Recuperar la mistagogía

¿Qué es eso de la mistagogía? Es la acción de adentrar en el misterio. Célebres las catequesis mistagógicas de los santos padres, entre ellos: Ambrosio, Cirilo de Jerusalén, Teodoro de Mopsuestia y Juan Crisóstomo.

En las primeras comunidades cristianas existía lo que se conocía como “la disciplina del arcano” (arcano venía a significar: secreto o misterio). Los que se iban sumando a aquella Iglesia cristiana primitiva, tras el debido proceso catecumenal, recibían los sacramentos de iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía) sin saber muy bien qué iban a recibir. Era un entrar en el misterio con confianza y con alegría. Una vez recibidos estos sacramentos tenían lugar esas otras catequesis llamadas mistagógicas donde se explicaba qué significaba lo que habían vivido y celebrado.

Hermosas palabras, que conservamos aún en nuestros días, de San Cirilo de Jerusalén cuando se dirigía a los recién bautizados diciéndoles:


“Hace ya tiempo que deseaba hablaros, muy queridos y legítimos hijos de la Iglesia, acerca de estos misterios espirituales y celestiales. Pero estando seguro que la vista es mucho más fiel que el oído, he esperado pacientemente la presente ocasión para conduciros de la mano hasta este prado tan espléndido y perfumado del paraíso, puesto que después de aquella noche, os encontráis en mejores disposiciones para asimilar cuanto se os diga y, sobre todo, se os ha hecho dignos de acoger los misterios más divinos del sagrado y vivificante bautismo”

La noche a la que se refiere Cirilo es la noche de Pascua cuando eran bautizados los neófitos. Era una catequesis después de la propia experiencia, de la propia vivencia. Se explicaban los gestos y las palabras más en profundidad.

Y estos grandes mistagogos van desgranando paso a paso cada uno de los momentos vividos por aquellos hombres y mujeres ilusionados y felices de entrar a formar parte de la Iglesia de Cristo.

Muy peculiar de las catequesis de los santos padres es el referirse al AT como el “tipo” o “imagen” de lo que estaba por llegar en plenitud en los tiempos de Cristo y su Iglesia. Veían, por ejemplo, en el relato del éxodo donde el pueblo de Israel atraviesa el mar rojo huyendo de Egipto como la imagen de lo que hoy viven los recién bautizados. Entonces el demonio perseguía al pueblo que huía hasta las aguas del mar rojo, hoy el demonio y sus provocaciones persiguen al neófito hasta las aguas del bautismo donde ha sido derrotado por la salvación que confiere el Bautismo por Cristo nuestro Señor.

Podríamos ahondar muchísimo y disfrutarlo tanto pero como los escritos en un blog se deben, lo más posible, al buen criterio de la brevedad lo dejo a gusto del lector para que, quien no lo haya hecho ya, no dude lo más mínimo en adentrarse en la lectura y meditación de esas maravillosas catequesis mistagógicas que conservamos.

Recuperar la mistagogía es un título un poco atrevido porque sin duda es algo que se viene haciendo y que incluso se contempla en el ritual de iniciación cristiana de adultos. Más bien es un pensar en voz alta al ver una cierta similitud en la realidad de los que se acercaban a recibir los sacramentos en aquellos primeros momentos de la comunidad cristiana y la realidad actual de muchos de nuestros hermanos y hermanas en la fe. Hay un gran desconocimiento de los misterios que celebramos y en los que creemos. Es necesario, urge, que los bautizados recuperemos ese tono vital, evangélico que nos haga tomar consciencia de la grandeza de nuestra llamada a formar parte del cuerpo místico de Cristo.
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