El papa Francisco está regalando no solo a México sino a todo el mundo que sigue su viaje por estas hermosas tierras centroamericanas unas palabras extraordinarias llenas de frescor, de esperanza, de compasión...

No puedo resistirme a hacerme eco de algunas de ellas pronunciadas en la cárcel de Cereso en Ciudad Juárez. Les decía Francisco a los presos:

"Ya tenemos varias décadas perdidas pensando y creyendo que todo se resuelve aislando, apartando, encarcelando... sacándonos los problemas de encima. Creyendo que esas medidas solucionan verdaderamente los problemas. Nos hemos olvidado de concentrarnos en lo que realmente debe ser nuestra verdadera preocupación: LA VIDA DE LAS PERSONAS, SUS VIDAS, LAS DE SUS FAMILIAS, la de aquellos que también han sufrido a causa de este círculo de violencia"

Esta es la esencia de toda pastoral penitenciaria... la atención a las personas que sufren las consecuencias, a menudo, de la cultura del descarte.

Continuaba, precisamente, el papa Francisco diciendo:

"Las cárceles son un síntoma de cómo estamos en la sociedad. Un síntoma de silencio, de omisiones que han provocado una cultura del descarte, una cultura que ha dejado de apostar por la vida, de una sociedad que poco a poco ha ido abandonando a sus hijos".

La reinserción comienza en las calles no una vez en la cárcel. Comienza creando "salud social", una sociedad que busque no contaminar en las calles, en los hogares, etc...

Es necesaria una cultura que procure prevenir esas situaciones que provocan una espiral de violencia.

La función de la cárcel no es que la persona deje de cometer delitos sino "PROMOVER los procesos de reinserción que permitan atender los problemas sociales psicológicos y familiares que llevaron a una persona a una determinada actitud"

"La violencia no se agota encarcelando"

En esta página pueden escuchar TODO el discurso de Francisco que les recomiendo muchísimo no perdérselo:

https://www.facebook.com/ConElPapa/videos/vb.174679549304735/763573990415285/?type=2&theater