"¿La apología de un personaje tan grande, de un pontificado de 26 años, no debería ser más cauta, más realista?" Juan Pablo II: ¿Cien años de continuidad?

Francisco y Juan Pablo II
Francisco y Juan Pablo II

Queda la duda si todo sea continuidad entre el pontificado “venido de un país lejano” y el papa “que fueron a llamar los cardenales al fin del mundo”

¿El camino emprendido por la Iglesia latinoamericana en Medellín 1968 se vio obstaculizado por las decisiones de Juan Pablo II en la selección de obispos y en la prohibición a teólogos de la liberación?

Pretender que entre Francisco, Benedicto XVI, y Juan Pablo II haya una continuidad absoluta, es desconocer la renuncia al pontificado de Benedicto XVI

Un interesante Coloquio internacional promovido por el instituto CISAV (Centro de Investigación Social Avanzada) de Querétaro México reunió por Zoom a más de 1000 personas de diversos lugares del mundo este 18 de mayo de 2020, y alcanzó en directo, 9392 reproducciones por Facebook. El título del coloquio fue “Juan Pablo II, actualidad y proyección”, con motivo del centenario del nacimiento del pontífice polaco.

AFICHE DEL COLOQUIO INTERNACIONAL

Expositores de primera calidad se sucedieron en sentidas ponencias pronunciadas en español ante un público variado en el que se contaban cardenales, obispos, profesores universitarios y devotos de todas las latitudes: Monseñor Christophe Pierre, nuncio apostólico en los Estados Unidos; Rocco Butiglione de la Academia Pontificia de las Ciencias sociales; Guzmán Carriquiry, vicepresidente emérito de la Comisión Pontificia para América Latina; Rodrigo Guerra del Centro de investigación Social Avanzada.

El énfasis de las cuatro ponencias fue el de la continuidad entre los pontificados de san Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Toda diferencia se vio como una manipulación de determinados círculos en la Iglesia.

los tres últimos pontífices

Sin embargo, queda la duda si todo sea continuidad entre el pontificado “venido de un país lejano” y el papa “que fueron a llamar los cardenales al fin del mundo”.

Al final del Coloquio, pocas preguntas de obispos fueron planteadas a los panelistas. Preguntas de alabanza de jornadas mundiales de la juventud, encíclicas, preocupación social, aspectos en los que hay una clara continuidad entre los últimos papas.

No obstante, ante esa pretendida y canonizada continuidad, por el coloquio, sería bueno hacerse preguntas también acerca de la discontinuidad. El resultado podría ser paradójicamente el reconocimiento de la grandeza en la diferencia de cada pontífice en el cumplimiento de la oración del Salvador por la fe de Pedro para que confirmara a sus hermanos a través de los siglos.

En el coloquio faltó abordar cuestiones espinosas como las siguientes:

¿La experiencia de Karol Wojtyla de la ocupación soviética en Polonia influyó negativamente en su percepción posterior como papa de la teología de la liberación latinoamericana? ¿El camino emprendido por la Iglesia latinoamericana en Medellín 1968 se vio obstaculizado por las decisiones de Juan Pablo II en la selección de obispos y en la prohibición a teólogos de la liberación? ¿El papa evitó el comunismo en Latinoamérica, pero frenó el avance social de las clases menos favorecidas?

Juan Pablo II reprende a Ernesto Cardenal

La Iglesia pueblo de Dios del Vaticano II, que superó la concepción de Iglesia Sociedad perfecta de San Roberto Belarmino (que llevó a la definición del primado y la infalibilidad en 1870) y ahora el hospital de campo de Francisco, demuestran los diversos conceptos que han definido a la Iglesia y su pastoral. Del concepto que se tenga de Iglesia, incluso el reconocimiento de la santidad, los criterios de selección de obispos, y las prioridades pastorales cambian. Salvando los anacronismos, ¿estos cambios terminológicos también indican una continuidad y una discontinuidad entre los últimos pontificados?

Benedicto XVI renunció ante la inmensa carga de problemas en la Iglesia que venían de años anteriores. Francisco mismo manifestó en las Congregaciones generales de cardenales, anteriores al cónclave del que resultó elegido, la necesidad de salir de la autorreferencialidad. ¿La Iglesia de Juan Pablo II, sufrió de autorreferencialidad? ¿La defensa de la verdad con Juan Pablo II y Benedicto XVI fue completada con la radicalidad de la caridad y el espíritu de diálogo de Francisco?

renuncia de Benedicto XVI

La santidad y el humanismo pueden ser los aspectos de continuidad entre los últimos pontificados, queda claro en las conferencias de hoy. Pero no se debería desconocer la renuncia de Benedicto XVI y la crítica de Francisco a las prácticas inveteradas de la curia romana. Cada pontífice representa la continuidad de la promesa de Cristo a Pedro y a su Iglesia en la discontinuidad de las eclesiologías.

A san Juan Pablo II se le reconoce el ardor pastoral ad gentes de san Pablo que logró derribar muros en todo el mundo. ¿Le faltó, sin embargo, visitar más la curia romana, para hacer los cambios que después Benedicto XVI sufrió y que Francisco está tratando de llevar adelante sin logros significativos? Esta crítica no es nueva. Ya se planteaba en los primeros años de su pontificado.

Decir que sólo hay continuidad entre los últimos papas es desconocer que sin uno de ellos no se hubiera dado el otro. Las deficiencias del anterior impulsaron a los cardenales a escoger un nuevo papa que las supliera.

sandalias del pescador

Finalmente, el amor por Juan Pablo II que la mayoría profesamos, por esa razón participamos en el coloquio, no debería llevarnos al reduccionismo de la continuidad, como si las diferencias debajo de la sotana blanca fuesen solo apariencia.

¿En la santidad de una persona las opciones políticas, no son esenciales? Lo menciono, porque la santidad de los tres está fuera de duda en el pueblo cristiano. Pero pretender que entre Francisco, Benedicto XVI, y Juan Pablo II haya una continuidad absoluta, es desconocer la renuncia al pontificado de Benedicto XVI. Ese acontecimiento puede ser un punto de vista crítico para acometer un análisis comparativo entre los tres.

¿La apología de un personaje tan grande, de un pontificado de 26 años, no debería ser más cauta, más realista?

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