En el evangelio de este sábado pasado nos encontrábamos con una de las palabras más exigentes y difíciles que nos da el Señor....
Caminar hacia la perfección del amor que ama incluso a quien te hace mal.

La vida es camino, es crecimiento... Hemos de tener clara la meta para ir dando pequeños pasitos, ganando pequeñas victorias que nos acerquen al ideal que perseguimos..

Y la meta del cristiano es la perfección del amor. Dios es Amor y el cristiano busca la comunión con Dios, la comunión con el Amor.
Todos sabemos que es difícil esta Palabra de hoy pero obviamente no se trata de una Palabra para vivir en el inicio del camino, antes hay que dar otros pasos más cortos, más cercanos... Por ejemplo, empezando a cuidar de nosotros mismos, a amarnos bien y con madurez, a apreciar lo bueno y lo bello que nos rodea en el día a día... Sentir que Dios no se desentiende de ti y tu vida.
Aunque difícil, aunque exigente... La meta del cristiano, no lo olvidemos nunca, es la perfección del amor, la santidad

Así habla el Evangelio de hoy:

" En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo.

Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.

Porque, si amáis a los que os aman, ¿Qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestro hermano, ¿Qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los paganos? Por tanto, sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto."