Misa de la Tierra sin males

El Blog de Francisco Margallo
07 oct 2018 - 13:38
Misa de los Quilombos 3
Misa de los Quilombos 3

Memoria penitencial

Blanco

Nosotros te esclavizamos

nosotros te sepultamos

en la oscuridad de las minas.

Doblegamos tu cuerpo

sobre los cañaverales.

Y te arrojamos contra

los árboles amados,

para cortar madera,

cortando tu espíritu,

el cerne de tu Pueblo

Indígena

Mi tiempo era el Día y la Noche,

el Sol y la Luna,

las Lluvias y los Vientos generales,

mi Tiempo era el Tiempo sin horas.

Oración de San Francisco

(Cont.)

Señora Pobreza,

Perfecta Alegría,

andan en los libros

más que en nuestras vidas.

Hay muchos caminos

que llevan a Roma.

Belén y el Calvario

salieron de rota.

Nuestra madre Iglesia

mejoró de modos,

pero hay mucha curia

y carisma poco.

Frailes y conventos

criaron vergüenza,

más en sus modales

que por vida nueva.

Tecnócratas muchos

y pocos poetas.

Muchos doctrinarios

y menos profetas

Firmas y escritorios,

armas y conventos

planean la Historia,

manejan los Pueblos...

Espiritualidad de la Liberación

El reinocentrismo es la clave de nuestra espiritualidad, como lo es el propio ser de la Iglesia. "Solamente el Reino de Dios es absoluto. Todo el resto es relativo", proclama categóricamente Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi, 8 . Por el Reino y para el Reino ella existe... "Venga tu Reino" (Mt 6, 10) es la pasión y el programa de Jesús de Nazaret...el Reino es la propia Historia de la Salvación, porque la Salvación, la Liberación integral (del hombre/mujer ya aquí en la historia) es la realización del Reino de Dios.

Un serio examen de conciencia constante, que es práctica canonizada en la más legítima espiritualidad cristiana, nos obliga a revisar siempre a la luz del Reino nuestra propia espiritualidad: ¿mi vida, mi oración, mi familia, mi trabajo, mi acción política, mi pastoral, mi ocio están orientadas a él?...

Confesión de fe del Pueblo de Dios

Te sentimos presente,

como "el cercano y el próximo"

en nuestro caminar libertador.

Te descubrimos en cada rostro

de hombre, mujer, indígena, negro,

mestizo, blanco, niño, anciano,

y en la luz y en la tierra y en las aguas.

Y te acogemos en todos los pobres

y marginados del mundo

como el gran Necesitado de nuestro amor.

Confiamos en la fuerza y en el júbilo de tu Espíritu,

que nos sustenta y nos impulsa

y nos hace cantar y danzar

y nos lleva por las veredas de la utopía,

a pesar del dolor

y contra el imperio de la destrucción.

Sabemos que vencerás los ídolos de la muerte,

adorados en el lucro y en la prepotencia,

asesinos de millones de vidas

de niños y adultos,

en nuestro Continente y en todo el Tercer Mundo...

P. Casaldáliga, Al acecho del Reino y

Espiritualidad de la liberación

Ed. Utopía Madrid

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