarjetas pequeñas, son para la primera y segunda votación, después de todo el marco de oración que hay uno coge el voto, le dicen, ya pueden escribir y ya si ya uno marcó, dobla la tarjeta. Nadie pasa a recoger los votos. Cada uno pasa con el voto en alto, lo lleva y lo pone en un platito que hay delante de un Cristo y pronuncia una oración. Y la oración está inscrita para el que la quiera leer, pero el que la sabe de memoria es “Señor, yo en conciencia deposito mi voto por el que considero que debe ser el sucesor del Apóstol Pedro”. Pone el voto en el platito y luego lo echa dentro del recipiente.

Antes de empezar la votación, eligen a cuatro cardenales escrutadores. Cuando ya todos votamos, entonces traen la ollita, sacan los votos y lo primero que hacen es contarlos.

Después de que ya los cuentan y dicen si están los 132 votos completos. Entonces empieza la lectura de los votos.

El primer escrutador dice: “por el cardenal Rojas”. El otro dice, “Rojas” lo verifica y lo marca. Luego lo entrega al otro, el otro lo verifica y lo marca en su tarjetón, el otro lo verifica y no lo marca, sino que lo ensarta con una aguja y un hilo. Eso es para que no se mezclen y al final los encierran, los anudan y eso es lo que se echa a la chimenea.

La chimenea está dentro de la dentro de la Capilla Sixtina y le piden a un oficial que venga y le ponga un químico negro o blanco. El blanco allá nos dijeron que era hecho con lácteos y eso es lo que produce el color de la chimenea, de manera ecológica. Así son las votaciones.

Como todo es tan secreto, ahí ya no hay traductores. Hablamos el italiano. Ah y el juramento es en latín y el resto es en italiano todo.

Entre los cardenales unos son cardenales diáconos, otros son cardenales presbíteros y seis son cardinales obispos. El de más responsabilidad dentro de los cardenales obispos es quien dirige el cónclave, en este año fue Pietro Parolin, por ser secretario de Estado, él dirigió el cónclave.

No entro ya más en detalles porque no puedo.

Leon XIV apenas elegido y revestido como papa

La tercera parte, es la aceptación y el anuncio.

Cuando ya cuando ya sale el elegido, se le acerca Parolin al cardenal Prevost y le pregunta, ¿acepta?, y él se pone de pie ante el micrófono y le responde, ¡acepto!. Ahí lo que hay es un aplauso, yo creo que dura más de 10 minutos, todos aplauden; ¿eso no pasa en ninguna democracia del mundo?, y nadie se declara en oposición; cada cardenal votó por el que quiso.

El cardenal Prevost obtuvo las mayorías y una ovación de pie. Una emoción, una alegría. Uno trae a la mente todo el primer día que entramos al seminario con Libardo, cuando estábamos con Óscar, compañeros de seminario, todo eso. Eso viene a la mente porque es un momento emocionante.

Ya él dijo sí. Y la segunda pregunta que le hacen después del aplauso es ¿y cómo se quiere llamar? Y él de una vez, dijo Leo, en latín.

Vine el otro aplauso. Entonces lo sacan, lo llevan a la Sala de las lágrimas.

Mientras tanto vienen echan humo blanco y ya la gente dice, hubo papa ahí. En ese momento él ya dijo que sí y ya dijo cómo se va a llamar y ya lo están vistiendo y los encargados de la chimenea, que es el menor de los de los cardenales diáconos, tienen que ir a quemar los votos y los tarjetones de todos y viene el humo blanco.

gaviotas en la chimenea de la Sixtina

Sería muy bonito estar viendo lo que estaba pasando en la plaza de san Pedro, pero eso que cuentan de las gaviotas y de la gente que empieza a agolparse, eso no lo vemos nosotros porque hay una demora larga. Los cardenales quedamos en silencio orando, él ya se fue, ya no hay más diálogo, no hay más votaciones, no hay papel, no hay lapicero, no hay nada, estamos solos y el Cristo mirándonos.

Lo traen y lo sientan frente al Cristo, ya vestido de blanco y todos pasamos a saludarlo. Ahí nos demoramos mucho porque es uno a uno y hay unos que en su idioma le dicen cosas larguísimas. Hay otros que le decimos cosas más cortas y le pedimos la bendición y le damos el abrazo y el beso y nos retiramos. Pero hay otros que se demoran ahí.

Pero él ya es el Papa y mi experiencia fue “yo, ya no saludé al cardenal Prevost con quien trabajé en el sínodo del 23 y en el sínodo del 24”, porque él se matriculaba en lengua española, era por lenguas, y él no se matriculaba en su lengua materna, sino en su lengua peruana. Yo ya no saludé al cardenal Prevost. Yo saludé a alguien distinto y eso que no es una ordenación. Ahí no hay gracia sacramental. Ahí lo que hay es, ahí dentro de la basílica se siente, que hay más de 1000 millones de personas rezando por nosotros. Porque se siente paz, porque se siente serenidad, porque ese es el fluir del Espíritu Santo, poquito a poco va saliendo y cuando uno se da cuenta, está elegido, sin problemas. Yo no hablo de otros cónclaves cómo habrán sido porque dicen que el de Juan Pablo II duró muchas votaciones, pero éste duró cuatro y había podido salir en 3,… no digo más.

Él lloro, claro, ahí de la emoción el cardenal digo, el Santo Padre, lloró y luego saliendo, porque a él luego lo llevan nuevamente, después de que termina la acogida, el beso, el saludo de cada uno de nosotros, de todos los cardenales.

el nuevo papa dialoga con el comandante de la Guardia suiza

Entonces, dejan entrar a los eméritos, a los cardenales de más de 80, pues los primeros que entraron fueron los colombianos.

Rubén había estado en un cónclave, Jorge, no, pero Rubén sí. Rubén tomó al otro de gancho y le dijo, vámonos por allí, nos metemos y cuando hubo humo blanco ellos se vistieron de rojo, entraron y fueron los primeros a saludar al papa también y entran todos los demás ancianos y todos lo saludan y nos van llevando a nosotros hacia la capilla Paulina que está ahí, que es donde empieza todo y donde termina todo, rezamos otra vez y luego nos llevan a los balcones y en los balcones nos reparten por grupos.

-“Ustedes aquí” y ahí estaban los mayores. ¿Entonces yo tratando de que Rubén y Jorge estuvieran conmigo para estar juntos? No, no, no.

-“Ustedes allí, ustedes allí”. Así nos ubicaron; yo estaba en primera fila, sí, y me dio muchísima pena, pero…

cardenal Rueda y otros electores en un balcon

¿Qué se siente ahí en este momento?

Es una emoción muy fuerte, muy fuerte.

Claro, porque para nosotros vale mucho. Para la prensa y todo eso, pues vale como como una especie de noticia, pero para nosotros es este es el camino del señor Jesús; el pescador de Galilea, que fue el primero no tuvo todo esto, pero aquí murió y aquí hay martirio y aquí hay dificultades en la historia de la Iglesia, pero aquí está el Señor con nosotros. La confirmación de que la Iglesia es misterio, ahí fue donde entendí lo que el padre Jorge Ríos se esmeró tanto por explicar de la Lumen Gentium que la Iglesia es misterio. Yo lo entendí allí. Es un misterio, es un misterio de Dios, la iglesia de Dios.

primera alocucion de Leon XIV

Seamos nosotros tan frágiles, así seamos tan humanos, pero la Iglesia es de Dios. Es un misterio a favor de la humanidad y a veces no lo entendemos.

Esa noche cenamos con el Santo Padre, volvimos a hablar con él. Hay una serie de anécdotas que me ocurrieron… pero después cenamos con él.

Al día siguiente, el sábado ya nos congregó a todos y nos explicó por qué había escogido el nombre León, pero además nos dio el saludo y la primera bendición y luego estuvimos con él en ese día como unas dos o tres horas.

Eso fue lo que pasó en el contexto de funerales del Santo Padre Francisco y de elección del Papa León. Yo estoy convencido de que de que es un don de Dios el papa León. Es un hombre misionero, sabio, de iglesia, muy humano es hechura del Papa Francisco, pero no es fotocopia del Papa Francisco.

Leon XIV ora ante la tumba de Francisco

A qué me refiero al decir que es hechura de Francisco: Papa Francisco llega en 2013 al pontificado. En ese momento, el padre Robert Francis Prevost era el general de la orden de San Agustín, cuya casa principal queda ahí cerca al Vaticano. Vivió 12 años en Roma y ya había trabajado en Perú. Fue provincial en Chicago. Había trabajado en Chiclayo en el Perú como sacerdote, luego lo eligen los agustinos y él llega a ser el general y lo eligen dos veces. Estando en ese cargo lo conoce el papa Francisco y lo nombra obispo. Lo manda a solucionar un problema que había difícil en la diócesis de Chiclayo. Allí lo mandó. Además, como administrador apostólico de una diócesis donde tuvo que salir un obispo, entonces era obispo en un problemita que había y atendiendo un vicariato con un problema; luego en la Conferencia Episcopal peruana lo iban a elegir presidente de la Conferencia Episcopal y él dijo que no, dijo, no, yo soy de origen norteamericano, elijan un peruano. Entonces, lo eligieron segundo vicepresidente. Allá existe la figura, aquí no la hay allá si la hay, que hay primer vicepresidente y segundo vicepresidente.

Claro que él había trabajado ya en el Perú y como el papa lo nombraba administrador apostólico y luego obispo, tuvo que nacionalizarse peruano para que pudieran elegirlo obispo; sí, por ejemplo, aquí en Colombia también los obispos deben ser colombianos o nacionalizados.

A él lo eligieron segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal. El primero fue el cardenal Barreto y el presidente fue el arzobispo de Trujillo en el Perú, Miguel Cabrejos, que después fue presidente del Celam.

En el Perú duró 6 años de obispo. Y sin ser arzobispo, el papa Francisco se lo lleva para Roma. Y lo pone al frente del Dicasterio de los obispos en reemplazo del canadiense Marc Ouellet. Pero sin ser arzobispo, menos cardenal. Eso fue en enero de 2023.

En septiembre de ese mismo año, 2023, en el mismo consistorio nos hacen cardenales a los dos. Ahí si ya empieza a ser cardenal de la Iglesia. Meses después, el papa lo nombra cardenal obispo.

¿Ya le tenía puesto el ojo? ¿Sería el candidato? Sí, ya le tenía puesto el ojo. Es hechura de Francisco, pero no es Francisco, insisto. El no imita a Francisco porque su personalidad es distinta; su trayectoria, su manera de ver la iglesia y el mundo es distinta, pero es realmente lo que el Espíritu Santo quería para la iglesia y para la humanidad.

el nuevo papa saluda la multitud

El Papa Francisco con sus raíces italianas, pero argentino y papa León XIV con sus raíces norteamericanas pero en misión pastoral latinoamericana, también peruano; ¿Le sorprende que nosotros los latinos estemos representados en los dos últimos papas de alguna manera?

Cardenal Rueda: Ese dato que usted está constatando, lo vio Pío XII: se dio cuenta que el eje del catolicismo del mundo era América Latina. El cardenal Eugenio Pacelli, siendo secretario de Estado lo envió el papa entre 1929 o 1930 a un Congreso eucarístico internacional que tuvo como sede Buenos Aires.

El que después iba a ser el papa, estando en el Congreso se dio cuenta que comulgaron un millón de personas. Estamos hablando de las primeras décadas del siglo XX. Y él se fue asombrado, “¿Cómo puede ser esto?”

Después como papa Pío XII fundó el Celam fundó la CLAR y fundó la única comisión Pontificia que hay para un continente que es la CAL la Comisión Pontificia para América latina.

Se veía venir que América latina le iba a aportar mucho a la Iglesia y mire ya van dos papas: Dos religiosos. Un jesuita que es el primer jesuita de la historia y el actual que es como el cuarto o quinto agustino de la historia elegido papa.

la sinodalidad continua con Leon XIV

¿Cómo está retomando León XIV las tareas del último Sínodo de la sinodalidad?

Quiero compartirles que después de los acontecimientos del inicio de su pontificado, el papa León nos citó en junio. Ustedes saben que a mí me pusieron esa tarea de estar en el Consejo ordinario del sínodo. Estuvimos trabajando una semana; él estuvo dos días con nosotros.

Yo aproveché para estar en el jubileo de los obispos, en la Misa que él presidió y en el jubileo de los sacerdotes en Roma.

Luego, en el trabajo con el Consejo ordinario del Sínodo el papa nos dedicó 2 horas.

Y le preguntamos, pues el cardenal Mario Grech nos había dicho pregunten al papa lo que quieran.

Cuando ya el papa estuvo allí con nosotros, hizo una alocución cortita como de 3 minutos.

Consejo ordinario  del sinodo

Como que todo mundo quedó frío porque esperábamos más, pero el papa León en su estilo, nos dice, yo no vine a hablar, vine a oírlos.

Nadie arrancaba, entonces yo arranqué.

Le dije, “Santo padre, el papa Francisco proyectó el Proceso sinodal con una Asamblea eclesial a nivel universal, no asamblea de obispos sino asamblea eclesial con todas las vocaciones del pueblo de Dios en el año 2028. ¿Según su perspectiva, qué orientación nos da? ¿Eso lo vamos a tener o nos olvidamos de eso?”

El papa duró como 15 minutos, respondiendo amplia y generosamente.

Consejo ordinario de la secretaria del sinodo

Empezó diciendo: en el 2028 tendremos la asamblea eclesial por esto y por esto y empezó a hablar.

Entonces él confirmó lo que hemos hecho como procesos innovadores; confirmó ya la meta en el 2028 y ya entonces en el Consejo esos 2 días la idea fue: trabajemos rápido porque nos toca enviar lo del proceso de implementación que va a haber, de tal manera que allá tengamos en el 2028 representación de Colombia (en nuestro caso) pero no una representación de papel, sino que realmente sea un proceso que tiene que ver con asambleas eclesiales parroquiales, diocesanas, nacionales, continentales y que llegue a la asamblea universal, donde hay hombres y mujeres, donde hay religiosas, diáconos, sacerdotes con hogar, todas las expresiones en la asamblea eclesial del año 2028.

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